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Nicaragua

La mayoría de los cauces de Managua descargan sus aguas en el lago Xolotlán. LAPRENSA/J.FLORES

El último préstamo que hace Nicaragua para el sueño de sanear el lago Xolotlán

El Xolotlán recibe contaminación directa desde 1926. La gestión del préstamo para su tratamiento la oficializó el régimen de Daniel Ortega en La Gaceta del viernes 26 de febrero, a través del acuerdo presidencial número 43-2021.

Nicaragua suscribirá un préstamo de 18 millones de euros (unos 21.6 millones de dólares) con el Kreditanstalt für Wiederaufbau – Instituto de Crédito para la Reconstrucción (KfW) – Frankfurt am Main, para la ejecución del programa de saneamiento del lago de Managua en la ribera sur.

La información fue oficializada por el régimen de Daniel Ortega en La Gaceta del viernes 26 de febrero, a través del acuerdo presidencial número 43-2021. En este se autoriza al vicetitular de Ministerio de Hacienda y Crédito Público, José Adrián Chavarría Montenegro, a proceder con la firma, dejando claro luego que la ejecución estará a cargo de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal).

Tras enterarse del acuerdo presidencial, el ambientalista Jaime Incer Barquero explicó que el primer paso debe ser una evaluación del estado de contaminación del cuerpo de agua. “Vos no podés hacer nada si antes no estudiás los tipos de contaminantes, de dónde proceden, cómo se originan y cómo se puede evitar que sigan llegando”, aclara.

Lea: “Vamos a tener este tipo de fenómenos con mayor frecuencia y mayor intensidad”, advierte Incer Barquero respecto a los huracanes

Aunque la información sobre el programa de saneamiento es escueta, Incer Barquero comenta que sanear el lago llevaría más de 30 años. Y para eso las acciones deben ser sostenidas, porque actualmente “la mitad del lago es un basurero, es el basurero acuático más grande de Centroamérica”.

El Xolotlán, también conocido como lago de Managua, es el segundo más grande del país —solo superado por el Cocibolca— y para 1926 empezó a recibir aguas residuales. Fue condenado a que día a día recibiera contaminación, cada vez mayor conforme crecía la ciudad de Managua y sin que los jefes de Estado desarrollaran acciones para salvarlo. Este recurso se convirtió en un símbolo de la marginalidad.

Fue hasta 2009 que Nicaragua empezó a tratar sus aguas residuales en una planta que, según publicaciones de LA PRENSA, en esa época costó 85 millones de dólares. El dinero provino de Alemania. Para su funcionamiento, se construyeron más de veinte colectoras de aguas residuales, encargadas de canalizar el flujo a través de la red interceptora, hasta llevarlas a la planta de tratamiento.

Desde que la planta entró en funcionamiento, en los barrios costeros de la capital se dejó de percibirse el hedor que había día y noche y que empeoraba durante los días soleados. Esta fue una muestra de los resultados de la planta y el programa de saneamiento, sin embargo la red de cauces sigue descargando sus aguas y basura en el Xolotlán, y según ha anunciado la Alcaldía de Managua, se pretende llevarle más, esto a través de dos canales trasvase. A juicio de ambientalistas, con esto se potenciaría la contaminación.

Sobre la firma publicada el viernes 26 de febrero, un experto en recursos hídricos, quien pidió anonimato, catalogó de contradictorio el préstamo tomando en cuenta las acciones que han realizado las autoridades con respecto a reformas y derogaciones de leyes importantes.

Por ejemplo, el experto menciona la reforma de la Ley General de Aguas Nacionales (Ley 620), aprobada el 12 de noviembre de 2020. En esta se borra el artículo 98, que citaba textualmente: “El Estado es responsable de garantizar todo el proceso de recuperación y saneamiento del Lago de Managua o Xolotlán, y lagunas que estén contaminadas, a los efectos de definir posteriormente en coordinación con todas las instituciones gubernamentales y organizaciones civiles involucradas, los tipos de usos que deberán ser permitidos o autorizados por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en consulta con el Consejo Nacional de los Recursos Hídricos (CNRH)”.

Además, recuerda que en esa reforma se derogó la ley que crea la Comisión de Desarrollo Sostenible de la Cuenca Hídrica del Lago Cocibolca y del Río San Juan.

“El lago es superficial, no es muy hondo, la máxima altura no sobrepasa los 30 metros y eso es cerca del Momotombito, pero frente a Managua la profundidad son cinco o siete metros”, dice Jaime Incer Barquero, ambientalista nicaragüense.

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