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CONTENIDO EXCLUSIVO.El régimen de Daniel Ortega ha vuelto a poner al Sistema Financiero Nacional en aprietos. Imponer a la banca a que reabra las cuentas de los sancionados por Estados Unidos, la llevaría al borde de la expulsión del Sistema Financiero mundial, no es primera vez que la pone en situación de amenaza. Ya en la década de los ochenta, en su primer periodo de gobierno, el régimen desapareció al sector, que tomó años recuperarlo, recordaron ayer analistas.
Según el economista y expresidente del Consejo Superior de la Empresa Priva (Cosep), Erwin J. Krüger, cuando doña Violeta B. Chamorro llegó al poder 1990, recibieron una economía con una hiperinflación desde el año 1986, que había llegado al 34 mil por ciento, una deuda externa de 12,500 millones de dólares y las exportaciones apenas pasaban los 300 millones de dólares, pero eran subsidiadas por el Estado. Sin mencionar la destrucción, la escasez y discordia que dejó la guerra civil en la década de los ochenta.
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En ese contexto, prácticamente las instituciones financieras no existían. “El Sistema Financiero estaba colapsado, porque la gente no tenía confianza en el billete, en la moneda, porque como perdía valor aceleradamente, la gente cuando tomaba un córdoba lo gastaba inmediatamente, porque sabía que dentro de unas horas iba a valer menos”, recuerda Krüger, quien tras la caída de Ortega del poder, en el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro, asumió como ministro de Cooperación Externa en la década de los noventa.
El abogado y exlegislador José Pallais Arana recuerda que el régimen actual, el mismo que estaba también en el poder en los años ochenta, se apropió de toda la banca privada y quedó operando al principio con las instituciones nacionalizadas y después fue cerrando instituciones y reduciendo el número de ellas.
“Un proceso de concentración, básicamente se fueron creando únicamente el Banco Nacional de Desarrollo y el Banex (Banco del Éxito). Con el triunfo de doña Violeta, ambas instituciones estaban quebradas, una situación económica muy difícil por el mal manejo de los créditos, la recuperación de los créditos fundamentalmente al sector estatal, porque el sector estatal de la economía creció, entonces los préstamos eran casi un 70 o 80 por ciento del sector estatal, que no repagaba sus obligaciones y la capacidad financiera de estos bancos, con el gobierno de doña Violeta hubo que arrancar casi de cero, buscar cómo capitalizar, y el éxito que tuvo para reactivar la economía fue abrir de nuevo la posibilidad que se constituyera un banco privado, que si no me equivoco fue el Banpro, después el Mercantil, y así”, opinó Pallais.
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Por su parte el sociólogo y economista, Óscar René Vargas, expresa que lo que se estableció en la década de los ochenta fue el sistema del trueque, la gente intercambiaba productos. Porque “la hiperinflación que había era tan alta, que en vez de guardar dinero en los bancos era mejor intercambiar productos. Entonces, el Sistema Financiero colapsó, esa fue la realidad. Hubo un colapso, porque no había banco. El Banco Nacional de Desarrollo no funcionó, que era el otro banco digamos estatal”, manifestó.
Además, señala que no solo el Sistema Financiero colapsó, sino que el sistema de intercambio entre las personas, ya que la gente buscaba cómo defenderse haciendo ese tipo de operaciones.
Respecto al servicio de remesas, Pallais recuerda que de los bancos al principio participaban pocos y se fueron metiendo en cuestiones de remesas muchos años después. “Al principio estaban en manos de empresas remesadoras, sucursales de empresas internacionales, de Estados Unidos la mayoría de ellas”, agregó.
¿Cuántos años le tomó al país reconstruir el sector?
Según los expertos, a Nicaragua le costó mucho estabilizar la economía después del desastre económico y sostienen que 40 años después sigue siendo la causa del subdesarrollo y pobreza de este país.
La caída del PIB se extendió dos años más durante el Gobierno de doña Violeta y los altos incrementos de precios se detuvieron hasta en 1992. En el primer año del nuevo gobierno, la inflación se ubicó por el 15 o 18 mil por ciento, y en el segundo, en 865 por ciento. En el tercer año de la administración de Violeta Barrios fue que bajó hasta 3.5 por ciento. Para entonces la economía daba pasos hacia adelante nuevamente.
Krüger explicó a LA PRENSA que para reconstruir el Sistema Financiero primero se trató con una estrategia de igualar el dólar al córdoba, lanzando una emisión que se le conoció como córdoba oro, y realizando devaluaciones (devaluaciones del córdoba viejo) todos los lunes. Porque el gasto todavía era muy alto. Pero esta estrategia no funcionó.
Sin embargo, recuerda que por el mes de abril del año 90 el ingeniero Antonio Lacayo (q.e.p.d.) le pidió que se fuera al Banco Central, pero él le dijo que no era necesario, que lo que el país necesitaba era pedir una omisión oficial del Fondo Monetario Internacional (FMI).
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“La misión se envió y estuvieron con nosotros y empezamos a calcular dentro del banco, yo era director del banco, representando a doña Violeta, había un presidente, pero yo representaba en el directorio al presidente de la República, Violeta B. de Chamorro. Entonces, se empezó a construir un plan, pero el plan para que funcionara necesitábamos ayuda externa, entonces me nombraron ministro de Cooperación Externa, siendo siempre director del Banco Central y buscamos los recursos necesarios para lanzar el plan”, reveló Krüger, quien no brindó detalles a profundidad de ese plan.
“El plan se lanzó el 3 de marzo de 1991 y en 60 días, en mayo, ya la economía había parado la hiperinflación. De hecho la inflación del mes de marzo de ese año fue negativa”, destacó.
Agregó que se siguió trabajando con la inflación ya controlada y después introdujo otro componente con ayuda también del FMI y una serie de economistas que escogieron y entraron al concepto de las minidevaluaciones, programa que ha existido desde entonces, hasta el día de hoy.
“En el gobierno de doña Violeta nosotros paramos la hiperinflación, la economía caía a un ritmo de casi 3 por ciento por año, con doña Violeta la empezamos a reducir esa caída y en el año que ella se fue (1996) ya crecíamos al 6.4 por ciento por año. Estamos hablando que se paró la hiperinflación, se paró la recesión, y empezamos el crecimiento y se estabilizaron los precios y además la deuda externa que estaba en 12,500 millones de dólares, la logramos reducir a la mitad. Fue una labor muy compleja y muy difícil”, confiesa Krüger.
Recuperar el sector financiero fue un proceso largo —coincidió por separado Pallais—, se llevó entre tres y cuatro años, porque buscar financiamiento externo, que fueran sujeto de créditos internacionales, fue un proceso de conciliación que dilató sus años.
Vargas también destaca que el Sistema Financiero se recuperó del año 90 al 95, lo que destacó como el período más álgido de reconstrucción de la economía nicaragüense. “Porque después en el 95 los bancos privados empezaron a funcionar, a partir de allí ya comenzó a funcionar como los conocimos hasta el 2018, y que a partir de esta fecha el sistema otra vez entró en crisis”, lamentó el sociólogo.
Son contextos distintos
Aunque los expertos coinciden en que los contextos de las crisis de los 80 y de 2018 son totalmente distintos, para salir de la actual crisis sociopolítica hay que hacer frenar el origen de esta, y el origen de esta crisis es político. Lo que indica que la clase política tendrá que llegar a un entendimiento para que se quite el riesgo político, y eso ayudaría a disminuir el problema económico y ayudar a la banca.
“El segundo problema es anular esa iniciativa de ley que acaba de lanzar (el régimen de Ortega), (la Ley de Defensa de los Consumidores, que busca proteger a los funcionarios sancionados), porque esa iniciativa de ley no le trae ningún beneficio al país. Eso hay que eliminarlo, así como las otras leyes (represivas) que se pasaron en los últimos tres meses, eso lo que crea es desconfianza y cuando en una economiza hay desconfianza no hay inversión ni doméstica ni extranjera”, advierte Krüger.
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Posteriormente considera que habría que reducir los impuestos, no seguirlos aumentando y un buen manejo de la economía y manejo coordinado de la economía con las políticas fiscales y las políticas sectoriales. “Eso fue lo que hicimos nosotros en el noventa, claro, nosotros lo sabíamos hacer. Yo había estado en Perú, Argentina, había visto los planes brasileños y varios otros problemas a nivel mundial. Y después era el único economista que mantenía el diálogo con el FMI, entonces con el FMI trajimos una misión y trabajamos juntos en el Banco Central. Aunque era ministro me había sumado a las discusiones”, detalló.
No obstante, Vargas apunta que aunque se llegue a salir de la dictadura, eso no resuelve el problema económico del país. “Va a tomar equis años para recuperarse. Del 2021 al 2025, va a costar al menos unos cinco años para recuperar el Sistema Financiero del 2017, en caso de salir de la dictadura”, insiste. De lo contrario “yo te calculo personalmente que hasta el 2030 fácilmente llegamos a una situación de contracción. Lo otro significaría un proceso de estancamiento económico del país”, alerta.