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Dolvin Evenor Centeno, de 20 años, fue condenado a 30 años de prisión por haber matado a Carmenza Hernández Godínez, de 18. LA PRENSA/Cortesía

30 años de prisión para vigilante que mató a compañera de trabajo

La joven de 18 años fue hallada muerta en una zanja, luego que el hombre la matara con una daga

Dolvin Evenor Centeno Centeno, de 20 años, fue condenado a 30 años de prisión por el robo y asesinato de la joven de 18 años Carmenza Hernández Godínez, hecho ocurrido el pasado 5 de febrero en Río Blanco.

Centeno había admitido el crimen ante la juez Maribel Parrilla, del Juzgado de Audiencias de Matagalpa, en la audiencia inicial celebrada el 23 de febrero.

La acusación de la Fiscalía detallaba que Centeno, quien era guarda de seguridad en la bodega donde laboraba la joven, tenía enemistad con Carmenza Hernández porque la enamoraba y “la víctima no aceptaba los enamoramientos” y lo ignoraba. Además, en una ocasión, Hernández, quien era la responsable y despachadora de la bodega de plásticos ubicada en el mercado de los quesos en Río Blanco, lo encontró dormido e informó al jefe del vigilante.

La mató con una daga

El acusado trabajaba turnos de 24 horas; el día del crimen entró a las 7:00 de la mañana. En la bodega solo laboraban él y la joven. A las 5:30 de la tarde, Carmenza Hernández se dirigió al servicio higiénico que se ubica a un costado de la bodega, lo que fue aprovechado por el sujeto para seguirla y atacarla con una daga de 24 centímetros de largo.

La joven intentó huir, pero el sujeto el propinó una herida en el pecho; al caer al suelo, Centeno le propinó siete puñaladas. “La víctima en el intento de evitar la agresión por parte del acusado Dolvin Evenor Centeno Centeno, le dejó marcados aruños”, detalla la Fiscalía. Los aruños los tenía en el cuello y cerca de la clavícula.

El guarda de seguridad se robó el teléfono de la joven (valorado en 5,000 córdobas) y a las 6:30 de la tarde, metió el cadáver en dos sacos macen, y los amarró con cabuya. Luego fue a tirar al cuerpo a un arroyo de aguas fluviales, relata la Fiscalía. Ahí tapó el cuerpo con madera, maleza y piedras.

Carmenza Hernández Godínez, de 18 años. LA PRENSA/Cortesía

“No mostró compasión”

Para borrar evidencias, Centeno derramó aceite negro en el piso del baño y tapar la sangre de la joven. En las gradas quedaron las sandalias de Carmenza y él las echó en una bolsa de gabacha, y las tiró en el mismo lugar del cadáver.

La juez Maribel Parrilla en su sentencia dijo que Centeno “no mostró compasión alguna a la víctima que apenas tenía dieciocho años de edad, a quien teniéndola intimidada y caída en el suelo, defendiéndose con sus propias manos a punto de arrancarse una uña completa del dedo anular de su mano derecha, la golpeó en su cara y apuñaló en siete ocasiones, provocándole la muerte, para luego proceder a robarle y ocultar el cuerpo y las evidencias (sangre y bienes de la víctima) para intentar ocultar las acciones ilícitas cometidas”.

El cadáver de la joven fue hallado al día siguiente del crimen en esta zanja. LA PRENSA/Cortesía

La judicial condenó a Centeno a 30 años de prisión por el asesinato agravado y 7 años por el robo, pero manifestó que deberá cumplir “una pena máxima de treinta años de prisión, de conformidad con el art. 37 de la Constitución Política y art. 52 del Código Penal”. La pena contra Dolvin Centeno expirará de manera provisional el 6 de febrero del 2051.

Sucesos asesinato cuchilladas Matagalpa Río Blanco archivo

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