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Los salones de clases mantienen una matrícula de más de 40 alumnos. LA PRENSA/Lidia López B.

“La presión es hostigante y desgastante”, denuncian docentes del sector público

Los docentes consultados por LA PRENSA se quejan de la sobrecarga de trabajo que tienen, el maltrato y del poco incentivo que hay entre el gremio

En Nicaragua, los docentes del sector público imparten clases detrás de una serie de órdenes, chantajes, amenazas y mucho estrés. Deben cumplir al pie de la letra las orientaciones de las autoridades superiores, pero no precisamente por fines educativos sino por la presión política que ejercen directores y delegados del Ministerio de Educación (Mined), fanáticos del régimen de Daniel Ortega.

Los maestros consultados por LA PRENSA —en condición de anonimato por temor a represalias— se quejan de la sobrecarga de trabajo que tienen y del poco incentivo que hay entre el gremio, pero no pueden reclamar las anomalías porque los resultados son más amenazas, sanciones o despidos. Aunque los docentes dicen no simpatizar con la política de Ortega, la situación es pareja para todos.

“La presión es hostigante y desgastante porque estamos obligados a trabajar el triple y casi para nada porque no se logra lo que uno pretende”. “Estamos bastante estresados porque nos obligan a hacer una cosa y después otra y otra”. “Prácticamente los maestros trabajamos bajo presión”. Es parte de lo que refieren maestros de colegios públicos de Managua, Granada y Bluefields.

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Esa misma presión y hostigamiento del que hablan los docentes es lo que llevó a la profesora Marginy Urbina, del Colegio Rubén Darío, en el departamento de Matagalpa, a tener una crisis nerviosa y un colapso físico luego que la dirección de ese centro educativo le quitara sus materiales de trabajo con los que imparte clases y pronunciara amenazas por su ideología política crítica al régimen orteguista.

“Lo que le sucedió a esta maestra es el producto del acoso diario que sufren los maestros a nivel nacional (…) A un maestro le podés llamar la atención si es que falló, pero tener ese acoso de tener que cumplir al pie de la letra lo que ellos están mandando, no. Si vos no pensás como ellos, ellos se molestan y presionan al maestro que ya no aguanta. Cosas como esta pueden llevar a la muerte a los docentes”, expresa la Unidad Sindical Magisterial de Nicaragua (USMN).

La presión desde el aula de clases

La USMN enfatiza que es una “lucha difícil” que tienen los docentes en cuanto a este tema porque el Mined “manipula con política” a los estudiantes. Es decir, extiende invitaciones para que los jóvenes participen en actividades políticas y el maestro debe reconocerlo con buenas notas.

“Si el docente no ´ayuda´ lo comienzan a hostigar y hacerle montajes utilizando a estudiantes, padres de familia, incluso hasta docentes simpatizantes del régimen. Algunos docentes a veces pierden la paciencia y reclaman por tantas anomalías. El resultado es amenazas y seguimiento constante con planes de archivos y les piden más de lo que pueden dar”, expone la Unidad Magisterial. Los van abrumando de trabajo extra, órdenes extracurriculares o amenazas.

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LA PRENSA/Jader Flores/Archivo

Lo anterior lo confirma una docente de Bluefields, quien comparte que los maestros son obligados a visitar a estudiantes que no llegan, a hacer murales en los que tiene que llevar algún “ribete rojo y negro”, suspender las clases para ir a actividades partidarias o salir del centro directo a las teleclases, sin tomar en cuenta que muchos docentes no han almorzado o ni siquiera han desayunado.

“No se toma en cuenta que a las 12:00 es hora de almuerzo y a esa hora somos obligados a quedarnos en reunión u otra actividad hasta las 2:00 o 3:00 de la tarde. Muchos maestros son el único sostén de la familia y por el raquítico salario no nos alimentamos debidamente, quizás algunos hasta sin desayunar y todavía debemos quedarnos más de las 12:00 (del mediodía)”, reprocha la docente de la Costa Caribe.

El fanatismo de las autoridades

Los docentes coinciden en que las autoridades del Mined trabajan “de última hora” y hasta de manera desordenada, y quienes terminan pagando los “platos rotos” son los mismos maestros. “Si no cumplimos (con el trabajo), la agarramos, en ese sentido hay bastante estrés”, comparte un profesor de Managua.

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Las fuentes señalan que la situación dentro de los colegios puede variar dependiendo del fanatismo del director o directora del centro educativo, aunque todos se rigen por el Mined, que sigue la línea política del régimen.

“Se nos orienta hacer asambleas donde en parte de ella debe hablarse sobre el ‘buen gobierno’. Existen directores que por estar con el Gobierno presionan más y hasta amenazan a docentes con la frase irónica ‘cuide su trabajo’, ‘voy a llamar a la delegada y la voy a reportar’, ‘usted es trabajadora de Mined, para eso le pagan’ o ‘no quisiera informar que usted no está cumpliendo'”, señala la docente blufileña.

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En la mayoría de los actos cívicos dentro de los colegios, las autoridades realizan proselitismo político al ubicar la bandera rojinegra del FSLN, partido del régimen orteguista.

El caso de la profesora Marginy Urbina, del departamento de Matagalpa, es un claro ejemplo de eso. El director del Colegio Rubén Darío, junto con docentes afines al régimen orteguista, hostigaron y presionaron a la maestra Urbina, hasta llegar a quitarle sus materiales didácticos. Para la UMN, ese “trabajo sucio” es lo que mantiene enfermos a los educadores.

Para el docente de Managua, la situación de los docentes es compleja porque no trabajan tranquilamente ni con la libertad de poder desarrollar de la mejor manera las clases. “Los materiales los tenemos bien ganados y no nos está haciendo un favor, es algo que ameritamos como docentes (…) Y ahí tenemos que estar pensando qué crear, cómo resolver y cómo sacar el trabajo adelante, pero de que sí es estresante (el trabajo), es estresante”, reitera el profesor.

El esfuerzo de los docentes

Aunque la situación es pareja para todos los maestros, hay trato preferencial —denuncian las fuentes— para aquellos simpatizantes del régimen. “Hay docentes que tienen vía libre para ausentarse y asistir a reuniones partidarias, esto es constante. Luego se nos orienta adelantar, si podemos, y los estudiantes van a su casa temprano o no reciben todas las clases. Si se suspenden las clases por una actividad antojadiza, el docente debe de buscar estrategias con ese contenido que se dejó de impartir por la interrupción de clases”, relata la profesora blufileña.

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“Hay docentes que hacen todo lo posible para que el estudiante se prepare para la vida, pero luchando contra todos los desafíos políticos. Es triste y cansado estar lidiando con estudiantes con falta de deseos de superación, con políticas que juegan con la conciencia del ignorante, con programas educativos que no están adecuados a la realidad de Nicaragua. Los docentes estamos obligados a realizar una adecuación curricular para dar mejor los contenidos a los estudiantes”, enfatiza por su parte una maestra granadina.

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