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Luis Fley, EXprecandidato presidencial decidió exiliarse. LA PRENSA/Roberto Fonseca

Luis Fley: “No vengo a pasarle la cuenta a ningún sandinista”

Es uno de los precandidatos presidenciales menos conocidos, pero paradójicamente tiene una larga historia militar y política de oposición a los sandinistas.

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Luis Adán Fley González, de 70 años cumplidos el 5 de marzo, puede que sea uno de los precandidatos presidenciales menos conocidos, pero paradójicamente tiene una larga historia militar y política de oposición a los sandinistas. Es por eso que resulta difícil creer que alguna vez simpatizó con la causa revolucionaria del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Fley confesó que dos años colaboró con el gobierno sandinista tras tomar el poder por las armas en julio de 1979; sin embargo, muy pronto se dio cuenta que no estaban haciendo bien las cosas, porque se negaron a pagarles a los campesinos sus acopios de granos básicos. Cuando Fley comenzó a participar en las protestas en contra del entonces nuevo gobierno, fue visto como una amenaza para la revolución. Fue cuando decidió irse a la montaña, después de ser avisado de que lo iban a “eliminar”.

Luis Fley en sus días de miembro de la Contra. LA PRENSA/CORTESÍA

Fley, conocido como comandante Johnson en las filas de la Resistencia Nicaragüense, o Contra, durante la guerra civil de los años ochenta, ahora es precandidato presidencial propuesto por la organización política que preside, Fuerza Democrática Nicaragüenses (FDN), que forma parte de la plataforma de unidad opositora Coalición Nacional (CN).

Proviene de una familia numerosa originaria de Matagalpa. Es el séptimo de 16 hermanos. Una de las cosas que más lamenta de su participación en la guerra fue haber combatido contra tres de sus hermanos, que integraron la guerrilla sandinista. Aunque ya no apuesta por la guerra, está seguro que esa es la única manera de sacar del poder a Daniel Ortega.

¿Cree que pueda ser visto como un candidato presidencial de la unidad, sabiendo que existe una gran cantidad de nicaragüenses que todavía se consideran sandinistas y quienes conocen la historia lo recuerdan luchando contra los sandinistas en los ochenta?

Yo tengo muchos amigos sandinistas, inclusive mis hermanos, algunos fueron coroneles del Ejército, otro capitán y uno que murió en un combate en una emboscada que puso la Contra, y nosotros nos vemos como nicaragüenses, no tenemos confrontación por nada de lo político. Esto no es venir a tomar una nueva pasada de cuenta. Tenemos que partir del principio de que somos nicaragüenses y tenemos que vivir en sociedad, respetando nuestras ideas, nuestra forma de pensar, nuestras costumbres, nuestra religión. Yo no voy a hacer ningún daño. Los que sí van a tener que pagar son los que cometieron crímenes contra el pueblo. Yo fui fiscal de la Contra y expulsamos por abuso a los derechos humanos, los sacamos y los mandamos al carajo, inclusive con uno que es muy famoso: José Benito Bravo. Yo lo expulsé de la Contra por violación a los derechos humanos y a muchos otros más. No es aceptable que un nicaragüense le quite la vida a otro nicaragüense por cuestiones políticas, eso no es aceptable.

Pero usted estuvo en una guerra donde le tuvo que quitar la vida a otros nicaragüenses.

Eso es una guerra, en la que no sabés ni a quién mataste ni quién mató a tus hermanos, pero de quienes crearon ese conflicto en los años ochenta ahora uno de ellos es dictador. Yo estaba tranquilo en mi casa trabajando, pero cuando me llevaron a la cárcel por no ser sandinista, me acusaron de contrarrevolucionario, me quitaron mis bienes, y no los he recuperado, a mí me hicieron un contra. Los gringos (estadounidenses) no me hicieron un contra a mí, los sandinistas me hicieron contra. Me hicieron contra los abusos, la represión, los asesinatos. Lo que estamos viendo ahora es una pequeñez de los años ochenta, eso es una buena muestra de lo que sucedió de lo que miramos en 2018. Así que si yo llego a presidente, no vengo a pasarle la cuenta a ningún sandinista, porque fue mi adversario en aquella época, no en absoluto, para mí, quienes tienen que responder ante la justicia son los que han cometido crímenes. Las víctimas tienen que ir ante un fiscal, que esa posibilidad no la tienen ahora, no pueden acusar a determinada persona, eso no existe, porque no funciona el sistema, el sistema está diseñado para que solo obedezca a las decisiones del dictador Ortega.

¿Desde cuándo comenzaron sus aspiraciones presidenciales?

Yo no aspiraba, pero mi organización, que está integrada por antiguos contras nicaragüenses, me dijo: “comandante, tenemos que presentar candidatos y el más idóneo es usted porque ha estado al frente, dando la cara por los contras”. Los contras ya no queremos seguir siendo cola de ratón, sino que queremos tener injerencia en la vida nacional, por varias razones: primero, una razón histórica; si la Contra no participa en la vida política nacional tiende a desaparecer y va a ser contado como una leyenda, y a los contras se les va a ver como forajidos de los ochenta y eso es inaceptable. Y otra razón que tenemos es que no se está contando la verdad a los nicaragüenses. Todos los acontecimientos que se dieron en los años ochenta están ignorados por políticas del dictador Daniel Ortega y también por los historiadores que ignoran todos los acontecimientos que sucedieron. Parece que la vida política de Nicaragua comenzó en 1990 con el triunfo de doña Violeta y porque parece que se nos está ignorando nuestra participación en la historia de Nicaragua, y a la vez nosotros tenemos hasta cierta culpa, por andar apoyando otros proyectos políticos y hemos  descuidado el proyecto político de la Resistencia Nicaragüense, el FDN, que fue el nombre original.

Además de rescatar la versión de la Contra de lo que pasó en los años ochenta, ¿qué más puede ofrece su plataforma?

Mi eje de campaña es trabajo, más trabajo, más salud, más educación. Si usted no tiene trabajo, vendrán otros problemas después; pero si usted tiene trabajo resuelve sus problemas del hogar, alimentarios, de salud, y eso es determinante. Para lograr eso, nosotros tenemos que quitar el obstáculo, que se llama dictadura de Daniel Ortega.

Usted y todos los precandidatos hablan de unidad, pero su propio movimiento está totalmente dividido. Hay contras en CxL, en el PLC y hay contras incluso aliados de la dictadura. ¿Existe en realidad el movimiento político Contra y qué propone?

Nosotros no decimos que estamos aglutinando a todos los contras, estamos aglutinando a todo el pueblo nicaragüense que respaldó y apoyó la lucha de la Contra. Estas personas que están allí (partidos y organizaciones) no representan a la Resistencia, fueron miembros de la Resistencia, pero están allí a título personal: Maximino Rodríguez está a título personal en el PLC; Oscar Sobalvarro está a título personal en CxL (Ciudadanos por la Libertad), igual pasa con la Chaparra (Élida Galeano), que está con Daniel Ortega. El grueso, el 99 por ciento de los miembros de la Contra está con Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN). Ellos han regresado a su origen, ellos se sienten orgullosos de la lucha que hicieron en los años ochenta.

¿Y el Partido Resistencia Nicaragüense (PRN)?

Ese partido yo lo fundé con otros miembros de la Resistencia Nicaragüense. El FSLN lo infiltró y ahora no existe, no tiene estructura.

Julio César Blandón, comandante Kalimán, encabeza el PRN.

Sí, Julio César Blandón Sánchez, pero ese partido existe jurídicamente, pero en los territorios no hay nadie. No tiene estructura y si tiene, son sandinistas.

Fley con Colin Powell, expresidente del Estado Mayor Conjunto y exsecretario de Estado de EE. UU. LA PRENSA/Cortesía

¿Cuáles son sus fortalezas como candidato presidencial?

Honestidad. Yo vengo de una familia humilde de Matagalpa, de clase media baja. Puede investigar si yo soy honesto. Segundo, credibilidad. ¿Luis Fley es creíble? Mis cuarenta años de lucha, 10 por la parte armada y 30 en la vida política me hacen ser creíble ante la opinión pública. No me he andado bandeando, no he andado por aquí, por allá, hemos apoyado algunas veces a los liberales, que nos han dejado un sabor amargo, porque sus intereses económicos son superiores que los principios y valores del liberalismo. Entonces, una de mis fortalezas es la credibilidad. Un candidato debe ser como que presente su hoja de vida a ese gran contratador que son los nicaragüenses, que va a contratar a un administrador. Yo estoy presentando mi hoja de vida a los nicaragüenses, para que la investiguen, si Luis Fley es confiable, es honesto, porque muchos hablan bonito, pero si le escarbamos, tienen su colita; unos la tienen más grande que otros. Yo no digo que no tengo cola, pero debo tenerla pequeña.

¿Está de acuerdo con el mecanismo de selección del candidato presidencial en la Coalición Nacional (CN), mediante encuestas?

Nosotros no confiamos en las encuestas, porque el nicaragüense frente a una dictadura como la de Daniel Ortega usa el “güegüense”, no dice la verdad de lo que siente, por eso se harán encuestas cruzadas y también se usará la caja negra.

¿Por qué aceptó el método de selección que eligió la CN si no confía en las encuestas?

Es que no hay otro mecanismo, porque para primarias necesitamos un padrón electoral de todos los ciudadanos y el único que hay es el Consejo Supremo Electoral, y ese no es confiable, porque llegaría a votar Reymundo y todo el mundo, y no solo los afines a la Coalición Nacional.

¿Y cuál sería el mejor mecanismo?

Nosotros hemos pedido que las encuestas se hagan a nivel nacional, hasta el último municipio de Nicaragua, de acuerdo con el porcentaje de la población que exista de cada municipio.

¿Qué le propone a la juventud?

La juventud ha estado relegada, no se le ha dado la importancia, los ven como personas que no tienen experiencia, no tienen acceso a oportunidades y a la juventud nicaragüense le deseo lo que yo deseo para mis hijos. A mis hijos yo siempre les he dicho: ustedes tienen que superarme en todo, menos en la lucha armada.

¿Qué le dice a los grupos juveniles que lo critican porque lo ven como un político viejo?

Lo hacen porque no conocen la historia. Te voy a contar una anécdota. En el 2019 yo fui invitado al Instituto Watson Internacional (Estados Unidos) a hacer una exposición sobre los cuarenta años de la revolución; y encontré allí al joven Lesther Alemán; y yo presenté un documental de seis minutos a la audiencia, que eran rectores de universidades, catedráticos, y, al final, Lesther Alemán pidió la palabra y dijo que era la primera vez que él miraba un video de la Contra. Eso nos demuestra que los jóvenes no conocen lo que pasó aquí en los años ochenta, y no es culpa de ellos, es que no se les enseña ni en la primaria ni en la universidad sobre la historia de los ochenta, por eso hay un malestar contra los viejos, como que les estamos robando el sacrificio que ellos realizaron en 2018. Yo no le estoy quitando ningún espacio a los jóvenes, yo le estoy dando continuidad a mi lucha, que fue militar en el campo político. Recordemos que la Contra era organización político-militar; se apartó de lo militar y lo político nos hemos obligado a retomarlo, porque si no vamos a desaparecer. Yo soy muy amigo de los jóvenes. Nosotros tenemos muchos jóvenes en el FDN; es una juventud participativa y dinámica, son hijos de contras. Ellos sienten mucha admiración por el sacrificio que hicieron sus padres.

¿Sigue viendo a los disidentes del FSLN como una amenaza dentro del proceso de unidad?

Eso fue en un inicio, porque al inicio ellos estaban acaparando, cuando se formó la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), aún no había salido la Coalición Nacional. Yo estuve cuando se formó la UNAB y ellos estaban controlando; de las casi 100 organizaciones, solamente yo no era afín al sandinismo, todas las otras organizaciones provenían del sandinismo. Estaba el MRS, estaba el Rescate del Sandinismo y tenemos la Articulación de los Movimientos Sociales, todas se han desprendido del FSLN. ¡Ideay! Nunca iba a prosperar mi propuesta porque tenía una tropa encima, por eso nos salimos de la UNAB y luchamos por nuestro espacio propio. Pero eso ya cambió.

¿Qué lo hizo cambiar?

Bueno, cuando ya estamos de tú a tú, cuando yo soy escuchado y mis propuestas son tomadas en cuenta, ya es diferente. Pero cuando vos expresás tu punto de vista y no te escuchan, entonces estoy en un lugar que no es el adecuado. Yo tengo buena relación con ellos, pero esa fue una decisión política, porque nosotros pensamos que la Contra tiene un espacio grande en este país y depende de los dirigentes, del rol que yo he asumido, rescatarlo y engrandecerlo.

Luis Fley con el directivo de la Contra, Enrique Bermúdez, asesinado en 1991. LA PRENSA/CORTESÍA

¿Qué fue lo que más lo marcó de la guerra?

Duele cuando derribaste un helicóptero y ves que va para el suelo, y eso lo presencié como unas cinco veces. Eso te queda grabado en la mente, porque uno no quisiera ser el pasajero de ese helicóptero. Otra cosa que me marcó fue cuando capturé a mi hermano menor, era uno de los tres que estaban en el ejército sandinista, otro murió en la guerra. Al que capturé, lo mandaron a una misión, lo capturé como un prisionero de guerra, lo anduve allí y luego lo liberé. El compañero de él, que lo capturé junto con él, Enrique López, escribió un libro titulado “La guerra que no existió”. Él anduvo con nosotros y escribió sobre la experiencia con los contras y se volvió enemigo de los sandinistas, por eso escribió ese libro, eso es de lo que estamos hablando, que han ignorado todo lo que pasó.

¿Qué piensa ahora sobre la guerra?

Eso ya es historia. A veces vuelvo hacia atrás y digo: si hubiera una guerra ahorita, Daniel hubiese aceptado dialogar, pero no hay un fuerza coercitiva que lo obligue realmente, que vea amenazado su poder. El poder de Daniel Ortega no está amenazado. Las sanciones, las recomendaciones de la Unión Europea y todo eso, a él le vale un comino, y las va a ignorar. Pero con cinco mil hombres armados en la montaña, yo creo que Daniel Ortega ya estuviera buscando la manera de dialogar.

Si usted dice que Ortega no está amenazado, que las sanciones no le importan y que no va a dialogar, entonces ¿qué sentido tiene ir a elecciones?

Porque es un derecho constitucional ir a elecciones. Daniel Ortega está dispuesto, según mis fuentes, a permitir que haya elecciones libres, pero él quiere a cambio no ser enjuiciado por crímenes de lesa humanidad y que sus bienes no sean confiscados.

¿Con su participación no estarían legitimando el proceso electoral?

Si nosotros participamos en un proceso electoral sin condiciones, allí sí estaríamos legitimando a Daniel Ortega. Tienen que haber las condiciones para ir a elecciones de acuerdo con los parámetros internacionales, igual que fue en 1990. Si se da una observación amplia, nacional e internacional, un padrón depurado.

Una curita

Una curita marca Johnson le dio su seudónimo a Luis Fley. Recuerda que cuando el comandante 3-80, Enrique Bermúdez, llegó a uno de sus campamentos, les ordenó cambiarse los sobrenombres que tenían, la mayoría de animales. A él, al igual que otros dos compañeros más, le decían Tigrillo. Otros eran la Cobra, el Lobo, el Conejo. Cuando Fley estaba pensando qué apodo ponerse tenía una curita Johnson entre sus manos, lo que le dio la idea de su nuevo seudónimo.

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COMENTARIOS

  1. Hace 3 años

    En lo que respecta a la falta de historia de la juventud yo soy testigo de eso ,para los tranques participe en una marcha encontró del sistema Orteguista y la consigna era :Que se rinda tu madre a lo cual le pregunte a uno de los cabecillas de la marcha si conocía de donde vino esa consigna no me supieron responder, a lo cual les hice la aclaración que esa frase fue de Leonel Rugama cuando la Guardia Nacional los estaba atacando y le pedían que se rindiera, si esto que es historia del FSLN es lógico que no sepan en lo absoluto nada de la historia de la lucha que libraron los miembros del FDN.

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