Baseball América realizó una encuesta a mánagers, coaches, scouts y altos ejecutivos del beisbol en la Liga Americana preguntándoles quiénes son los jugadores que poseen las mejores herramientas en diferentes posiciones del juego. En la encuesta no se mencionó al nicaragüense Jonathan Loáisiga por más que sus números son explosivos y lleve siete salidas consecutivas sin permitir carreras. El muchacho de Las Sierritas de Santo Domingo elevó su WAR a 2.9, posee cinco salvados y nueve triunfos, además de una efectividad de 2.19.
En la categoría de mejor relevista, los tres primeros fueron Liam Hendriks de los Medias Blancas de Chicago, Matt Barnes de los Medias Rojas de Boston y Andrew Kittredge de los Rays de Tampa. Hendriks de 32 años gana 11 millones por temporada, actualmente posee 8-3 en ganados y perdidos, lanza para 3.20 en efectividad, permite 11 jonrones y posee un WAR de 1.3, es ampliamente superado por Loáisiga, con la diferencia de sus 29 juegos salvados.
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Matt Barnes fue clave cuando Boston estaba sorprendiendo a todos y estaba colocado en la cima de la división. Sin embargo, ahora que están pisando tierra, Barnes tiene 6-5 en ganados y perdidos, una efectividad de 3.81, un WAR de 1.0 y 24 juegos salvados. La diferencia entre Barnes y Loáisiga es la misma con Hendriks, que son taponeros y ganan más visibilidad, peros sus números se ven como una hormiga comparado a los del nicaragüense, asimismo Barnes devenga 4.5 millones de dólares, prácticamente cuatro millones más que el pinolero por hacer menos números.
Curiosamente el derecho Andrew Kittredge de 31 años tiene números competitivos contra el nicaragüense con 1.32 en efectividad en 61.1 entradas, cuatro menos que Loáisiga, posee 8-2 en ganados y perdidos con cuatro juegos salvados. Los números no mienten y al menos el serpentinero de Las Sierritas de Santo Domingo merecía una nominación entre los tres mejores, no obstante, tiene 26 años y un futuro inmenso por delante, ante esta gran injusticia de los conocedores del juego en las Grandes Ligas solo toca tragar saliva y seguir lanzando.