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CONTENIDO EXCLUSIVO.Del 17 al 21 de julio, una delegación del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo estuvo de visita oficial en Rusia. La comitiva la encabezó el canciller Denis Moncada, dos hijos de la pareja presidencial, Laureano y Rafael Ortega Murillo, asesor presidencial en temas de inversión y delegado presidencial, respectivamente; Iván Acosta, ministro de Hacienda y Crédito Público y Alba Azucena Torres, embajadora nicaragüense en Rusia.
Durante la visita de la comitiva orteguista, el canciller Moncada firmó con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, “un acuerdo de colaboración para garantizar la seguridad de la información”, en Moscú, Rusia, el pasado 19 de julio. El canciller Lavrov declaró que el acuerdo que su país suscribió con el régimen de Ortega es “intergubernamental sobre la seguridad de información internacional”.
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Añadió que “este tema va cobrando cada vez mayor actualidad en las relaciones bilaterales con nuestros socios y a nivel multilateral en la ONU, donde Rusia ha promovido la iniciativa de diseñar unas reglas de comportamiento jurídicamente vinculantes en el ámbito de tecnologías de información y comunicación con vistas a garantizar la seguridad y la estabilidad técnico-militar, igual como en el contexto de nuestra iniciativa de comenzar a redactar una convención universal sobre la lucha contra la ciberdelincuencia”.
El significado de la delegación
Analistas políticos y especialistas en Derecho Internacionales consultados por LA PRENSA explican qué implica el acuerdo firmado y de la misma manera la lectura política de la presencia de la delegación del régimen orteguista, en el preciso momento en que Ortega se encuentra aislado de la comunidad internacional.
Carlos Murillo, experto en Derecho Internacional y catedrático en la Universidad de Costa Rica (UCR), reconoce que la presencia de los hijos de la pareja dictatorial —a su criterio— obedece a dos razones: la primera es para fortalecer las relaciones bilaterales y la segunda que Ortega quiera tener el control cercano de lo que ocurre en las misiones en el exterior.
“La presencia de los hijos de Ortega forma parte del fortalecimiento de las relaciones bilaterales, le sirve a Ortega como argumento para romper el cerco diplomático que tiene en estos momentos”, refiere y añade que “la presencia del asesor presidencial, Laureano Ortega Murillo, hay que considerar qué temas abordaron en la reunión que estén relacionados con asuntos de la Presidencia, o especulación mía es que Ortega (quiere) tener control cercano de lo que ocurre en esas misiones al exterior”.
Murillo indica que por lo general las reuniones en el exterior siempre están a cargo o coordinadas por la cancillería, entonces “es normal que sea el jefe de misión, es decir el canciller Moncada. En cuanto a otros integrantes depende de los temas de agenda”.
Por su parte, el politólogo y catedrático de la Universidad de Costa Rica, Alberto Cortés, hace énfasis en que la delegación está compuesta por “perfiles muy altos”, en alusión a los hijos de Daniel Ortega y le llama la atención debido a que “no es común que en representaciones del Estado vayan personas no designadas o electas, o digamos vayan familiares, no es conveniente”.
Cortés afirma que la presencia de los hijos de la pareja presidencial “evidencia el perfil dinástico que tiene el régimen y el rol que le quiere dar la pareja dictatorial a sus hijos en términos no solo en participación sino también en la posible proyección de figuras”.
Esfuerzo del régimen con sus “pocos aliados”
Por otro lado, Murillo reitera que la presencia de la delegación del régimen en Rusia es parte de los esfuerzos de Daniel Ortega para tratar de mantener abiertos los canales de comunicación con los pocos aliados que le quedan. Ortega quiere romper un círculo diplomático que cada vez se le ha reducido más y más, porque Nicaragua tiene cada vez menos aliados diplomáticos, tendrá países con los que mantienen relaciones diplomáticas pero los niveles son muy bajos”, indica.
En esa misma línea, Cortés, coincide con lo señalado por Murillo y añade que “evidencia un reforzamiento aparente de fortalecer el vínculo con Rusia, es una señal que el régimen intenta enviar a nivel internacional, pero que a la misma vez evidencia que están aislados y que tienen que recurrir a un gobierno que tiene cuestionamientos por su giro autoritario, sobre todo el de Putin, que no es ni la sombra de lo que fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”.
A criterio del exdiputado y analista político, Eliseo Núñez, Ortega siempre ha “esgrimido” la soberanía y autodeterminación solo de cara a los Estados Unidos y ahora más a Europa. “Ortega siempre ha estado sometido a una potencia extranjera, en el discurso del 19 de julio, él reconoce que Rusia es una potencia y él quiere que Rusia lo defienda de Estados Unidos, es la estrategia de ‘aquí vengo a jugar con mi hermano mayor por si acaso me hacés algo malo’, y eso es lo que él está tratando de hacer”, señala.
¿Le interesa a Rusia Nicaragua?
A criterio de los especialistas consultados por este Diario, a Rusia no le interesa o importa Nicaragua, ni mucho menos se preocupa por la situación sociopolítica que atraviesa la nación desde hace más de tres años y señalan que la verdadera intención del gobierno de Vladímir Putin es otra.
Murillo precisa que en el caso de Rusia “no es precisamente porque le interese Nicaragua, sino porque le interesa al igual que otras potencias como China tener presencia en la región para presionar a Estados Unidos”. Además añade que cualquier acercamiento con Nicaragua o cualquier tipo de convenio “va a ser parte de la estrategia de Rusia para contrarrestar a EE. UU. y no porque al gobierno de Vladímir Putin le interese Nicaragua, ni le interese apoyar al régimen de Ortega”.
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Por su parte, Cortés agrega que “difícilmente uno puede valorar que Rusia puede llenar el vacío y las necesidades que va a tener Nicaragua en términos de apoyo financiero y apoyos que no sean de tipo militar y de entrenamiento militar”.
Sobre la firma de acuerdo, ambos especialistas ratifican que muchas veces ni los acuerdos ni los convenios se concretan. “No es que se convierten en aliados, simplemente es parte del juego de las superpotencias y desde la perspectiva de Nicaragua de cualquier convenio o visita y le que digan que es parte del fortalecimiento de las relaciones bilaterales le sirve a Ortega como argumento para romper el cerco diplomático que tiene en estos momentos”, dijo Murillo.
Alerta con Rusia
Por otro lado, Núñez menciona en referencia al acuerdo firmado recientemente por la Administración de Putin y Ortega, es “algo que realmente nos debería de preocuparnos porque eso le puede dar a Rusia la facultad suficiente para investigar a los nicaragüenses para intervenir las comunicaciones, y todo lo demás, no solo le estaríamos entregando la soberanía a un gobierno extranjero, sino la capacidad de espiar a los nicaragüenses, y eso es grave”.