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El Observatorio Ciudadano reporta, al 10 de marzo, 117 muertes de personal de salud. LA PRENSA/Archivo/Oscar Navarrete

Las razones del porqué el personal de salud debe estar entre los primeros vacunados contra el Covid-19

"Si se enferman los médicos de primera línea combativa, se nos derrumba la principal trinchera que tenemos contra la mortalidad". Esto es lo que dicen los especialistas

A 21 días de que Nicaragua inició la vacunación contra el Covid-19 en pacientes con insuficiencia renal crónica, los trabajadores de salud siguen expectantes de cuándo les tocará su turno para inmunizarse. Pese a que son pieza clave en la lucha contra la pandemia, y están expuestos a altas cargas virales en los hospitales o demás unidades de salud —lo que también los convierte en un transmisor potencial del virus—, el régimen de Daniel Ortega no ha hecho aún esto realidad y ha dejado al gremio de salud en la lista de espera.

Partiendo de que todos los trabajadores de salud de un hospital o en centro de atención primario están en alto riesgo de infectarse y transmitir el virus por su movilidad y atención de pacientes, el equipo que está en la primera línea combativa de la pandemia —como emergencia, sala Covid-19 o cuidados intensivos— es el que tiene la más alta carga viral por su contacto directo con personas contagiadas.

¿Qué implica que el Ministerio de Salud aún no decida vacunar al personal de salud? Para el especialista en Salud Pública y miembro del Comité Científico Multidisciplinario, Carlos Hernández, el que hasta ahora no se vacune a este grupo prioritario solo afectaría más al sistema de salud nicaragüense, porque a un año de la pandemia en el país, los médicos en la primera línea combativa ya cuentan con experiencia y conocimiento para manejar la pandemia.

“El personal de salud ya debería estar vacunado tanto de las unidades de primer nivel de atención como en los hospitales (…) que están atendiendo por la razón que sea, no solamente que atiendan Covid-19 sino todo aquel que está atendiendo un paciente que llega por cualquier razón, porque nadie sabe si tiene Covid, a esas personas que van desde los vigilantes, camilleros, los que llevan la comida, todo ese personal (…) Si se enferman los médicos de primera línea combativa, se nos derrumba la principal trinchera que tenemos contra la mortalidad“, destacó el salubrista.

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“El problema no es que el médico se enferme, sino que ese médico, enfermera, camillero, ya tiene la experiencia para manejar bien los casos de Covid, y cada recurso humano en salud es valiosísimo (…) La imagen no es del médico contagiador sino del recurso tan valioso que se enferma, porque la experiencia y conocimiento acumulados en esa persona que si se pierden, perdemos un capital valioso”, agregó.

Covid-19
El Hospital Alemán Nicaragüense es uno de los dispuestos por el Minsa para atender pacientes graves con Covid-19. El mismo personal del sector público desconoce cuándo los vacunarán. LA PRENSA/R. FONSECA

Un estudio sobre el comportamiento del virus en los trabajadores de la salud de Nicaragua, publicado el pasado 27 de enero en la revista científica PLOS ONE, reveló que el personal que se contagió de Covid-19 entre los meses de junio y julio de 2020 —durante la curva ascendente de la pandemia—siguió atendiendo a pacientes en unidades médicas sin contar con el equipo de protección personal (EPP) adecuado. A esto se le suma la falta de pruebas PCR para Covid-19 y la falta de un oportuno y transparente diagnóstico por parte del Minsa, que propiciaron el aumento de contagio. Ahora, con la vacunación, el régimen nuevamente relega la labor que hace el personal sanitario.

Médicos lejos de la realidad

Aunque el gremio médico independiente ha exigido la inclusión inmediata del personal de salud en la vacunación, no ha obtenido respuesta de parte del Minsa. A pocos días de que inicie la segunda etapa del proceso de inmunización en el país, que estará dirigida a enfermos con cáncer, cardiopatías e hipertensión aguda, médicos y presidentes de asociaciones médicas manifestaron a  LA PRENSA que desconocen si los vacunarán.

“No sabemos”. “No hay ninguna información de cuándo nos vacunarán”. “No conocemos el  calendario de vacunación”. Fueron las respuestas de médicos y presidentes de asociaciones.

“Tenemos como medidas específicas que el 24 de marzo, cuando concluye esta primera etapa con los pacientes de insuficiencia renal crónica, pasamos a los pacientes oncológicos, a los pacientes con cardiopatías de alto riesgo, todos ellos, y de 61 años en adelante. Van a ser cubiertos también en este programa los pacientes de hipertensión aguda y pacientes críticos de diabetes”, reportó la vicepresidenta de Nicaragua y vocera del régimen, Rosario Murillo, el pasado 9 de marzo en su acostumbrada intervención mediante los medios oficialistas.

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“Uno se vuelve el transmisor”

A criterio del doctor Alejandro Lagos, especialista en Salud Pública, los trabajadores de salud tienen que ser prioridad para el Minsa por la misma demanda de atención que tienen los hospitales públicos, y ante la falta de EPP adecuado, esto hace que el personal sanitario se convierta en un potencial transmisor del Covid-19 y se den los brotes de casos familiares o comunitarios.

“Los médicos serían un vector transmisor si no se inmuniza, pero no solo por eso, la OMS se dio cuenta que los insumos de bioseguridad que deben dársele al personal de salud, no son suficientes, entonces hay que inmunizarlos”, expresó el doctor Lagos, quien consideró que es “un caprichoso” de los Ortega-Murillo dejar a un lado los médicos y personal sanitario.

El salubrista explicó que un doctor del sector público atiende entre cinco y seis personas por hora (por la misma demanda), y partiendo de que el doctor esté contagiado pero asintomático, este podría contagiar al paciente. Siguiendo la cadena de transmisibilidad, los dos implicados transportarían el virus a sus familias y a su entorno, y estos a su vez a la comunidad, causando así los brotes familiares y comunitarios.

Otra de las razones que aumentan la transmisión entre los trabajadores de salud es el área o especialidad, por ejemplo, en la unidad de cuidados intensivos, hay un alto riesgo de infección por el espacio cerrado, por el uso de aire acondicionado, por el tamaño de la sala y la cantidad de pacientes que esta tiene.

“La transmisibilidad depende si una persona anda sintomatología activa o pasiva, depende de quién tiene en frente, si alguien joven con mascarilla o no”, señaló Lagos, quien recordó que se deben mantener las medidas de prevención.

¿Qué dice la OMS?

En la hoja de ruta para establecer las prioridades en el uso de las vacunas contra el Covid-19, publicado en octubre de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo ubicó al personal sanitario como los primeros en la lista de vacunación y, para ello, brindó tres razones que “respaldan el grado de prioridad”.

El motivo número uno para proteger a este grupo es para preservar la disponibilidad de un servicio esencial crítico en la respuesta a la pandemia. “Es probable que los efectos sanitarios indirectos de la pandemia más allá del Covid-19 sean mucho peores si dichos servicios se ven sobrecargados o desbordados”, apunta el organismo.

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En segundo lugar, debido a la exposición al virus, el personal sanitario corre un alto riesgo de infectarse y posiblemente de enfermar y morir. “Además existe el riesgo de que transmitan el virus a personas que también están expuestas a sufrir cuadros graves de Covid-19”. En tercer lugar, la priorización de este personal “está justificada por el principio de reciprocidad: desempeñan funciones decisivas en la respuesta al Covid-19, trabajando en condiciones intensas y sumamente difíciles, y exponiéndose a un riesgo mayor no solo ellos mismos sino también quizá a sus familiares por el bien de los demás”.

Urge acelerar vacunación

Nicaragua ha recibido la donación de 341 mil vacunas (6 mil Sputnik V, 335 mil Covishield), de las cuales se desconoce cuántas ha aplicado el Ministerio de Salud o con cuántas dosis iniciará la segunda fase de este proceso. Pero aun así, para los salubristas, se debe acelerar la vacunación en el país.

Para el doctor Lagos, la decisión de no vacunar al personal médico, el no brindar  una comunicación limpia y específica sobre este proceso, afecta la confianza del nicaragüense para decidir si vacunarse o no, por lo que urgió manejar la situación con transparencia para que la población sea vacunada en tiempo y forma.

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