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La vida es bella y efímera flor

¿He de irme como las flores que perecieron?

¿Nada quedará de mi nombre?

¿Nada de mi fama aquí en la tierra?

¡Al menos mis flores, al menos mis cantos!”

(Cantos de Huexotzingo).

Esta cita la leí en el impresionante Museo Nacional de Antropología en Ciudad de México, que me transportó a otros mundos y a la vez me dejó en blanco. Como esta, había otras en las paredes. Después averigüé sobre poesía-filosofía náhuatl y especialmente la poesía de Nezahualcóyotl (rey poeta, gobernador de Texcoco, historiador, filósofo y amante de la naturaleza). Ahora releo, en el contexto de las celebraciones de la independencia de nuestros países y de la dolorosa pandemia, que me hicieron reflexionar sobre la sabiduría y cultura de la América original.

Me impactó que veían la muerte de manera tan natural; lo mismo que considerar las posesiones y títulos como algo insignificante, pues nadie nada se lleva de este mundo. Pero a los reyes y a otros personajes los enterraban con ricas ofrendas o con sus alhajas, como se puede observar en la reproducción de las tumbas… Y, aunque al obsequiado ya no le servían, han ayudado a conocer las diferentes culturas, artes, oficios y rasgos de los antepasados.   

Otro dato que encontré es la importancia que le daban a los consejos de los mayores, como lo demuestra el Huehuetlatolli especie de diccionario del náhuatl al español, recopilado por Alonso de Molina, quien la definió como “los dichos de los viejos” o “la palabra antigua” (http://www.codigodiez.mx/textospoesia/), normas de conducta prehispánicas para la educación en diferentes aspectos de la vida, como la conciencia ante la muerte, que está presente en la poesía náhuatl:

“Solo venimos a dormir, solo venimos a soñar: / No es verdad, no es verdad que venimos a vivir en la tierra”. Pero también tenían la creencia del más allá: “Verdaderamente allá es el lugar donde se vive, / me engaño si digo: tal vez todo está terminado en esta tierra / y aquí acaban nuestras vidas”. https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/).

En síntesis, la vida es como las flores, bella y breve: “Aquí en la tierra es la región del momento fugaz”. Y la muerte nos iguala a todos; nada nos llevamos. Y si en las sepulturas se dejan recuerdos ¿de qué le sirven a los muertos? Lo que vale es lo que hacemos. Claro, tiene que ver con las creencias, con las costumbres de cada época y región:

Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Solo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
aunque sea de oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Solo un poco aquí”.  https://www.mexicodesconocido.com.mx/nezahualcoyotl-y-el-reino-de-texcoco.html

La autora es educadora.

Opinión Museo Nacional de Antropología archivo
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