Entre las kilométricas filas que realizaban los ciudadanos de 30 años a más, para poder acceder a la primera dosis de la vacuna AstraZeneca este lunes, se encontraba un importante grupo de ciudadanos de la tercera edad que también buscaban la primera dosis anticovid. Aunque son parte del grupo prioritario, en redes sociales algunos ciudadanos mostraron su inconformidad aduciendo que este sector de la población «ya había tenido su jornada» para inmunizarse cuando el Ministerio de Salud (Minsa) en su momento habilitó este proceso desde mayo para adultos mayores (60 a más) y fue ampliando para edades de 55, 50, hasta bajar a los 45 años.
«Se supone que este es el momento (de vacunación) para personas entre 30 y 44 años, pues los de 45 años a más ya habían tenido su jornada, pero no. En las filas hay (personas) de hasta de 60 años a más», escribió una ciudadana a través de las redes sociales.
«Veo que hay un montón de gente mayor de 30 que no se vacunaron en su tiempo y ahora andan pegando carreras. Eso molesta, su inseguridad y por ellos estamos como estamos», comentó otra usuaria de Facebook en una transmisión en vivo hecha por LA PRENSA en el Hospital Manolo Morales.
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Aunque una parte de la ciudadanía mostró su descontento, médicos independientes del sector privado consultados por este Diario consideraron que la población no es culpable de este desborde masivo durante este proceso y más bien responsabilizan al Ministerio de Salud (Minsa) de no ejecutar un plan estratégico y organizativo de manera que se garantice una jornada ordenada y exitosa.
«Esto es como un embudo donde la gente quiere entrar de cualquier manera, está desesperada y tienen el deseo de vacunarse porque saben que tenemos un brote epidémico importante que está impactando de forma significativa. En la pirámide poblacional los de 30 representan una cantidad mayor que anda alrededor de los 2.8 millones de personas y hay una cantidad restringida de vacunas y creo que por eso todo el mundo se vuelve como loco», señaló una fuente médica que prefiere no ser citada.
Lo que dice el Minsa
El pasado 10 de septiembre la vicepresidenta designada, Rosario Murillo, anunció que el Minsa comenzaría a aplicar la primera dosis de la vacuna AstraZeneca a personas mayores de 30 años. Antes de dar por iniciado este proceso, la institución estaba vacunando las segundas dosis de Sputnik V a personas de 45 años en adelante.
Un día antes, el 9 de septiembre, el dictador Daniel Ortega informó que, con base en las normas internacionales su gobierno estaría inmunizando como meta a un total de 2.8 millones de ciudadanos nicaragüenses. Hasta esa fecha, según el mandatario, el Minsa ya había aplicado un total de 523,557 dosis, aunque no especificó cuántas de esas personas tienen la dosis completa, que consta de dos vacunas contra la enfermedad.
En cuanto al proceso de vacunación de este lunes, la ministra de Salud, Martha Reyes, declaró a los medios oficialistas que la inyección anticovid «no se le negará a las personas mayores de 30 años que por alguna razón no se pudieron vacunar en el período establecido».
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«Son pocos centros de vacunación (los habilitados por el Minsa), en otros países eso se organiza de tal manera que no se formen este tipo de aglomeraciones, mucha gente en diferentes centros de salud comunitarios, hospitales, empresas, clínicas previsionales, incluso en los servicios privados, pero como ese nivel de organización no existe aquí, obviamente vemos que ese es el producto de la falta de organización por parte del Minsa y ese relajo que vemos desgraciadamente contribuye a una mayor diseminación de la infección entre las personas», manifestó la fuente médica.
Otro médico, que también prefirió el anonimato, aseguró que no se puede hablar de garantizar la protección de personas jóvenes cuando la institución sanitaria ni siquiera ha terminado de dar cobertura a esos sectores rezagados como el personal médico y ciudadanos con problemas de insuficiencia renal crónica (IRC). «Existen muchas primeras dosis que sin segunda no son protectoras», reflexionó.