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Jonathan Loáisiga sigue destacando con los Yanquis. LA PRENSA/ AFP

La llamativa valoración sobre Jonathan Loáisiga de un experimentado exlanzador de los Yanquis

Después de nueve temporadas en las Mayores, el cubano Pedro Ramos aterrizó en los Yanquis al final de la campaña de 1964 y le fue asignado el trabajo de cerrador

Después de 15 temporadas en las Grandes Ligas, Pedro Ramos sabe de lo que habla cuando se refiere al beisbol. Nacido en Cuba hace 86 años, Ramos fue un ganador de 117 partidos y salvó otros 54, para redondear una notable carrera en el nivel más exigente del juego.

“Algunas personas me dicen ‘usted perdió más de los que ganó (117-160)’, pero si ellos dieran un vistazo a los equipos para los que yo jugué, comprenderán lo difícil que era ganar con esos conjuntos, varios de los cuales perdían más de 100 partidos al año”, explica.

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Ramos reside desde hace varios años en Estelí. Vive con ciertas comodidades y participa a través de asesorías o consejos, cuando se lo piden, en los equipos de la ciudad, pero sobre todo tiene tiempo para ver los juegos de los Yanquis de Nueva York, su equipo favorito.

Pedro Ramos. LA PRENSA

“Me gusta ver los partidos de los Yanquis. Son un gran equipo y como tuve la oportunidad de militar con ellos, hay una identificación. Además, veo lanzar a Jonathan Loáisiga, quien ha evolucionado mucho y tiene todo para convertirse en una estrella”, afirma el cubano.

Después de nueve temporadas en las Mayores, Ramos aterrizó en los Yanquis al final de la campaña de 1964 y le fue asignado el trabajo de cerrador en septiembre. Terminó con 1-0 y 1.25, ocho juegos salvados, lanzó 21.2 innings, con 21 ponches y cero base por bolas.

“Fue una de las mejores etapas que viví. Era el equipo de mi infancia en Cuba y jugar con ellos fue un privilegio. Por haber sido cambiado al final de la temporada, no pude ir con el equipo a la Serie Mundial de ese año (1964), pero fue una gran experiencia”, asegura.

En 1965, Ramos concluyó con 5-5, 2.92 en efectividad y 18 juegos salvados, con 92.1 innings de labor. Así que entiende plenamente el trabajo que hace Loáisiga en el bullpen de los Yanquis, la exigencia de los aficionados neoyorquinos y la agresividad de los medios de prensa.

“Los Yanquis son primera clase en todo, en el trato a sus jugadores y todo lo que tiene que ver con la organización, pero los aficionados son exigentes y la prensa es dura. Hay gente que no aguanta esa presión y por eso buscan clubes menos exigentes”, señala Ramos.

Es en ese contexto que Pedro valora más el trabajo de Loáisiga, quien hace una especie de preparador para Aroldis Chapman en los Bombarderos, pero además lo reemplaza cuando el “misil cubano” tiene día de descanso, como ocurrió el viernes, cuando el nica salvó.

“Loáisiga tiene todo para escribir una historia importante en las Grandes Ligas. Imagínate, lanza su recta a 97-98 millas y a veces la hacer llegar a 100, pero sobre todo, ha mejorado el comando de todos sus envíos, porque tiene buen cambio y curva”, explica Pedro.

Plano personal

Pedro Ramos terminó su carrera con 117-160 y 4.08, con 54 salvamentos y 2,355 innings lanzados. Entre 1955 y 1962, el cubano ganó al menos diez juegos cada año con un equipo que siempre tuvo récord perdedor y fue último o penúltimo cada uno de esos años.

En la Liga Profesional de su país, Ramos acumuló 66-45 y 2.62 en 1,305 innings lanzados. Sus dos últimas temporadas, antes de la prohibición del beisbol rentado en la isla, tuvo 12-5 y 2.65, y 16-7 y 2.04; eso fue en 1959-60 y 1960-61 con Cienfuegos.

Deportes Jonathan Loáisiga Pedro Ramos archivo

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