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Solo unas cuantas personas usan mascarillas en la parte turística de Granada. LA PRENSA/ JADER FLORES

En Nicaragua “podemos ser productores de cepas” del Covid-19, advierten médicos. Estas son las razones

Hay una serie de factores que inciden y propician a que el mismo país pueda desarrollar una variante. Especialistas explican cuáles serían estos factores y qué se puede hacer para evitarlo

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La falta de una vacunación masiva anticovid, la lentitud de la jornada de inmunización y una contención inadecuada del virus aumentan las posibilidades de que en Nicaragua no solo esté circulando alguna variante de preocupación de Covid-19, sino que incluso el país pueda producir una nueva cepa —aunque no necesariamente altamente contagiosa o de mayor gravedad—, consideran epidemiólogos e infectólogo.

El resultado de este escenario corresponde, según los especialistas, a una situación proporcional y biológica: a mayor aglomeración, mayor contagio y a más contagio, más posibilidades de que existan variantes porque el virus es capaz de mutar cuando pasa de un huésped a otro o mientras hace copias de sí mismo en el organismo del paciente.

En el caso contrario y escenario ideal con mayor protección de parte de la población y los gobiernos, mayor vacunación e inmunización colectiva rápida, menos posibilidades de que las variantes puedan surgir, porque el virus se ve limitado a un segmento muy pequeño y de lograr infectar las personas inmunizadas, podrían contrarrestar los efectos de mutaciones de riesgo. Pero este no es para nada el escenario de lo que ocurre en Nicaragua.

De acuerdo con explicaciones del Comité Científico Multidisciplinario (CCM), el proceso de mutación (variante) del virus es un mecanismo de defensa natural que le permite escapar a la acción inmunitaria de las personas (sistema inmune reforzado por la creación de anticuerpos a través de la vacuna o cuando enfermó).

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Hay cientos de variantes que se han producido del virus inicial de Wuhan, pero pocas han sido catalogadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de interés —cuando el virus tiene potencial para hacer grandes cambios— o de preocupación —cuando estas tienen un impacto o riesgo potencial para la salud pública.

Aunque en Centroamérica ya circulan las variantes de preocupación —identificadas por la OMS como beta, alfa, gamma y delta, esta última la más contagiosa— y cada vez surgen nuevas variantes de interés, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue sin ser beligerante ante la epidemia, lo que es considerado por el gremio médico independiente como una peligrosa falta de voluntad política.

Factores para que se desarrolle una variante en el país

El epidemiólogo Álvaro Ramírez señaló que entre los factores que inciden y propician a que el mismo país pueda desarrollar una variante está la reproducción natural de virus, el nivel de transmisibilidad, el número de infectados y la densidad poblacional.

“Existen los riesgos de producir variantes, las posibilidades están y se ve en cada brote que se está dando, que existe una alteración en la réplica, aumentando su viralidad y transmisión del virus en cada momento (…) Entre los factores: virus replicándose, potencia viral que se desarrolle en la replicación y el número de infectados que va a depender de la densidad poblacional de cada lugar.  En Nicaragua, por su tamaño poblacional, no vamos a ver los miles de muertos que se ven en Brasil o India porque el porcentaje de letalidad generalmente estará entre 4 y 20 por ciento de la gente infectada”, refirió el epidemiólogo Ramírez.

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Por su parte, el CCM señaló que en el país, el proceso de vacunación contra el Covid-19 ha sido lento y no hay medidas restrictivas que contengan la propagación del virus, por lo cual no extrañaría si se identifica alguna variable.

“En un país donde no tenemos medidas de contención, si entra alguna de estas variantes (de preocupación) hay peligro de diseminarse. Es más, nosotros podemos ser productores de cepas porque aquí no hay medidas establecidas, hay un proceso de vacunación extraordinariamente lento y el virus, en la medida que se está transmitiendo de forma permanente y constante, va mutando y puede establecer nuevas variantes en el país“, expuso el CCM.

El medio de comunicación CNN recientemente informó que sin vacunas aumenta el riesgo de contagiarse de una variante más agresiva. El excomisionado de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), Scott Gottlieb, ejemplificó esta observación señalando que el impacto que podría tener la variante delta, considerada más transmisible y que causa una enfermedad más grave, en Estados Unidos variará según las tasas de vacunación en cada área.

¿Qué se debe hacer?

La OMS recientemente informó que la variante lambda o “andina”, que se encontró por primera vez en agosto del 2020 en Perú, se suma a las seis variantes de interés (kappa, iota, theta, eta, zeta y epsilon) que registraba hasta el 6 de junio. El organismo pide que sea debidamente investigada y medir su impacto en los países donde se presenta.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) donó en mayo equipo para que el sistema sanitario del país realice tamizaje molecular y así detectar las variantes, pero hasta la fecha, el Ministerio de Salud no ha comenzado dicho análisis ni tiene una vigilancia genómica y epidemiológica adecuada, según lo expuesto por el organismo en la conferencia de prensa del 16 de junio.

El CCM urgió acelerar el proceso de inmunización a través de las vacunas a más personas y ampliar los grupos, para de esta manera cortar la cadena de contagio del virus, aunque destacó que la aplicación de estos biológicos no significa el fin de la pandemia sino una contención, ya que por ahora aún quedan investigaciones por hacer para confirmar si las vacunas serán efectivas para las nuevas variantes que surjan o por cuánto tiempo brindarán la inmunización.

“¿Qué hay que hacer? Lograr un proceso rápido de inmunización para tratar y cortar la cadena de transmisión, y evitar este proceso selectivo de adaptación del virus, de replicación y mutación, porque si no lo hacemos, el proceso lento facilita el desarrollo de nuevas variables, incluso en el país”, manifestó el grupo médico independiente.

Por su parte, el epidemiólogo Ramírez declaró que aún con los resultados que arrojará el tamizaje para detectar las variantes, el régimen de Ortega no cambiará de actitud ni la estrategia de cómo maneja la pandemia.

“No ha reportado una sola muestra de PCR a la OPS, ¿y pensar que este tipo de estudio va a cambiar la actitud irresponsable del manejo de la pandemia? No lo creo. Incluso si se llegase a tener la peor de las variantes que hay en el mundo, la actitud del Gobierno no va a cambiar. La falta de protección y de información no va a cambiar, y aún si se lograse detectar cualquier variante en Nicaragua, la oferta de servicio y la poca vacunación, tampoco va a cambiar”, advierte el epidemiólogo.

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