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CONTENIDO EXCLUSIVO.El régimen de Daniel Ortega perdió este miércoles a una ficha clave dentro de su gabinete económico y de relaciones con los organismos financieros internacionales, luego que Estados Unidos impusiera sanciones a Leonardo Ovidio Reyes Ramírez, presidente del Banco Central de Nicaragua, que tras entrar en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), las funciones de este quedaron prácticamente limitadas de ahora en adelante.
Ortega ya sufrió en mayo del año pasado un duro revés también por parte de EE. UU., que le sancionó a Iván Acosta, titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, quien prácticamente quedó limitado a ejercer sus funciones, para lo cual el Gobierno recurrió a nombrarle una ficha sustituta y decidió mantenerlo en el cargo, al menos de nombre.
Ahora se suma Reyes, que si bien podría seguir ocupando el cargo que asumió hace siete años, los analistas explican que la situación de este funcionario, comparado con Acosta, es más complicada debido a que está al frente de una entidad que juega un papel fundamental entre las relaciones de Nicaragua con los organismos internacionales y donde la confianza tiene un papel dominante.
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Reyes se convirtió en el primer representante de dicha institución sancionado en toda América Latina, lo que significa un golpe duro para el entramado financiero del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que en las últimas tres semanas ha acelerado su cacería de opositores, precisamente a cuatro meses de las elecciones presidenciales.
La Ley 732, Ley Orgánica del Banco Central de Nicaragua, en su artículo 27 establece entre las atribuciones del presidente de dicha institución convocar a sesiones al consejo directivo, presidirlo y actuar en representación del mismo. También actuar en las relaciones del Banco con los poderes del Estado, con el Sistema Financiero y con los organismos internacionales en los cuales la representación del Estado corresponde al Banco Central.
“Leonardo Ovidio Reyes Ramírez fue designado por ser funcionario del Gobierno de Nicaragua o por haberse desempeñado como funcionario del Gobierno de Nicaragua en cualquier momento a partir del 10 de enero de 2007”, señala el comunicado.
Pero el principal señalamiento hacia Reyes es que como presidente del BCN, “colidera la implementación de la nueva Ley de Protección de los Derechos de las Personas Consumidoras y Usuarias, que podría obligar a las instituciones financieras nicaragüenses a realizar operaciones con personas designadas en Nicaragua exponiéndose al riesgo de facilitar transacciones pasibles de sanciones. Las instituciones financieras de Nicaragua que se nieguen a cumplir la ley podrán ser objeto de medidas punitivas por parte del BCN y la Superintendencia de Bancos, entidades adeptas al régimen que tienen la función de implementar la ley, todo lo cual contribuye a la desestabilización de la economía nicaragüense. La designación de hoy se aplica únicamente a Reyes; el BCN no ha sido alcanzado por designaciones”.
Estados Unidos en el 2019 sancionó al Banco Central de Venezuela, pero nunca se había sancionado a un presidente de dicha institución en el hemisferio, lo que convierte a Reyes en el primer funcionario de un banco central “muerto financieramente”.
Cabe destacar que Reyes se había convertido en la mano derecha del régimen antes que se diera la crisis sociopolítica, de tal manera que su poder se había ampliado a diversos sectores, pero cuando se dio el estallido este mantuvo bajo perfil, pero además lideró un apagón estadístico que fue rechazado por los agentes económicos, además mantuvo una férrea censura contra los medios de comunicación independientes, a los que les negó el acceso a sus conferencias de prensa. No permite ser cuestionado por ningún periodista independiente.
El impacto que va a generar
A criterio del economista Enrique Sáenz, estas sanciones tienen un impacto severo en uno de los órganos fundamentales del régimen de Daniel Ortega.
“El presidente del Banco Central es el principal funcionario económico del régimen, de la institución económica más relevante, hasta el lema del Banco es confianza, pero ahora el presidente es objeto de desconfianza por parte del principal socio económico del país (Estados Unidos) y eso tiene una repercusión. Por otra parte el presidente del Banco Central es el que desarrolla distintas interlocuciones con agentes económicos, con los bancos a nivel privado y externo, en consecuencia su capacidad de interlocución, de gestión, se ve severamente disminuida con el señalamiento de Estados Unidos”, sostuvo.
Sáenz explica que estas sanciones agudizan las relaciones económicas que tiene Nicaragua con su principal socio.
“El primer impacto de estas sanciones son en el ambiente inversionista, ayer el Banco Central para variar sacaba un informe triunfalista del proceso de reanimación económica con un crecimiento del 3.4 por ciento, pero la persistencia y agudización de la crisis sociopolítica evidentemente generan desconfianza e incertidumbre en los agentes económicos tanto interno como externo, recordemos que Estados Unidos es el principal socio económico, de ahí salen los principales flujos de remesas, es el principal socio del Fondo Monetario, del Banco Mundial, del BID, principal destino de las exportaciones de zona franca, ese es el primer impacto”, dijo Sáenz.
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Nicaragua queda sin representación
Sáenz también señala que el país quedaría sin una representación a nivel internacional, porque Reyes ejercía una “representación titular o alterna en organismos financieros internacionales en el FMI, BM o el BID, entonces la representación de esta magnitud se ven mutiladas, además del impacto político que significa sancionar a la principal autoridad económica del país”.
Asimismo indica que las sanciones aplicadas a Reyes tienen un impacto mayor que al ministro de Hacienda, Iván Acosta, el pasado 22 de mayo del año pasado.
“Hay una diferencia aunque son parecidas; la gestión del ministro de Hacienda está enfocada en el Presupuesto Nacional, en la formulación del presupuesto que si bien tiene algunos vínculos externos su principal foco de atención es interno, en cambio el Banco Central es un órgano con más vínculos y con más interdependencia externa, primero con el Sistema Financiero Nacional, con la banca, en segundo lugar con los agentes económicos nacionales, tanto que en el Banco Central por ley hay una representación del sector privado aunque ahora sean representantes de Ortega más que del sector privado, pero en términos institucionales es de mayor proyección externa, entonces es un impacto mayor. Y con el ministro de Hacienda se hizo rápido el cambio para sustituir aquellas funciones en las que tenía que estar representado el ministerio y no el ministro, y en caso del Banco Central esta delegación es un poco más difícil”, dijo.
Por su parte el abogado y economista Edmundo Jarquín al igual que Sáenz sostuvo que con esta sanción Nicaragua pierde representación a nivel internacional.
“En primer lugar lo más importante es que él va a ser inhibido de firmar cualquier documento que tenga que ver con sus funciones como presidente del Banco Central, es decir no podrá firmar ningún tipo de autorización con el Fondo Monetario, ni con el Banco Mundial, ni con el BID. En segundo lugar va a ser inhibido de firmar documentos que tengan que ver con el Sistema Financiero nicaragüense por la repercusión que eso pueda tener con las corresponsalías que los bancos guardan con los diversos agentes del Sistema Financiero internacional”, dijo Jarquín.
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Explicó que evidentemente esto afecta el engranaje del Sistema Financiero, porque el presidente cumple una función importantísima.
“Un presidente del Banco Central inhibido no puede autorizar nada que tenga que ver con el Sistema Financiero privado. Desde luego el BCN es una pieza clave en todo el engranaje de todo el Sistema Financiero tanto público como privado y el cien por ciento de los bancos son privados, de tal manera que eso afecta muchísimo el funcionamiento del Sistema Financiero y habrá que ver la letra menuda de las implicancias que tendrá, yo solo alcanzó a ver algunas”, dijo.
También alertó que Nicaragua podría perder los desembolsos ya atados que tenía con los organismos financieros internacionales. “Ya venía siendo tradicional desde el 2018 de que el Fondo Monetario, el Banco Mundial y el BID no le prestaran a Nicaragua pero le mantenían los desembolsos, eso tuvo una excepción por los casos de la pandemia y de los huracanes, pero habrá que ver si continúan los desembolsos porque esos ingresan al Banco Central, pero habría que ver el alcance de la sanción”, dijo Jarquín.
Es importante destacar que desde la crisis sociopolítica además que Reyes se mantuvo bajo perfil, la institución dejó de publicar los principales informes e indicadores de consulta nacional.
Incluso el FMI en la Consulta al Artículo IV, insistió en la necesidad de mejorar la calidad de las estadísticas que publica el BCN y aconsejó “mejorar sustancialmente” la recolección de información sobre la deuda interna de las empresas públicas y de los municipios y “subsanar las deficiencias que subsisten en las cuentas nacionales, la fiscalidad, la deuda y las estadísticas del sector externo, especialmente de la Inversión Extranjera Directa (IED)”.
