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Luis Castellón tiene una impresionante frecuencia ponchadora. LA PRENSA/JADER FLORES

Marcas sagradas del beisbol nicaragüense que peligran esta temporada

Frente a la temporada más larga en la historia, los amantes de los récords hacen cálculos y sus trazan proyecciones. Estos podrían caer

Frente a la temporada más larga en la historia del beisbol nicaragüense, con 112 partidos en su fase regular, los amantes de los récords hacen cálculos, trazan proyecciones, visualizan el rendimiento estadístico de los peloteros, para intentar predecir qué marcas sagradas podrían ser tumbadas.

Ponches

Diego Raudez hizo estragos con sus envíos submarinos en 1983, al registrar 220 bateadores “fusilados”. Solo Raudez y Andrés Torres, con 203 en 1977, han podido superar la barrera de los 200 “k”, pero esta temporada podemos depositar nuestras esperanzas en un tirador zurdo jinotegano.

Luis Castellón tiene una impresionante y creciente frecuencia de ponches, que puede llevarlo a atacar la marca de Raudez. El zurdo abanicó a un promedio de 12.3 bateadores cada nueve entradas en 2020.

Para tumbar a Raudez, Castellón necesita cumplir dos requisitos: mantener su alta frecuencia ponchadora y caminar más innings por apertura, porque el año pasado tuvo un promedio de cinco episodios por salida, el cual debe mejorarlo a al menos seis entradas.

Tiene 24 años de edad, más de un ponche por inning (322 en 302.2) en su carrera y está en pleno ascenso. Así que merece un voto de confianza.

Robos de bases

Los juegos de siete innings traen más dinamismo y los robos de bases son parte fundamental de este nuevo sistema, en el cual se busca mover a los corredores en busca de anotar temprano, porque el partido termina más rápido.

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No hay en la actualidad un Sandy Moreno, quien estafó 59 colchonetas con los Dantos de 1990, pero sí hay jugadores de buena velocidad, que les gusta correr y han aprendido el arte del robar, como Darwin Sevilla, Fausto Suárez e Iván Marín.

Los tres candidatos tienen temporadas de 30 o más robos, juegan en equipos en los que la velocidad es fundamental y tienen vía libre para hacer su show.

Bismarck Rivera debería estar metido en ese grupo. Es tan veloz y más joven que los antes mencionados.

Blanqueadas

Tres auténticos monstruos comparten este récord: nueve. Antonio Chévez en 1973, Porfirio Altamirano en 1985 y Julio Moya en 1983 tienen sus nombres grabados en esta marca.

El año pasado nadie propinó más de una lechada y en este siglo Julio Raudez tiene la cifra más alta de blanqueadas con seis en 2013. Entonces, ¿por qué este año podría estar en peligro esta marca? La respuesta son los juegos de siete innings.

Para que tengamos una idea, la campaña anterior solamente se lograron 13 juegos completos y cinco blanqueadas. Ahora, en solo el primer fin de semana hubo seis recorridos completos y lechadas de parte de Carlos Téller, Elvin García y Carlos Alemán.

Los abridores podrían hacer hasta 28 aperturas. Así que ahí está el reto.

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