El Banco Mundial mejoró la posición de crecimiento de Nicaragua este año y pronosticó dos años más de recuperación. El organismo —que en un principio había estimado un crecimiento de 0.9 por ciento para este año—, en una actualización de sus pronósticos proyectó un repunte del Producto Interno Bruto (PIB) de 5.5 por ciento, que, sin embargo, está por debajo del 7 por ciento que espera el Banco Central de Nicaragua.
Según las nuevas proyecciones, si bien el país logrará remontar con un crecimiento sólido, en el 2022 este se ralentizará y solo se expandirá 3 por ciento el próximo año y 2.5 por ciento en el 2023, años en que se espera sean convulsos por el impacto de las elecciones en noviembre de este año, que se teme sean declaradas ilegítimas a nivel internacional, lo que traerá mayor aislamiento al régimen de Daniel Ortega, según han dicho economistas.
De esta manera, el Banco Mundial posiciona a Nicaragua como la tercera economía de mayor recuperación este año en Centroamérica, siendo superada por Panamá con un 9.9 por ciento y El Salvador con 8 por ciento.
Para Costa Rica, el organismo espera un crecimiento este año de 3.8 por ciento, Guatemala de un 5.1 por ciento y para Honduras una tasa de 4.7 por ciento.
Según la nueva proyección, que se realiza en el contexto de la reunión anual del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, la economía de América Latina y el Caribe crecerá 6.3 por ciento este año y el próximo año se expandirá 2.6 por ciento.
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El titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, declaró ayer a medios oficialistas que estos organismos, como el FMI, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Centroamericano de Integración Económica, Banco Mundial y la Cepal usan información del Banco Central de Nicaragua (BCN) “por ser una fuente confiable”.
No obstante, lo cierto es que pese a que desde inicios de este año el BCN había pronosticado una recuperación de entre 2.5 y 3.5 por ciento, lo cierto es que el Banco Mundial y otros organismos como el FMI se habían divorciado de esas metas, porque situaban las tasas en 0.9 por ciento y 0.2 por ciento, respectivamente.
Los economistas ya han explicado que detrás de este crecimiento hay una especie de rebote, porque los cálculos se hacen sobre la base de tres años de recesión y el año pandémico, que en su conjunto suman más de 9 por ciento de caída acumulada del Producto Interno Bruto.