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(foto de archivo, jv) Personas haciendo enormes colas, para cambiar cheques con moneda nueva en los bancos, febrero 18 de 1988. LA Prensa/mauricio orozco

A 33 años de la Operación Berta, Henry Ruiz cuenta cómo se ideó el mayor fiasco del córdoba

Un día como hoy, 14 de febrero, se ejecutó una de las confiscaciones de dinero más grande de Nicaragua. Dos afectados relatan el daño que les provocó una de las medidas económicas más fallidas del régimen de Daniel Ortega en los ochenta.

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Desde hace 33 años a Violeta Márquez, ahora una docente jubilada, le quedó la lección de que tener una cuenta de ahorro en córdobas en este país no es muy seguro, pues puede que cualquier día amanezca y la moneda nacional quede sin valor.  Es un miedo que data desde el 14 de febrero de 1988,  cuando ocurrió la denominada Operación Berta, la confiscación de dinero más masiva registrada en Nicaragua. 

Al igual que en este 2021, aquel 14 de febrero cayó en domingo y además se celebraba el Día de los Enamorados. Ese día el gobierno sandinista, con Daniel Ortega a la cabeza,  anunciaba mediante el Decreto No. 306, que a partir de las 00:00 horas del lunes 15 de febrero de 1988 los billetes y monedas de córdoba, vigentes en ese momento, quedarían sin valor.

La reforma monetaria establecía que por cada 1,000 viejos córdobas  se recibiría un córdoba nuevo y que en los siguientes tres días (15, 16 y 17 de febrero) debían cambiarlos. El decreto también especificaba que solo cambiarían billetes de 500 córdobas para arriba y se cambiaría un máximo de 10 millones de córdobas “viejos” por familia, es decir, que recibirían 10,000 córdobas nuevos.

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“Eso fue una bandidencia. En una oportunidad se me ocurrió agarrar mi salario y meterlo al banco. Abrí una cuenta de ahorro, con mucho sacrificio lo metí completito (el pago de un mes). Recuerdo que pasaron dos o tres meses y no metí ni saqué nada de la cuenta. En la siguiente oportunidad vuelvo a meter mi pago, pasa igual dos o tres meses no meto, pero tampoco saco nada, pensando en ir ahorrando al suave y torcidamente se da eso (la desmonetización sorpresa del 14 de febrero de 1988) y me dieron como tres pesos”, recuerda Márquez, de 67 años.

“Yo hasta mis lágrimas tiré porque era una barbaridad, porque yo había hecho el sacrificio de ahorrar. Además que en ese momento no entendía cuánto era lo que me habían dado y todo fue de repente”, agregó la docente jubilada, quien ahora le recomienda a sus hijos ahorrar, pero con una cuenta en dólares. “Creo que los que tenían dinero en dólares no perdieron, sus cuentas o ahorros no fueron afectados”, relata Márquez.

“Eso fue un abuso, fue una decisión acomodaticia porque fue devaluación del 10,000  por ciento. Este gobierno confiscó a la población, los ahorros se fueron”, admitió a LA PRENSA, Henry Ruiz, uno de los nueve comandantes más poderosos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

(Foto de archivo, jv) Billetes de quinientos mil y un millon de cordobas circulando en Nicaragua , abril 27 de 1990. LA PRENSA/Mauricio Orozco

El córdoba en ese momento estaba devaluado. Un córdoba se cambiaba a 21 mil córdobas por dólar en bancos o en casas de cambio existentes y en el mercado negro se cotizaba hasta en 40 mil córdobas por dólar, según publicó LA PRENSA. La gente ganaba en cantidades millonarias, pero los millones tenían poco valor, algo así como lo que ocurre en Venezuela con su bolívar, su moneda oficial.

“Ese no era el motivo original de la operación”

La Operación Berta representa la reforma monetaria que comenzó con el cambio de moneda aquel 15 de febrero de 1988,  pero, desde 1982 se venía trabajando en la estrategia económica bajo un juramento inolvidable, por lo que, fueron cuatro años de espera para ejecutar el cambio de moneda.

El equipo de trabajo que elaboró la estrategia monetaria estuvo encabezado inicialmente por el entonces ministro de Planificación, Henry Ruiz, y lo integraban también Enrique Figueroa, Alfredo Alaniz, Juan Jovanés, Javier Bone, Noel González, Néstor Avendaño y René Vivas. El plan consistía no solo en resolver el problema de aumento de billetes en circulación, sino que también estimularía la producción. Al menos esa era la idea que vendieron al pueblo.

Según Ruiz, la Operación Berta se iba a efectuar en 1985 y no en 1988. Pero en esa fecha ya no era ministro de Planificación, sino de Cooperación Externa, y se mantuvo al margen de la operación.

“Porque la intención original de esa operación era llevar la disciplina a la esfera fiscal financiera, porque existía una indisciplina, que los que estábamos en la esfera de la planificación, finanza y Banco Central, mirábamos que había un despilfarro desmesurado del dinero”, explicó el exguerrillero.

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Es decir, que la idea inicial era solamente un cambio de moneda, que consistía en cambiar un córdoba “viejo” por un córdoba “nuevo”. “Cuando hay una exagerada emisión de dinero lo que se espera es la inflación, entonces como no había control, algunos de nosotros concedimos que la forma de hacerlo era cambiando la moneda, para entrar a una disciplina nueva fiscal financiera, y que además de eso lográramos confiscar aquella moneda que no tenía respaldo”, explicó Ruiz.

Por ejemplo, “la (moneda) que había sido robada, la que andaba en manos del narcotráfico, lo que fuera y de esa forma, la masa total de moneda y papeles circulantes se reducía a un universo que obligaba al Gobierno a entrar en una disciplina nueva”, recordó Ruiz.

En 1983 la mayoría de los países de América Latina subsistían con una inflación del 20 por ciento en sus economías. Pero en el caso de Nicaragua muy pronto se iba a rebasar esa cifra, debido a la escasez y la guerra.

La Operación Berta solo era conocida en ese momento por Ruiz, Ortega y unos cuantos empleados del Sistema Financiero Nacional, especialmente del Banco Central de Nicaragua (BCN), a quienes hicieron jurar que nunca iban a revelar la información sobre la operación económica.

Una foto de archivo del 13 de agosto de 1988. LA PRENSA/Jerónimo Oporta

Ese juramento decía: “Yo (el nombre del juramentado) integrado en la tarea de la Operación Berta, juro solemnemente ante los más sagrados principios de nuestra Revolución, ante la memoria de nuestros Héroes y Mártires, preservar fielmente con celo el conocimiento adquirido y mantener la compartimentación y el secreto de la Operación Berta. Si llegara a violar este juramento, que las leyes revolucionarias caigan sobre mí y el desprecio del pueblo nicaragüense sea mi castigo”.

“Esa disciplina comenzaría en 1985, yo era el que estaba al mando de la operación, pero Daniel Ortega que fue suscriptor faltó a su palabra como siempre y fue filtrando poco a poco la operación hasta que la pospuso”, dijo Ruiz. “La operación se hizo en 1988 porque Ortega vaciló en 1985, ese tipo es así, mentiroso, vacilante, ahora está aferrado al hueso y nos va a costar mucho sacarlo de ahí”, advirtió Ruiz.

Los ganaderos y los comerciantes fueron fuertemente afectados 

En 1988, Genaro Acosta, de 70 años, trabajaba como electricista para una empresa constructora de carreteras y caminos, dice que recuerda poco de la reforma monetaria de esa época, pero lo que no olvida es que su papá, para entonces, tenía una finca y sufrió en  carne propia “el golpe”.

“Yo no tenía grandes cantidades de dinero para ir a cambiar, lo poco que tenía lo cambié sin problemas, así que no perdimos. Pero mi papá perdió, porque no le avisaron a nadie que iban a hacer cambio de moneda. Para cada millón de córdobas le daban mil pesos”, contó Acosta.

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Acosta, quien ahora ya está jubilado, reafirmó que en esa época circulaban los millones, por lo que era común que los comerciantes y ganaderos tuvieran un gran capital. Dice que el decreto se anunció un domingo y a mediados de esa semana, su papá había vendido un ganado. “Agarró sus millones y cuando vino el golpe, el cambio de moneda perdió todo los reales que había recibido de esa venta, solo logró recuperar 10 mil pesos. Perdió su ganado y el dinero, porque no lo podía usar”, manifestó.

Y es que para poder hacer el cambio del córdoba viejo al córdoba nuevo, el jefe de familia debía identificarse con una tarjeta de abastecimiento. “No importaba los millones que tuvieras, presentabas una tarjeta de racionamiento y solo podían devolverte 10 mil pesos de los nuevos, era el tope. El resto lo perdías”, agregó.

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LA PRENSA/Cortesía IHNCA

Sin embargo, Acosta asegura que algunos sandinistas y afines al Gobierno ya estaban enterados del cambio que se iba a dar, ya que días antes “se fueron a las tiendas a barrer con los electrodomésticos, camas, con todo se fueron a ‘prepear’ como se dice, porque sabían que venía ese cambio de moneda. Claro ya después no iban a comprar nada”, expresó.

“¿En qué lugar se da una devaluación de ese nivel?”, se cuestionó Ruiz. “Ya no fue la Operación Berta, se cambió la moneda para esconder una devaluación que es una confiscación generalizada, quienes pagaron esa devaluación fueron los de abajo”, aseveró el exguerrillero, aunque reconoce que esa operación debía mantenerse en secreto, porque si no era un hecho que la población se prepararía comprando y acabando con todo el mercado. Y “usted debe tener monedas y que haya bienes en el mercado para que la moneda tenga respaldo orgánico”, argumentó.

Pero, “fíjese como fue de desleal esto, que algunas incidencias le dieron a algunos ministros y que al saber que iba haber cambios, que la plata que tenían no iba a servir para nada, se fueron a comprar a los almacenes incluso del Gobierno y los vaciaron. Cuando la gente salió con su platita nueva a buscar no había nada. Y los cercanitos les soplaron a sus cercanitos”, comentó Ruiz.

El movimiento que causó miles de ruinas 

La indecisión política de no poner en marcha la Operación Berta en 1985, como se había planeado, provocó que el córdoba continuara devaluándose. En marzo de 1985 el dólar se compraba en 670 córdobas, pero en marzo de 1987, ya estaba un dólar a 15,750 córdobas. En enero de 1988 un dólar llegó a  cambiarse hasta 21 mil córdobas. La economía sufría una hiperinflación de más del diez mil por ciento.

En 1988, el ministro de Planificación Económica era Dionisio Marenco (q.e.p.d.), quien recordó que la Operación Berta estaba “engavetada”, dijo Ruiz, entonces ministro de Cooperación Externa. Como en 1985 se canceló la operación, las bodegas estaban llenas del córdoba “nuevo”, solo que no había lo suficiente para cambiar el córdoba “viejo” circulante, por el córdoba “nuevo”.

“En el año que ya es ministro de Planificación Dionisio Marenco, no sabe qué hacer con el desorden general que hay en al Dirección de la Economía Nacional y se le ocurre hacer el cambio de la moneda. Pero, Marenco ha sido informado extraoficialmente, porque él no estaba en el círculo de lo que se le llamaba el Comando del Algoritmo de la Operación, como no estaba se fue donde Daniel Ortega y le propuso hacer el cambio de moneda”, manifestó Ruiz.

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“Como no había suficiente moneda impresa, entonces propuso hacer un equivalente de una moneda nueva por 1,000 de las viejas, eso significó una devaluación del 10 mil por ciento, eso no estaba en la Operación Berta (inicial). Eso fue un invento que recurrieron al final los que no podían ya contener la hiperinflación que estaba”, señaló el exguerrillero.

Por tanto, “la operación de cambio se convierte en una operación general y ese no era el motivo de la operación. A todo mundo le causó ruinas. Como mandaron a Nicho Marenco a que se hiciera cargo, este era uno de los favoritos de Daniel Ortega, no supo qué hacer, entonces se le ocurrió eso. No hay moneda suficiente hizo la división”, añadió Ruiz.

La gente ganaba en cantidades millonarias, pero los millones tenían poco valor. LA PRENSA/Cortesía.

El papá de Violeta Márquez —docente jubilada—, era propietario de una taller de carpintería, elaboraban muebles, cunas, camas, roperos, sillas, entre otros artículos de madera. Entregaba en el sector de La Caimana en el mercado Oriental y también en el mercado Roberto Huembes.

“En el caso de mi papá, cuando se da el cambio de la moneda, él perdió mucho dinero, porque no te permitían cambiar más que una cantidad determinada y como mis hermanos estaban más pequeños y solo podía ir uno de la misma familia se perdieron grandes cantidades de dinero”, lamentó la jubilada.

A los años, Márquez cuenta que encontraron en las bodegas del taller botes viejos con monedas y billetes que ya no tenían valor. “En el colchón de la cama de mi mamá también quedó bastante de esos billetes, porque ese era el lugar donde la gente guardaba reales antes. Mis papis recuerdo que cerraron por algunos años y luego volvieron a abrir el taller, pero la verdad no sé cómo fue”, expresó.

De acuerdo con Ruiz, se denominó Operación Berta a la reforma monetaria, porque las reuniones sobre esta estrategia se llevaron a cabo en la Quinta Berta, cerca del kilómetro 27 de Carretera Sur, que estaba bajo la administración de la Embajada de la República Democrática Alemana y a los especialistas que ayudaron a hacer la operación y elaborar los billetes nuevos se le ocurrió ponerle Operación Berta.

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