A Jonathan Loáisiga le empezaron a llamar en los Yanquis de Nueva York “el hombre de los incendios”. Su función estaba más que planificada: aparecer en los momentos de mayor presión de los encuentros, muchas veces cuando el partido estaba pendiendo de un hilo. El nicaragüense tuvo mucho éxito, a tal punto que se convirtió en el mejor relevista de todas las Grandes Ligas, según la estadística WAR, la cual engloba todas las facetas del juego.
El último día que Loáisiga actuó con los Yanquis, el viernes 3 de septiembre contra Baltimore a quien venció 4-3, los del Bronx estaban segundos en su división en la Liga Americana (78-56) y eran líderes indiscutibles del comodín sobre Boston y Toronto. Han pasado 13 partidos desde la lesión del lanzador nicaragüense y los Mulos están en el sótano de la división a nueve partidos de Tampa, pero lo más preocupante es que a la hora de publicar esta nota están eliminados de la Postemporada, a medio juego de Boston (83-65) y Toronto (82-64) con 82-65 en ganados y perdidos.
Lo curioso con los 13 partidos en los cuales no ha estado Loáisiga han perdido nueve y ganado solamente cuatro, siendo de las nueve derrotas siete definidos solamente por una carrera. Hagamos un repaso de los juegos en donde el lanzador nicaragüense pudo hacer alguna diferencia: En la primera derrota de la serie ante Baltimore (4-3) naufraga el picheo de relevo, específicamente Aroldis Chapman, mientras que en el desafío siguiente en que se perdió (8-7) llegaron al sexto inning igualados (6-6). Boone no tuvo opción que llamar a Albert Abreu para recibir dos carreras y Andrew Heaney cuatro en un tercio de inning. Aquí hubiese sido una oportunidad de oro para el nicaragüense.
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En la tercera y cuarta derrota otra vez fue el bullpen que terminó de enterrar al equipo con Brooks Kriske, Albert Abreu y Clay Holmes. Durante el quinto revés los Yanquis arribaron al sexto episodio empatados 3-3 contra Toronto y en el séptimo inning apareció Chad Green, quien recibió un tablazo, luego Chapman fue descifrado y se cayó 6-3. En la sexta derrota nuevamente el equipo se mantuvo en la pelea hasta el sexto episodio (2-2) contra Toronto, pero apareció Sal Romano para echarle sal a la herida y Andre Heaney que enterraron 6-4 a la tropa neoyorquina.
En la octava derrota, como si fuera una fotocopia de las anteriores, los Yanquis empataban 6-6 contra los Mets en el séptimo, pero en el octavo Chad Green fue descifrado y finalmente se cayó 7-6 hasta llegar a la novena que con el partido a favor de la tropa de Boone en el noveno (2-1) Clay Holmes entró a recibir una carrera y Wandy Peralta sucumbió en muerte súbita.
Quedó más que evidenciada la necesidad de un apagafuegos como Jonathan Loáisiga. Este viernes regresaba a lanzar en entrenamiento y en dependencia de cómo se sienta podría regresar más temprano que tarde.