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En noviembre de 2020 los huracanes Eta y Iota afectaron a toda Nicaragua  y sus sistema agrario. LA PRENSA/ARCHIVO

Producción de plátano en riesgo, ¿qué sucede con este alimento tan demandado?

Durante los últimos 15 meses, producir una manzana de plátano ha costado entre 2,000 y 3,000 dólares, lo que implica hasta un 30 por ciento más caro que antes de la reforma tributaria en el 2019. Este es el pedido de auxilio del sector.

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La producción de plátanos, que desde el 2015 daba señal de un futuro prometedor para las exportaciones por sus mejoras productivas y porque se había convertido en un polo atractivo para la inversión, está perdiendo brillo. La crisis sociopolítica en abril de 2018 y el fuerte aumento en los costos de producción, a raíz de la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, tienen contra las cuerdas al sector, pese a que el Gobierno  a inicios de este mes se mostró confiado en que el sector logrará en ingresos por exportaciones un ambicioso monto de 52.8 millones de dólares.

Para ello prometió darle bonos y asistencia técnica, para que el plátano de Nicaragua se coloque detrás del frijol dentro de la cesta exportadora. “Son 20 mil productores de plátanos, en 34,200 manzanas de tierra establecidas, con un alto rendimiento de plátanos por racimos y esto nos va a dar una exportación de 52.8 millones de dólares”, dijo el titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, a medios oficialista, el pasado 12 de febrero.

Lo que no dijo Acosta es que el sector está pasando un momento muy difícil. Los precios internacionales están cayendo, los intermediarios locales están pagando muy poco  en las fincas dedicadas a esta siembra y los costos de producción han subido más de 30 por ciento. La situación empeora porque a raíz de la crisis política, que no acaba de superarse, se espantó la inversión de gran envergadura.

El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), Michael Healy, cree sin embargo que fue la reforma a la Ley de Concertación Tributaria que le dio una estocada al brillante futuro que tenía la producción de plátano. Haberle puesto obstáculo a la obtención de exoneración a los insumos agrícolas dejó gravemente herido al sector, que requiere usar muchísimo fertilizante, por ejemplo, para lograr un plátano de calidad exportable.

“Nosotros dijimos que la reforma iba a crear impacto en la producción, pero ahorita estamos viendo ya los resultados. Los costos para los productores de plátano se incrementaron arriba de un 25 por ciento, esto significa que  los productores más tecnificados han continuado, pero los no tecnificados, que estaban  camino a tecnificarse, eso los detuvo por el alto precio de los agroquímicos”, sostuvo.

“Íbamos en un crecimiento sostenido,  inyectándole tecnología a la producción de plátanos  para mejorar esta productividad e incrementar no solo en áreas sino en productividad, se venía trabajando el tema de la transformación, hay varias iniciativas pequeñas para el tema de transformación”, comentó Healy.

La ambición del sector era tal que estaban apostando no solo por vender el plátano como materia prima, sino darle valor agregado. “Nosotros siempre tuvimos la idea de realizar la transformación de la matriz exportadora para pasar materia prima al producto terminado con valor agregado; pero desgraciadamente la crisis del 2018 y la misma pandemia del 2020 vinieron a paralizar esta iniciativa que teníamos, aunque ya estamos tratando de retomarla como sector empresarial para crearle un valor agregado al sector platanero”, adelantó.

Durante los últimos 15 meses, producir una manzana de plátano ha costado entre 2,000 y 3,000 dólares, lo que implica hasta un 30 por ciento más caro que antes de la reforma tributaria en el 2019.

Alfredo Centeno, presidente de la Asociación de Plátanos y Guineos de Rivas (Aplari), confirmó el impacto del  alza en fertilizantes.”Hay insumos  que han  subido  hasta un  30 por ciento, otros el 25 por ciento. Desde diciembre hasta  el momento  varios fertilizantes  aumentaron, por ejemplo,  la urea  costaba 920 córdobas y hoy se encuentra en 1,120″, ejemplificó.

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Más afectaciones

El productor agrícola de León, Carlos Langrand, aseguró que los altos costos obligan a atender menos el cultivo y pone en crisis al sector productivo que deriva en menos empleo y oportunidades.

Le preocupa especialmente la incertidumbre política  que hay  en el país.  “El riesgo país conlleva a financiamiento bancario escaso y con altos intereses, no hay fondos, programas ni planes de desarrollo al sector agrícola, los productores de plátano y agrícolas están abandonados a su suerte”, denunció.

Antes de abril de 2018 venía creciendo la siembra agroindustrial para mercados de exportación. Plátanos pelados, tostones y en  fruta fresca estaban abriéndose campo. Había compañías transnacionales con planes halagadores de producción y comercialización del plátano nicaragüense,  para llegar incluso a desplazar las exportaciones de Ecuador hacia Estados Unidos.

Según datos del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific), Ecuador hasta el 2017 era el segundo proveedor de este producto de Estados Unidos, cuyo mercado le facturó 67.14 millones de dólares, mientras que a Nicaragua ese mercado le compró 8.90 millones de dólares. Esto último representaba un aumento de 106 por ciento respecto a 2016.

Y aunque el Gobierno asegura que para este año esperan casi 60 millones de dólares, lo cierto es que no hay de dónde obtener ese crecimiento. Según cifras preliminares del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) el año pasado el país vendió 15.4 millones de dólares en plátanos, menos que los 16.7 millones en el 2019. Se envió más volumen, pero los precios cayeron.

La situación en el 2021 parece repetirse. En enero, según la misma fuente oficial, los ingresos por plátanos caen 9.9 por ciento y menos ocho por ciento en volumen, una reducción que también estuvo inducida por la merma en los precios internacionales.

El presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), Guillermo Jacoby,  explicó que al cierre de 2020 el plátano sufrió una caída de precio de 16.5 por ciento versus el 2019 y se  envió más volumen, al punto que  hubo un incremento del  10.2 por ciento, pero esto no fue suficiente para mantener al sector en crecimiento.

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Más factores que preocupan

Langrand dice que si bien  en varios mercados están experimentando contracciones, especialmente en Estados Unidos y Centroamérica, lo que más preocupa al sector es el aumento del riesgo país que ha detenido el avance de la transformación del sector.

También  interfiere en la baja del sector  la caída  del turismo, la contracción del consumo en el sector de restaurantes y comiderías y la situación económica impacta en la  capacidad de compra de los nacionales. “La inestabilidad política afecta el clima de inversión, la atracción de inversión nacional y extranjera, no habrá posibilidad de avanzar en temas económicos, sociales de desarrollo humano mientras no se resuelva la situación política, de seguridad jurídica, de derechos y libertades individuales”, sentenció.

Según Langrand,  compradores de  Honduras y  El Salvador han buscado nuevos proveedores por la inseguridad jurídica del país. A su vez relata que en  el país  no  hay  fondos de desarrollo y  los intereses bancarios superan  el  18 por ciento  anual, por lo tanto su  nivel de competitividad se  reduce.

Langrand puso de manifiesto que  antes del 2018 se estaba desarrollando un  programa de 3,000 manzanas  de plátano a través de una transnacional estadounidense, pero a raíz de  abril  todo eso se vino al suelo.

El representante de Aplari  dice que por el momento  lo que  han visto en las zonas productoras de plátano es que los organismos gubernamentales están motivando a los productores a hacer proyectos,  pero  la falta de  financiamiento  los mantiene paralizados a avanzar más allá de las pláticas.

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Energía impacta

Y aunque la energía eléctrica en enero para las actividades industriales se abarató un poco más del 10 por ciento en enero, este sigue siendo un costo que pesa sobre la estructura productiva del cultivo de plátano. El sector requiere de los sistemas de riego para desarrollar la producción, por lo que la electricidad representa el 30 por ciento de sus costos.

“Tenemos al menos 27 mil manzanas tecnológicas que utilizan el  riego, entonces el alto costo de la energía, el  combustible  y  el alto costo de los insumos y  agroquímicos  hace que  se pierda  competitividad, pero al final de cuentas se  sigue exportando porque al final de cuentas  los  huracanes también golpearon la producción de Honduras  y  Costa Rica,  nuestros  principales compradores”,  precisó el titular del Cosep.

En noviembre de 2020 los huracanes Eta y Iota afectaron a toda Nicaragua  y sus sistema agrario. Los plantíos de plátanos en  Rivas —uno de los departamentos donde más se siembra este cultivo—, se inundaron y eso creó  hongos  y  enfermedades  que  debilitaron  los  siembros y  con  el  exceso de  vientos de este  momento  se ha dado la caída del chagüite, por lo que ni las políticas fiscales del país ni  la naturaleza les da tregua.

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