14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

A mis compañeros de exilio y prisioneros políticos

En julio de 1979 como muchos nicaragüenses salí de Nicaragua sin un peso (ya que me robaron lo poco que tenía), pero con mucha honra. Solo pude regresar once años después cuando doña Violeta, nuestra Madre, ganó la Presidencia.

El exilio es muy duro y triste particularmente si es largo. En mi caso me dolía mucho no poder ver a mi mamá, a mi hermana y hermano, la tristeza de mi esposa, que mis hijos crecieran en tierra extraña y que se les olvidara nuestra lengua, no poder oler a la tierra mojada en el invierno ni ver los lagos, volcanes, ni el cielo azul de mi Cocibolca.

Por eso me duele también ver la nueva ola de exiliados de varios amigos que no menciono para no complicarlos más, pero ellos saben quiénes son, otros no conocidos, varios con diferencias políticas en el pasado, pero todos hermanos nicaragüenses que es lo que importa y a quienes sin distingos nos cobija la bandera azul y blanca.

Me duelen aún más los varios amigos y amigas y otros no conocidos que están presos

La gran ironía es que el exiliador y encarcelador es el mismo de 1979 nada más que ya se quitó la careta. De supuesto libertador pasó a malvado, represor y generador de más pobreza, auxiliado por su estimable esposa.

Pero estoy seguro de que el nuevo exilio, así como la prisión, será mucho más corto que el mío ya que como he dicho antes el vaso está a punto de derramarse, ojalá por las buenas.

El autor es bachiller del Colegio Centro América de Granada.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí