14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Policía sandinista reprime manifestación de opositores en Nandaime, Granada, en 1988. La persecución a opositores es similar en la actualidad por parte de la policía orteguista. CORTESÍA IHNCA

El “déjà vu” de Nicaragua: regreso a los años ochenta

Presos políticos, íconos políticos por doquier, exilio, enfrentamiento con la iglesia, alianzas de “guerra fría” y otros más son síntomas del regreso a los años ochenta que Daniel Ortega le está imponiendo a Nicaragua

Contenido Exclusivo CONTENIDO EXCLUSIVO.

Recientemente aparecieron las siglas gigantes FSLN en el cerro Motastepe de Managua. Para los mayores de 30 años, el símbolo representa una especie de “déjà vu”, pues trata de reconstruir la imagen que tenía el país en los años ochenta.

Unas siglas podrían ser un detalle insignificante, pero el analista político Edgard Parrales señala que para los dictadores Ortega y Rosario Murillo tiene un valor simbólico alto. Con eso dicen: “Aquí estamos. Tenemos el control absoluto. Mandamos y de aquí nadie nos baja”.

El exmilitar Roberto Samcam considera que Ortega vive con nostalgia de los años ochenta, cuando imperaba en Nicaragua la revolución sandinista, la cual “tenía sometida a la población, violentaba los derechos humanos y en la que los dirigentes sandinistas manejaban los caudales públicos a su antojo”.

“Creo que Ortega intenta sobrevivir en un nuevo escenario, pero manteniendo siempre su vivencia personal de los años ochenta, años que añora de verdad”, explica Samcam.

Los años ochenta fueron muy difíciles para los nicaragüenses porque en esa época hubo mucha represión por parte de los sandinistas, quienes tenían controlado todo el país y perseguían a los opositores. En 1996, cuando Violeta Barrios de Chamorro terminó su período como presidente, expresó: “Desde 1990 se terminaron las persecuciones, los exilios y los presos políticos”.

Daniel Ortega vive añorando los años ochenta, según indican distintos analistas políticos. Era una época en que los comandantes sandinistas eran vistos como dioses. IHNCA

Sin embargo, en la actualidad nuevamente los nicaragüenses están sufriendo persecuciones políticas, exilios y tiene reos políticos.

El defensor de derechos humanos, Gonzalo Carrión, actualmente en el exilio, explica que existen varios elementos que indican que Ortega ha tratado de revivir situaciones que existían en los años ochenta, aunque en este momento la situación sería más grave porque, a diferencia de antes, estamos en tiempo de paz y porque ahora se trata de un poder familiar y no de una directiva colegiada como era la Dirección Nacional del FSLN.

LEA TAMBIÉN: Sergio Ramírez: “Me enfurece la estupidez”

Como en la guerra fría

Durante los años ochenta, el FSLN llevó a Nicaragua a estar inmersa en la guerra fría que libraban Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

En aquel entonces, explica el mayor en retiro del ejército sandinista, Roberto Samcam, Nicaragua se vio obligada a tener un nivel de militarización muy alto, sin embargo, en la actualidad esa militarización es mayor, considera el exmilitar, a pesar de que no existe un ejército al cual enfrentarse, como fue la Contra en los años ochenta.

“La situación actual es diferente, aunque Ortega quiere rescatar algunos elementos similares a los de los años ochenta. No hay guerra, pero él la lleva contra el pueblo. Sustituye a La URSS por la Federación Rusa. Continúa viendo como el enemigo fundamental al imperialismo norteamericano”, expresa Samcam.

Desde que Ortega regresó al poder en 2007, restableció relaciones con los antiguos países socialistas, especialmente con los rusos, lo cual provoca las sospechas de los Estados Unidos, quienes aún mantienen cierta competencia política con los rusos a pesar de que ya no existe la Guerra Fría.

Más de 100 mil exiliados y 145 reos políticos

Los años ochenta se caracterizaron porque las familias se fracturaron debido a que muchos nicaragüenses debieron abandonar el país para protegerse de la persecución de los sandinistas.

Los primeros nicaragüenses en irse, desde 1979, fueron personas adineradas que pertenecían al círculo más cercano a los Somoza. También miembros de la Guardia Nacional. Este primer grupo fue recibido con los brazos abiertos por la comunidad cubana en Miami, explica un ensayo de Marco A. Mójica. El segundo grupo ya fue de clase media y muchos llegaron con visa de turista y se quedaron.

Según el Statistical Yearbook of Immigration and Naturalization Service, entraron legalmente 13,867 nicaragüenses a los Estados Unidos entre 1980 y 1985 y después de este periodo se intensificó la migración de nicaragüenses a Estados Unidos, especialmente por la implementación del servicio militar obligatorio. A finales de 1988 miles de nicaragüenses habían salido del país con destino a varios países no solo a Estados Unidos.

Había mucha pobreza en Nicaragua en los años ochenta producto del bloqueo económico que le impuso Estados Unidos a Nicaragua y por la guerra civil con los contras. IHNCA

En la actualidad, el exilio nuevamente es parte de las opciones de los nicaragüenses para protegerse de la persecución que ha desatado la dictadura orteguista, especialmente después de las protestas de abril de 2018.

La ex rea política Ivania Álvarez indica a la revista DOMINGO que se conoce que a Costa Rica han llegado a pedir asilo más de 100 mil nicaragüenses y, según el analista Manuel Orozco a Estados Unidos han llegado otros 60 mil nicaragüenses en busca de protección ante la dictadura orteguista.

Los reos políticos también eran numerosos en los años ochenta en las cárceles del sandinismo, especialmente ex guardias, pero también líderes de la oposición. Ivania Álvarez señala que, para abril de 2018, en Nicaragua había cerca de 10 presos políticos confirmados. En la actualidad van 145 y la dictadura continúa encarcelando opositores.

Censura al periodismo

Con una nota de solo dos líneas de largo, el 26 de junio de 1986 la dictadura sandinista ordenó el cierre del Diario LA PRENSA. 35 años después, el pasado 13 de agosto de 2021, la dictadura orteguista se tomó LA PRENSA y encarceló al gerente general Juan Lorenzo Holmann Chamorro.

Gracias a que se publica de forma digital, la dictadura orteguista no logró esta vez el cierre definitivo del Diario, pero tiene tomado el edificio y le congeló las cuentas bancarias.

Los ataques al periodismo independiente son similares tanto en los años ochenta como en la actualidad de parte de Daniel Ortega.

LEA TAMBIÉN: Vieja costumbre de dictadores, intentar callar a LA PRENSA

En los ochenta cerraba a LA PRENSA y atacaba a radio Corporación. En la actualidad, especialmente desde 2018, la dictadura orteguista ha confiscado medios de comunicación como el canal televisivo 100 por ciento Noticias y el medio de comunicación Confidencial.

Varios periodistas se encuentran encarcelados, como Miguel Mora, Cristiana y Pedro Joaquín Chamorro y aproximadamente unos 50 periodistas han debido irse al exilio.

La web y las redes sociales, así como la valentía de los periodistas, han impedido que Ortega acabe con el periodismo independiente.

Conflictos con la iglesia

Monseñor Silvio Fonseca siempre recuerda cuando era párroco en San Judas y las turbas sandinistas de los años ochenta asediaban su parroquia.

“A monseñor Pablo Vega lo montaron un helicóptero y lo fueron a dejar a la frontera con Honduras. También atacaron a monseñor Bismarck Carballo, al padre Amado Peña, expulsaron a 10 sacerdotes”, comenta monseñor Fonseca.

La pugna entre los sandinistas y la iglesia católica fue muy evidente en los años ochenta y en la actualidad también es muy notoria.

Cardenal Miguel Obando y Bravo, junto al sacerdote Bismarck Carballo. Ambos sufrieron de persecución por parte del FSLN en los ochenta. IHNCA

Monseñor Silvio Báez se encuentra prácticamente en el exilio, aunque oficialmente fue trasladado por el Vaticano, pero se conoció que había planes para acabar con su vida y debió irse.

En el 2018, varias parroquias fueron atacadas por paramilitares y turbas orteguistas que perseguían a los manifestantes que protestaban cívicamente contra la dictadura Ortega Murillo.

Monseñor Fonseca también lamenta que en la actualidad la dictadura le está quitando las visas a los sacerdotes extranjeros que trabajan en Nicaragua y los está expulsando.

Sometimiento de la población

“Dirección Nacional ordene” fue la consigna que crearon los sandinistas en los años ochenta para que el pueblo se sometiera a la voluntad de los líderes de la revolución, recuerda el disidente sandinista Moisés Hassan.

Hassan considera que en la actualidad hay factores comunes con los años ochenta que llevan a decir que Daniel Ortega quiere hacer lo mismo para mantener sometidos a los nicaragüenses.

Según Hassan, un ejemplo sería la frase “el comandante se queda”, creada en 2018 después de las protestas de abril, cuando se creyó que los dictadores estuvieron a punto de ser sacados del poder.

Politización de la educación

Los actuales textos escolares de primaria y secundaria contienen imágenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo y los ubican omnipresentes en varias etapas de la historia de Nicaragua.

Esos textos, a consideración de un especialista en educación que prefirió el anonimato, son similares a los textos escolares que había en los años ochenta y en los cuales a los niños se les enseñaba a leer con historias del sandinismo y se les enseñaba a sumar contando fusiles.

Partido único

No lo lograron, pero los sandinistas pretendían en los años ochenta copiar a Cuba con un sistema político en el que el único partido sería el FSLN. En Cuba solo existe el partido comunista.

En las elecciones de 1984 los sandinistas permitieron que compitieran solo los partidos que ellos quisieron, aunque en 1990 tuvieron que abrirle las puertas a más partidos debido a que se vieron obligados por la guerra.

El FSLN puso sus siglas en el cerro Motastepe al igual que lo hizo en los ochentas. AFP

En la actualidad, igualmente la dictadura orteguista elimina partidos a su antojo mediante la cancelación de las personerías jurídicas. Así lo hizo con el MRS y recientemente con otros partidos que garantizaban una casilla electoral, como CxL, el PRD y el partido conservador.

La diferencia

El analista político Edgard Parrales considera que Daniel Ortega está repitiendo muchos patrones de los años ochenta, solo con una diferencia, que antes el poder no estaba tan concentrado en Ortega como ahora.

En los años ochenta el poder lo compartían los nueve comandantes sandinistas y Sergio Ramírez, aunque Parrales afirma que quienes más poder ostentaban eran los hermanos Daniel y Humberto Ortega y Ramírez.

En la actualidad, el poder es familia, explica Parrales, quien también asegura que ahora hay más control sobre las instituciones del Estado, especialmente sobre las fuerzas armadas, a las cuales Ortega, desde que regresó al poder en 2007, le recordó a los miembros de la policía y del ejército que sus orígenes eran sandinistas.

El hecho de que Ortega haya mandado a colocar las letras del FSLN nuevamente en el cerro Motastepe es una evidencia de que quiere demostrar su poder en Nicaragua, ya que ese rótulo está en un lugar muy visible desde toda la capital.

Para el exmilitar Roberto Samcam la diferencia es similar a la que plantea Parrales. “La gran diferencia que ahora el círculo que rodea a Ortega es básicamente una banda de forajidos que se ha enriquecido a costa del erario público, convirtiéndose en una casta de millonarios”, dice Samcam.

La añoranza de Ortega

Para un analista consultado por LA PRENSA, que prefiere el anonimato, los años ochenta están incrustados en la mente de Ortega porque fueron los años en los que se enamoró del poder y por ello trata de que las condiciones actuales para gobernar sean similares a las de entonces.

El problema es que esos años fueron de mucho sufrimiento para los nicaragüenses, termina diciendo el analista.

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. Hace 3 años

    La causa de esa “vocación de gobernar” la explica este pasaje de don Don Quijote de la Mancha: “Ahora bien —respondió Sancho—, venga esa ínsula; que yo pugnaré por ser tal gobernador” (…) Y esto no es por codicia que yo tenga de salir de mis casillas, ni de levantarme a mayores, sino por el deseo que tengo de probar a qué sabe el ser gobernador. —Si una vez lo probáis, Sancho —dijo el duque—, comeros heis las manos tras el gobierno, por ser dulcísima cosa el mandar y ser obedecido.(…) —Señor —replicó Sancho—, yo imagino que es bueno mandar, aunque sea a un hato de ganado.(2a. Parte.Don Quijote de la Mancha, capítulo XLIII”

  2. Hace 3 años

    Yo no lo sabía, pero lo estoy aprendiendo poco a poco. Jurasic Park tiene sus encantos; vivir en el mundo de los dinosaurios, estar al nivel del trogloditismo político ejerce una atracción que muchos no hemos logrado entender. A lo mejor el mundo entero se da cuenta un día de esa ventaja y se va por ese rumbo.

  3. Hace 3 años

    Aunque no es el punto, pero hasta ahorita, a pesar de ser suscriptor puedo hacer un comentario. SE QUE UDS. TIENEN SUS NORMAS, PERO DEBERÍAN DEJAR QUE LOS SUSCRIPTORES RESCATEMOS LAS PAGINAS DE ESTE PERIODICO QUE NOS PUEDAN INTERESAR. TRATE DE COPIAR ALGUNAS PAGINAS DE LA HISTORIA DE NICARAGUA QUE LA PRENSA HA PUBLICADO DURANTE DECADAS Y AUTOMATICAMENTE LA PRENSA ME BLOQUEA. MIREN LA SITUACION DE CENSURA QUE ESTAMOS QUE CREO NO SE HABIA DADO NI EN LOS 80s, por lo que DEBERIAN DEJAR QUE LOS SUSCRIPTORES PRESERVEMOS LAS PAGINAS QUE NOS INTERESAN.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí