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La Fiscalía inició proceso contra Wilmer González por tres delitos. El sujeto sigue prófugo. LA PRENSA/Cortesía

Nueve testigos declaran en audiencia en contra del supuesto asesino de madre e hija en Mulukukú. Esto dijeron

Un taxista declaró que el día de los asesinatos trasladó a Wilmer González hasta Siuna, luego se pierde la pista del sujeto. También dio su testimonio el familiar que encontró los cuerpos

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Nueve testigos pasaron a declarar el martes 17 de agosto en la audiencia de anticipo de pruebas en contra de Wilmer Antonio González Méndez, de 30 años, quien es acusado de matar a dos mujeres —madre e hija— en la comunidad Kurinwacito, Mulukukú, Caribe Norte del país.

En la audiencia celebrada la tarde del martes no estuvo presente el acusado porque no ha sido capturado por la Policía. González es señalado de matar a Luz Maritza González, de 53 años y su hija Diagnnie Dayriris Boniche, de 29, a quien también habría violado.

El primer testigo que pasó a declarar fue Noel González Zelaya, hermano de doña Luz Maritza y tío de Dayiris, y quien vive a 4 kilómetros de la finca de las víctimas. El familiar dijo que Wilmer González era el trabajador de confianza de madre e hija.

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El 21 de julio Noel González recibió mensajes de Lubianka Boniche, gemela de Dayiris, a eso de las 6:00 de la tarde. La joven vive en Costa Rica y le dijo a su tío que estaba preocupada porque su mamá y hermana no contestaban los teléfonos. González mandó a un trabajador y vio que la camioneta de las víctimas estaba en la casa hacienda, pero Lubianka volvió a llamar a su tío porque las horas pasaban y no sabía nada de sus familiares.

Encontró cadáveres

González Zelaya decidió ir él mismo a averiguar qué pasaba, preguntó a los jornaleros y le dijeron que su hermana Luz Maritza había salido “muy de mañana” con Wilmer. El productor decidió ir a buscarlas a la finca y cuando iban como unas “150 varas montaña adentro, encontramos a mi hermana muerta a las 11:50 de la noche del día 21, estaba boca abajo, no noté sangre porque era noche, incluso al ponerle el foco no se veía ni mojada, pero los lentes los tenía tirados a un ladito, el sombrero, ella estaba dura, la levanté y estaba tiesa, no revisé el cuerpo”.

Dayiris Boniche y su mamá Luz Maritza González fueron sepultadas en Río Blanco. LA PRENSA/Cortesía

Al regresar a la casa hacienda a eso de las 12:40 a.m. del 22 de julio, la vivienda estaba cerrada y con las luces apagadas. “Había un cuarto que estaba bien cerrado, tuve que pegarle cuatro patadas para poder abrir, cuando se abrió la puerta logré a ver una sábana tirada en el piso y el cuerpo de mi sobrina, tirado en el suelo boca
arriba, tenía un golpe”, narró González, quien dijo que al levantar la sábana estaba el cadáver solo con la blusa.

“Nunca me di cuenta de ningún conflicto de Wilmer con la víctima, al contrario los vi contentos a ellos tres, nunca tuve pláticas con Wilmer, tuve conocimiento por mi sobrina Dayiris que se les había perdido un novillo, no se sabe dónde estaba ese ganado”, finalizó González Zelaya.

Taxista lo sacó al pueblo

El segundo testigo fue el taxista Ariel García, quien ese miércoles 21 tenía su carro en el taller, pero recibió una llamada del acusado Wilmer González quien le pidió que le hiciera un viaje a Los Mangos porque iba para Río Blanco ya que un rayo había matado a un familiar. García le dijo que el viaje se lo haría en su moto y lo sacó por 100 córdobas hasta la gasolinera de Mulukukú.

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“Él llevaba una camisa azul manga corta, botas tubas, pantalón, gorra, no llevaba nada de armas”, manifestó el taxista. Cuando lo dejó en el pueblo era la 1:50 de la tarde del miércoles 21 de julio.

Ahí, Wilmer González tomó un taxi que lo llevó hasta Siuna. En la audiencia también declaró el taxista Harold Cano, quien le cobró 900 córdobas por el viaje. Cano vio la foto de González en las redes sociales por lo que fue a la Policía a brindar su declaración. Contó que arregló la carrera con González porque primero le había cobrado 1,300 córdobas, pero el acusado le había dicho que cuánto era lo menos.

Wilmer González era considerado como parte de la familia de las víctimas. LA PRENSA/Cortesía

En ese momento iba saliendo el bus de Mulukukú hacia Siuna y el taxista le dijo que “lo iba a dejar el bus”, pero González le dijo que “no le salía”, por lo que acordó la carrera con el taxista. A las 2:00 de la tarde el vehículo Toyota Yaris partió desde Mulukukú hacia Siuna. El sujeto le pidió que lo dejara en la Cotran vieja de ese municipio. Esa fue la última vez que se supo algo del paradero de González, quien se encuentra prófugo desde ese día.

Hablan jornaleros

Danilo Pérez, uno de los trabajadores de la finca San Jerónimo, dijo que Wilmer y la patrona habían salido a eso de las 6:00 de la mañana, pero que nadie sabía para dónde iban. La bestia en la que iba doña Maritza fue encontrada amarrada al lado de su cadáver. Mientras que el caballo en el que iba Wilmer fue encontrado en el potrero.

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Mientras que el agricultor Franklin López declaró que Dayiris Boniche estuvo como hasta las 6:30 de la mañana en la finca, porque luego salió a dejar la leche al pueblo y retornó a la vivienda. Un adolescente vio regresar solo a Wilmer González y entrar a la casa hacienda. López dijo que escuchó un grito, pero le restó importancia. Desde las 12:30 del mediodía ninguno de los trabajadores vio a madre e hija ni a Wilmer. A López le pareció raro porque la casa hacienda nunca quedaba sola.

Madre e hija vivieron muchos años en Costa Rica, pero hace 4 años habían regresado a Nicaragua. LA PRENSA/Cortesía

Una adolescente que trabajaba en la cocina de la finca dio su testimonio y dijo que vio pasar a Dayiris con Wilmer cuando iban a dar de comer a los cerdos, luego fueron a la casa hacienda y solo observó que Wilmer salió solo y a eso de las 12:30 del mediodía del 21 de julio dijo que iba a hacer un mandado y que ya regresaba.

Pruebas incorporadas a expediente

Otro adolescente, de 16 años, fue quien vio pasar a Wilmer y doña Maritza, y 10 minutos después escuchó disparos, pero no vio pasar de regreso a nadie. El joven siguió trabajando con su machete. “No supe qué pasó con ella (doña Maritza), no sé quién la mató a ella”, añadió.

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El único testigo que no pudo dar su declaración fue Norvin González, familiar de las víctimas, pero la Fiscalía presentó epicrisis.

LA PRENSA/Cortesía

En la audiencia estuvo presente el costarricense Danilo Alberto Leiva, esposo de Luz Maritza González. La jueza Especializada en Violencia de Siuna, Jazohara Zamora Rivera, escuchó los testimonios, los cuales quedaron adjuntados al expediente judicial número 000307-ORP2-2021-PN. Las pruebas quedaron incorporadas al proceso judicial, el cual continuará hasta que la Policía capture a Wilmer González, quien es acusado de asesinato, violación y portación ilegal de armas.

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