José Antonio Peraza, politólogo y opositor, fue detenido por la Policía el 26 de julio. Desde entonces, ha pasado 50 días en una celda de las nuevas instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial, conocidas como el nuevo Chipote.
De acuerdo con el comunicado de prensa de la Policía, Peraza fue detenido por “realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos, pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización, proponer y gestionar bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones, demandar, exaltar y aplaudir, la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos, y lesionar los intereses supremos de la nación, de conformidad con el artículo 1 de la Ley No. 1055, Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y la Autodeterminación para la Paz”.
El 1 de septiembre, el Ministerio Público informó a través de un comunicado que Peraza, junto a Medardo Mairena, Freddy Navas y Max Jerez, estaban acusados del presunto de delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”.
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Según la Fiscalía, los acusados enfrentaron audiencias preliminares y un juez admitió las acusaciones y decretó la prisión preventiva a los acusados. En la acusación se señala que se da conforme a los artículos 410 y 412 del Código Penal, en perjuicio de la sociedad nicaragüense y el Estado de Nicaragua.
Su celda en el mismo pabellón que otros opositores
En estos 50 días, a Peraza solamente se le ha permitido una visita de sus familiares. Una pariente del politólogo e integrante del consejo político de la Unidad Azul y Blanco (UNAB) confirmó que logró verlo durante 30 minutos.
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Detalló que la contextura de Peraza ha mermado, así como el color de su piel. “Está delgado, ha bajado 20 libras y eso para mí es preocupante, porque él es delgado y ni siquiera tiene dos meses y ha bajado tanto. Él me dijo que se siente bien, que sus convicciones e ideales están intactos y con su moral en alto, no lo han torturado; al inicio compartió celda con Hugo Torres, después con los de la Fundación (Violeta Barrios de Chamorro) y ahora está solo en una celda de barrotes, en un pabellón donde está Dora María Téllez, Víctor Hugo Tinoco y Miguel Mora; se miran y se ponen a orar, aunque él no es religioso”, indicó la familiar.
