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El dictador Daniel Ortega, una vez más, volvió a quejarse de las sanciones. LA PRENSA/TOMADA DE INTERNET.

Los números que muestran que las medidas económicas de Ortega son más devastadoras que una pandemia y dos huracanes

El Banco Central de Nicaragua publicó el comportamiento de cada uno de los indicadores que se utilizan para estimar la variación del Producto Interno Bruto (PIB). Los números comparativos revelan una verdad no dicha: los huracanes resultaron menos dañinos que las políticas económicas del régimen. Esta es la explicación

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A pesar que casi todas las economías del mundo, incluidas las centroamericanas, registraron el año pasado tasas históricas de contracción y Estados Unidos, por ejemplo, cerró con una caída de 3.5 por ciento en 2020 —su peor año desde el final de la Segunda Guerra Mundial—, en Nicaragua el Banco Central sorprendió con una contracción de 2 por ciento, pese al impacto de la pandemia, el choque de dos violentos huracanes y dos años de recesión a cuestas.

Los números muestran incluso que la caída fue menos severa que las registradas durante el 2018 por la violencia estatal, que la sitúa en menos 4 por ciento, y también menos negativa que en el 2019 cuando impuso su severa reforma a la Ley de Concertación Tributaria ocasionando que el PIB se redujera 3.7 por ciento.

Según el máximo emisor bancario, ni los huracanes Iota y Eta fueron tan severos como para frenar drásticamente la recuperación económica, porque pese a que ambos fenómenos  afectaron al país en su máxima categoría, el Producto Interno Bruto (PIB) en el cuarto trimestre del año pasado cayó 1.9 por ciento, ligeramente superior al  menos 1 por ciento en el tercer trimestre del año pasado.

Pero la contracción en el último tramo del año también fue menor, comparada con el trimestre en que se impuso la reforma a la Ley de Concertación Tributaria en el primer tramo del 2019. En ese trimestre la economía se achicó 9.1 por ciento  y en el siguiente periodo similar cayó 3.6 por ciento.

Cuando la pandemia llegó a Nicaragua a finales de marzo del 2020, el PIB en el primer trimestre aún así creció 1.1 por ciento y en el siguiente periodo trimestral (abril-junio) cayó 6.3 por ciento, ambos trimestres resultaron menos negativos comparados con el trimestre cuando se impusieron la reforma fiscal y el ajuste a la Seguridad Social.

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“En el cuarto trimestre de 2020 la economía se vio afectada por los huracanes Eta e Iota. No obstante, continuó reflejando signos de recuperación, respecto a lo observado en el segundo trimestre del año, cuando se registró el mayor impacto derivado de la pandemia mundial del Covid-19. Así, en el cuarto trimestre el PIB registró una variación interanual de -1.9 por ciento, con lo cual la variación acumulada en el año fue de -2 por ciento, según la estimación preliminar”, dice el Banco Central de Nicaragua en su reporte publicado esta semana.

Pero la estimación de contracción que el Banco Central publicó en el 2020 no convence a los economistas, quienes consideran que hay muchas dudas sobre esos números, principalmente porque se requiere de explicaciones técnicas más claras que sustenten el estimado de cierre del año pasado.

El economista y catedrático Luis Murillo señala que la información que presenta el Banco Central sobre el manejo de la economía el año pasado deja muchas dudas. “En el informe llama la atención  que el BCN  plantea que el año pasado hubo un buen desempeño de la economía producto que no se implementaron medidas de cierre (de la economía por la pandemia), pero  hay muchas mipymes cerradas y un aumento de la economía informal. Para mí esto es una justificación inadecuada y no creo que haya incidido realmente, yo creo que el salvavidas fueron los recursos externos que logró conseguir el régimen al cierre de año”, dijo Murillo.

Cabe destacar que los números oficiales van en contra de todas las proyecciones que de manera independiente hicieron centros de pensamiento, organismos financieros internacionales, calificadoras de riesgo, que apuntaban a una caída del Producto Interno Bruto mayor o igual al 5 por ciento, a excepción de Funides que casi se alineó a la proyección oficial en el último tramo del 2020, luego de también estimar una caída severa en la primera mitad  de ese año.

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaba una contracción de 5.5 por ciento; el Banco Mundial (BM) en octubre pasado situó la contracción en -5.9 por ciento y la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico (Funides) esperaba un -2.5 por ciento, siendo el más aproximado, pero que suavizó en la segunda mitad del año pasado, porque en un principio eran más negativas.

Comportamiento de los indicadores

Según el reporte, el consumo nacional registró el año pasado una caída de 0.1 por ciento, mientras que en el 2019 cerró con una contracción de 1.1 por ciento. El indicador se vio favorecido por un crecimiento en el primero y tercer trimestre en el 2020, según muestran las cifras del BCN.

En el trimestre que se aplicaron las reformas a la Seguridad Social y Ley de Concertación Tributaria el consumo se desplomó 7.5 por ciento y en el segundo trimestre de ese mismo año, es decir 2019, este cayó 2.7 por ciento, lo que volvería a confirmar que las políticas económicas del Gobierno ese año fueron más dañinas que la pandemia y los dos huracanes de categoría cinco.

Por otra parte, los números del BCN indican que en el 2020 las exportaciones registraron una disminución anual de 8.8 por ciento, resultado de disminuciones tanto en bienes como en servicios, mientras que las importaciones totales crecieron 1 por ciento, como resultado de mayores importaciones de bienes y disminución en los servicios. El indicador de exportaciones estuvo lastrado principalmente por el impacto de la pandemia en el sector de zona franca.

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Pero ¿qué actividades económicas tuvieron mejor desempeño? La recuperación de la economía estaría siendo impulsada por las actividades de construcción con un aumento de 11.7 por ciento, comercio creció 4.9 por ciento, la administración pública y defensa 2.1 por ciento, y minas y canteras 3.3 por ciento en términos anualizados.

“Sí se ha visto cierta reactivación, pero a este nivel (el estimado por el BCN) no lo manejo ya que el sector comercio ha tenido una gran baja en empleo y en base al sector formal no hemos visto el crecimiento en la empleabilidad”, sostuvo Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicio de Nicaragua (CCSN).

En el otro extremo se observa que en los hoteles y restaurantes hubo un derrumbe de 32.5 por ciento, la intermediación financiera se desplomó 11.5 por ciento, la pesca y acuicultura se contrajo 5.6 por ciento, electricidad cayó 17.1 por ciento, entre otras.

La formación bruta de capital, ligada a la construcción privada y pública, tuvo un buen desempeño en el año. La inversión fija privada creció 3.2 por ciento y la inversión pública 21.2 por ciento, según datos del BCN.

El sector privado ha pedido al Gobierno que revise la reforma a la Ley de Concertación Tributaria y revierta varias medidas que mantienen asfixiada la liquidez de las empresas, sin embargo, aunque el asesor para Asuntos Económicos de la Presidencia, Bayardo Arce, a finales del año pasado había dicho que el Ejecutivo se sentaría a revisar dicha reforma este año, la que admitió fue severa, hasta ahora no ha dado señal de que esto ocurra.

El régimen con la reforma, agobiado por las dificultades de conseguir dinero en el exterior, castigó a la empresa privada, a la que ahora trata como adversaria política, luego que esta también se uniera al reclamo nacional para que haya reformas institucionales que encaminen a Nicaragua a la democracia. En respuesta el Gobierno quitó masivas exoneraciones y exenciones, y aumentó el aporte de las empresas, lo que golpeó al sector productivo.

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