El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, se refirió este domingo a la situación y a las condiciones en las que se encuentran decenas de nicaragüenses privados de la libertad por asuntos políticos y abogó para que la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias “intervengan” con el fin de superar la “injusta situación”, y a la vez, “exijan la liberación inmediata” de los presos y presas políticas.
Al inicio, monseñor Báez exhortó a recordar a las personas quienes han sido encarceladas arbitrariamente por asuntos políticos y dijo: “Recordemos a quienes, en algunos de nuestros países, han sido llevados arbitrariamente a la cárcel por motivos políticos. Es intolerable que estas personas sean sometidas a crueles torturas psicológicas y vivan en condiciones inhumanas, sin ver a sus familiares, aisladas del mundo y obligadas a un doloroso aislamiento; esto no es un asunto simplemente político o de carácter judicial. Es una crisis humanitaria”.
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El obispo auxiliar, exiliado en Estados Unidos, añadió que los creyentes de Dios “no podemos tolerar que haya personas sometidas a estos maltratos y confinados a un aislamiento como tal. ¡Hacer sufrir a un ser humano es atentar contra la santidad de Dios! No lo olvidemos, para que no nos acostumbremos. Por eso, es urgente que la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias intervengan en algunos de nuestros países para superar esta injusta situación y exijan la inmediata liberación de estas personas”.
El martes 31 de agosto y miércoles 1 de septiembre, al menos 29 familias de los 32 presos políticos detenidos durante los últimos tres meses lograron obtener una prueba de vida de sus parientes, al visitarlos por primera vez desde su reclusión en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como el nuevo Chipote. Los opositores fueron visitados durante 30 minutos. Y de acuerdo con el relato de sus familiares, los opositores detenidos lucen “pálidos” y “delgados” debido a que han sufrido pérdida de peso.
Gobiernos autoritarios quieren “pueblos sordos y mudos”
Monseñor Báez, desde la St. Agatha Catholic Church en Miami, Florida, Estados Unidos, denunció que los gobiernos autoritarios quieren pueblos “sordos y mudos”, al momento en el que imponen la censura, persecución al pueblo y periodistas para que no se denuncien las injusticias, en alusión a la dictadura que se vive en Nicaragua liderada por Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Hoy padecemos también en muchos de nuestros países una grave crisis de sordera y mudez a nivel social. Los gobiernos autoritarios quieren pueblos ‘sordos y mudos’. Quieren pueblos ‘sordos’ que no estén informados de lo que ocurre, para poder así ocultar sus crímenes y actos de corrupción y manipular, someter más fácilmente a la gente. Por eso, las dictaduras ejercen férreas censuras de prensa, confiscan medios de comunicación y persiguen a periodistas y comunicadores. Sin embargo, Jesús no nos quiere sordos. Hay que rebelarse frente a esta cultura del silencio. Superar la sordera social es un camino de libertad”, manifestó el religioso.
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El obispo auxiliar continuó con su homilía señalando que aquellos que evitan denunciar todas las injusticias cometidas contra el pueblo, por miedo o por conservar sus privilegios, se convierten en “cómplices de los gobiernos autoritarios”.
“Los gobiernos autoritarios también quieren pueblos ‘mudos’, pues no toleran ninguna voz crítica o disidente. Sin embargo, Jesús no nos quiere mudos. No permitamos que nos roben la voz. Con el miedo y la represión intentan acallar a la sociedad. Hay que superar continuamente el silencio de la indiferencia y denunciar todo lo que en la vida social contradice el proyecto de Dios y atropella la dignidad de los seres humanos. No hay que caer nunca en la mudez de quien, evitando denunciar la injusticia por miedo o por conservar sus privilegios, se vuelve cómplice de un sistema injusto. Superar la mudez social es un camino de libertad”, indicó monseñor Báez.
Exhorta a cuidarse del Covid-19 y evitar las aglomeraciones
El religioso además se refirió a la crisis sanitaria producto del Covid-19 y exhortó al pueblo a respetar y cumplir con las recomendaciones médicas, para evitar el contagio y muerte como consecuencia de la pandemia. Hizo el llamado al autocuido y evitar participar en aglomeraciones.
“La experiencia de la pandemia del Covid-19 nos ha enseñado que todos, sin excepción, somos débiles y vulnerables y que tenemos que cuidarnos y cuidar de los demás. La salud de uno depende de la salud del otro (…) seamos responsables para cuidarnos, evitar el contagio y no volvernos inconscientes propagadores del virus”, aseveró monseñor Báez.
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Además, señaló a la responsabilidad que tienen todos los Estados con la salud de sus ciudadanos: “Si el Estado como primer responsable de la salud pública no cuida las vidas de las personas, tenemos que hacerlo nosotros. La situación sigue siendo muy grave. Evitemos las aglomeraciones y observemos las normas de higiene ya conocidas: uso de la mascarilla, distanciamiento y lavado de manos. La vida de todos está en riesgo”.
Monseñor Álvarez: “La libertad interior es inviolable”
Monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, desde la Catedral San Pedro Apóstol se refirió a la violación sistemática que sufren los nicaragüenses a sus libertades fundamentales. Sin embargo, a ellos los exhortó una vez más a no tener miedo y confiar en Dios debido a que existe la “libertad interior”, que es “inviolable”.
“El Señor, hoy domingo, una vez más nos vuelve a liberar del miedo. Cuando las libertades fundamentales de una persona se ven conculcadas, se ven obstruidas; cuando las libertades fundamentales hasta de un pueblo se ven conculcadas, se ven obstruidas. Hay una libertad que nos queda y es la más profunda, y que es de donde surge y nacen todas las otras libertades, y esa libertad nada ni nadie nos la puede quitar en el mundo, ni en la historia nadie ha sido capaz de quitarle a una persona la libertad interior”, aseguró el religioso.
El obispo de Matagalpa insistió en remarcar que la libertad “la llevamos cada uno de nosotros en el interior, y tú eres libre interiormente para profesar tu fe, eres libre interiormente para pensar según tus criterios y opciones, eres libre interiormente para trabajar por nobles ideales, eres libre interiormente para conquistar nuevos espacios de paz, de justicia y de misericordia; eres libre interiormente para perdonar, reconciliarte, para construir fraternidad”.
También llamó a no dejar robar la esperanza, puesto que Dios es quien puede “quitarnos esa libertad y desde esta libertad interior que es poderosísima, porque es tan sagrada como la conciencia misma donde solo Dios y cada uno de nosotros puede entrar, es una libertad inviolable, la libertad, ya se podrán violar cualquier otra libertad si quieren todas las libertades, pero la libertad interior es inviolable. Para ser libres, nos liberó Cristo”.
Alentó a “abrirse al que propone otros caminos de paz, justicia y libertad”
En esa misma línea, monseñor Álvarez exhortó a los nicaragüenses a “abrirse a otros sin exclusión ni exclusividades”, para lograr construir una nación donde se respete la dignidad de cada ciudadano.
“Hoy decimos a Nicaragua: effetá, que quiere decir ábrete, apertura a los demás, a sus opiniones y criterios como expresión de una organización social-plural; precisamente abrirse al otro nos posibilita hacer grande y construirnos como nación, porque del yo se pasa al tú y solo así se construye el nosotros, respetando la dignidad de cada persona. Abrirse al de la otra acera, al de la otra cancha, abrirse sin miedo al que propone otros caminos de paz, justicia y libertad. Caminos de independencia, de autonomía, pero también de interdependencia”, precisó el religioso.
Agregó que el effetá es una fuerte exhortación para que todos los ciudadanos se puedan abrir a las necesidades y sufrimientos de quienes viven el impacto de la pandemia del Covid-19 y las consecuencias de la crisis sociopolítica.
“Ese ábrete es una fuerte exhortación a abrirnos a las necesidades, sufrimientos y dolores de los que viven en carne propia el impacto de la pandemia, y de todos los que experimentamos las consecuencias de la crisis social, política y económica, escapando del egoísmo personal, social, político y económico como si fuera una crisis que no nos afectara a todos. Abrirse para escapar al egoísmo y la cerrazón del corazón, abrámonos unos a otros sin exclusión ni exclusividades, abrirse al respeto y al perdón para vivir en justicia y libertad; solo así podremos escuchar la voz del Señor que dice a los de corazón opacado: ánimo, no tengan miedo, he aquí que su Dios viene para salvarnos”, concluyó el religioso.