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CONTENIDO EXCLUSIVO.Daniel Ortega, el dictador nicaragüense, después de 13 años de ausencia en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), volverá a dar la cara, de forma virtual, durante la sesión número 76 que se realiza del 21 al 27 de septiembre en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos. Esta sería la segunda vez que Ortega, desde que retornó al poder en 2007, participe en dicho evento.
La participación de Ortega en la Asamblea la confirmó la vicepresidenta designada y primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, quien a través de los medios oficialistas llamó a estar “pendientes” del mensaje que dará el dictador de forma virtual: “Pendientes del mensaje que nuestro comandante Daniel hará en la Asamblea General —de Naciones Unidas—, son mensajes que se envían por vídeos, esta semana, puede ser jueves, puede ser viernes”, dijo Murillo.
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La reaparición de Ortega ante la ONU se realizará a escasos dos meses de las elecciones presidenciales, un proceso electoral que, según ha denunciado la comunidad internacional, carece de legitimidad debido a que eliminó toda la competencia política con el encarcelamiento de los aspirantes presidenciales que gozaban de mayor popularidad.
A finales de mayo pasado Ortega echó mano de la Policía y empezó una cacería de opositores. A la fecha ya suman 37 nicaragüenses detenidos, de los cuales 33 permanecen encarcelados en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) conocido como el nuevo Chipote, y cuatro bajo la modalidad de arresto domiciliar. La mayoría de los opositores, incluyendo los aspirantes presidenciales, líderes estudiantiles, campesinos, periodistas, empresarios, exdiplomáticos y defensores de derechos humanos han sido acusados por el delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”.
Ortega busca “romper” cerco diplomático
Carlos Murillo Zamora, especialista en Relaciones Internacionales, con un Doctorado en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Costa Rica (UCR), manifestó que después de tantos años de que Ortega no se presentaba ante la Asamblea General de la ONU, lo que pretende en estos momentos es “buscar como posicionarse en el ámbito internacional para romper el ‘cerco’ que cada vez más se le estrecha en el ámbito diplomático”.
El experto aseguró que visiblemente cada día hay más países que “lo cuestionan” por lo que “tendrán que responder a algunas de las menciones sobre el régimen autoritario y dictatorial que hay en Nicaragua, que han aparecido en discursos de distintos mandatarios, responder a las acusaciones sobre las violaciones de los derechos humanos y busca abrir esos espacios”.
“Se va a presentar como “víctima” del imperialismo estadounidense”
Sobre lo qué se puede esperar de la intervención del dictador Ortega, Murillo Zamora adelantó que lo mínimo es “un discurso al estilo, de lo hemos estado viendo en las cartas ‘diplomáticas’ enviadas con por el canciller enviada con un lenguaje ‘escasamente’ diplomático y buscará como están haciendo muchos mandatarios autoritarios que es presentarse como salvador del pueblo, y va a demandar respeto al pueblo nicaragüense”.
Asegura además que una de las posibilidades más certeras es que “se va a presentar como una víctima del imperialismo estadounidense y de otros gobiernos, que él argumentará que son emisarios y subordinados a los Estados Unidos“.
Su última aparición en 2007
La última vez que estuvo en la ONU era 2007 y se suponía que daría un discurso sobre los estragos causados por el huracán Félix en el Caribe nicaragüense, pero acabó hablando de sus temas favoritos: Estados Unidos y el capitalismo global.
El 25 de septiembre de ese año, veinte días después del paso del Félix, Ortega se presentó en la ONU con la previa promesa de que sería la voz de los costeños víctimas de “la mayor catástrofe que ha sufrido Nicaragua en cuanto a impacto ambiental”. Pero lo que brotó de su boca fue un deshilvanado discurso de 3,426 palabras, plagado de críticas al imperialismo y de un ferviente respaldo a Cuba, Venezuela y los programas nucleares de Irán y Corea del Norte.
Ortega atacó implacable 19 veces a la palabra imperio. Hizo lo mismo diez veces con el capitalismo global y tres veces con las tiranías durante un discurso. “La vida de los imperios es efímera en relación con el tiempo, que así como surgen, así como se llenan de soberbia y de prepotencia, así como se plantan a dictar como dioses, quién es bueno, quién es malo; así como se ponen a dictar cómo entregar, lo que ellos llaman asistencia, que no son más que las deudas históricas que tienen con nuestros pueblos, ellos sencillamente lo que están haciendo es respondiendo al imperio, a las políticas del imperio”, vociferó Ortega.
Y como era de esperarse, en ese momento Ortega recibió muchas críticas por su actuación en la 62 Asamblea General de la ONU. Y desde entonces el dictador no se había vuelto a asomarse por ahí.
En 2018, tras meses de crisis sociopolítica desatada por la brutal represión contra los manifestantes que protestaban en contra de su gobierno, su nombre apareció en la lista de los mandatarios que participarían en el foro. Se esperaba que él fuera el penúltimo mandatario en tomar la palabra, pero a último momento su nombre desapareció del programa de comparecencias. Nadie dio explicaciones.
Su primera aparición
El 28 de septiembre de 1979, Ortega participó por primera vez en la Asamblea General de la ONU. En ese momento, tras el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza, habló como miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) que se había conformado en el país.
Durante esa ocasión, Ortega agradeció a los países que apoyaron la “causa revolucionaria” y les solicitó “apoyo incondicional” para poder reconstruir Nicaragua. Aunque también reclamó a los países y a la banca internacional que facilitaron en su momento inversiones y préstamos a la dictadura somocista.
“Es nuestro criterio que la deuda externa que el somocismo dejó a Nicaragua debe ser asumida internacionalmente, sobre todo por los países desarrollados, por los países económicamente poderosos y, en primer lugar por los países que rutinariamente alimentaron al somocismo con el financiamiento”, dijo Ortega quien en ese momento tenía 33 años de edad.
Pero además acusó, a lo que él llamó “los sectores más abusivos de los Estados Unidos y de América Central que sueñan con restituir en nuestra patria”. Denunció también que “una macabra alianza intenta mediatizar nuestra revolución”.
Otras apariciones
Ortega después de esa primera participación estuvo casi consecutivamente durante cinco ocasiones.
El 7 de octubre de 1981, en esa oportunidad durante su discurso leyó una propuesta del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) para resolver la crisis que atravesaba Centroamérica, en especial El Salvador. Y mencionó las dificultades económicas de Centroamérica como consecuencia de la deuda externa.
El 27 de septiembre de 1983, dos años después, Ortega asistió a la Asamblea General de la ONU en calidad de coordinador de la JGRN. En esa ocasión demandó a EE. UU. “la plena aplicación de los Tratados Torrijos-Carter”.
El 2 de octubre de 1984, un mes antes de ser elegido presidente de Nicaragua, Ortega apareció nuevamente en representación de la JGRN. En ese momento utilizó su discurso para denunciar que Nicaragua era víctima de una política de exterminio que llevaba casi tres años y ocho meses “de estar manifestándose en una guerra de agresión abierta, que se califica de encubierta”.
El 21 de octubre de 1985, oficialmente Ortega participó en la Asamblea como presidente de Nicaragua, en ese año Estados Unidos ya había iniciado el bloqueo económico sobre Nicaragua, y aprovechó su discurso para denunciar que el gobierno estadounidense había congelado préstamos al país.
El 8 de octubre de 1987, por sexta vez, Ortega nuevamente estuvo presente y denunció que “seis años y nueve meses lleva ya el Gobierno de los Estados Unidos tratando de barrer a la revolución nicaragüense”.