Los exportadores de Centroamérica están ahogados. La escasez mundial de contenedores ha ocasionado que el costo de los fletes alcance casi el valor de los productos que envían a los mercados internacionales, por lo que este jueves pidieron a los gobiernos de la región recurrir ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) para buscar acciones que puedan estabilizar la crisis.
Las siete organizaciones de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Exportadores de Centroamérica y el Caribe (Fecaexca) dijeron que el sector está siendo duramente afectado por el incremento del costo del transporte mundial. “Esto está repercutiendo en la competitividad de bienes de bajo valor y de alto volumen, ya que en muchos casos el valor del flete iguala al valor del producto. Largos tiempos de espera para desembarcar y embarcar, causando abastecimiento tardío de materias primas y entregas tardías de productos terminados”.
Tal es la crisis que está ahogando al sector, que la organización mencionó que según la última actualización del Índice Global de Transporte de contenedores (FBX, por sus siglas en inglés), en septiembre del 2020 el tarifario semanal promedio por contenedor oscilaba entre 1,200 y 1,400 dólares, pero en la actualidad este promedia los 10,996 dólares.
Pero además señala que hay rutas donde los precios se han cuadruplicado, tanto así que el costo del flete en septiembre del año pasado se ubicaba en un aproximado de 4,000 dólares y ahora está en 20,000 dólares.
Lea además: Nicaragua y Centroamérica deben prepararse para mayores coletazos de crisis en China y de logística mundial
El presidente de Fecaexca, Guillermo Jacoby, dijo que hay mucha preocupación a lo largo y ancho de la región por esta crisis, que incluso ha ocasionado que algunos exportadores de Guatemala y Honduras se queden con su producción de perecederos porque ya tenían contratos con los mercados internacionales, donde los precios están fijados y los compradores no quieren agarrar el producto a precios reales.
“De pronto empezás a ver que esto empieza a afectar en términos de la región a exportadores e importadores, la afectación es en el comercio internacional, se ha agravado”, dijo Jacoby, quien señaló que esto tiene un especial impacto en el sector agrícola, que incluso está siendo afectado por los precios de la urea, uno de los principales insumos para elevar la producción en las áreas de siembra.
“La urea subió tanto que rebasó los precios históricos del 2008, los precios de la urea están por las nubes, los precios de los agroinsumos, de los fertilizantes, están por las nubes a nivel mundial y además de eso traerlos cuesta cinco o cuatro veces más que antes”, afirmó, advirtiendo que esto puede afectar las próximas siembras.
La crisis mundial del comercio está siendo provocada por la escasez de contenedores, la falta de producción de barcos o barcos que fueron enviados a reparación y que no han regresado a sus países de origen, entonces esto está ocasionando un trastorno en la fluidez del tránsito de mercancías.
Lo que más le preocupa a las siete cámaras de exportadores de Centroamérica es que la crisis se va a extender hasta el 2023 y según Jacoby en el primer semestre del próximo año se pueden ver estragos mayores en las exportaciones de la región. Es en la primera mitad del año que más se exporta, lo que muestra el impacto que esto puede tener.
Lo que quiere el sector es que la crisis se aborde el 10 de octubre en la reunión del Consejo de Ministros de Integración Económica (Comieco), el órgano del Sistema de Integración Centroamericana, y que de ahí se proceda a buscar a las autoridades de la Organización Mundial de Comercio para ver qué alternativas hay para estabilizar la situación en el comercio mundial. En paralelo, que se busque medidas paliativas para el sector regional.
En caso contrario, se esperaría aumentos de precios en algunos productos el próximo año. Jacoby, que sin embargo no cree que haya escasez de productos, sostiene que por ejemplo puede haber aumento de precios en productos electrónicos y otros, debido a que a nivel mundial hay problema de abastecimiento de piezas, como microchips.
“No va a haber escasez de comida… los costos del transporte son tan altos que va a impactar a los que compren sus insumos, es decir hay empresas que tuvieron la visión de hacer compras adelantadas, porque se les recomendó que hicieran eso hace varios meses y muchas empresas siguieron nuestras recomendaciones”, afirmó.
De hecho, Maersk, una de las más grandes empresas de transporte marítimo y logística, señaló que además de las congestiones y demora en los principales puertos del mundo, así como el fuerte aumento en los fletes, a estas situaciones se agregaron los cierre temporales en China debido a la covid-19. Teme que en este cuarto trimestre la situación aumente debido a la celebración de la Semana Dorada de octubre de China, la Navidad y el Año Nuevo chino.
Jacoby dijo que hay casi un millón de contenedores varados y abandonados en predios, entonces muchos de estos han perdido sus certificaciones, que son requeridas para moverse en el transporte mundial. La confianza es que algunas empresas han ordenado producir cinco millones de estos gigantes metálicos, pero hay que esperar.
El también presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua afirma que si bien los elevados precios de las materias primas pueden compensar los incrementos de los fletes, el problema es que este esquema no es sostenible y de ahí la urgencia de buscar una respuesta.
Le puede interesar: La crisis de los contenedores, la otra amenaza para las empresas en Nicaragua tras la escasez de plásticos y empaques
En días recientes la Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales de Centroamérica y República Dominicana (Fecaica) dijo que “la congestión de buques para ser atendidos en los muelles también ocasiona congestión de cadena, como en los servicios internos de transporte terrestre y despacho de aduanas. Además, el incremento en el precio del petróleo ha generado un desajuste y aumento de costo de las cadenas logísticas”.
“Para Centroamérica, esto representa retos al haber retrasos en la llegada de mercaderías a puertos y alza en costos. Sin embargo, también representa una oportunidad para reforzar los esfuerzos de atraer empresas interesadas en acercar sus cadenas logísticas a Estados Unidos e implementar la estrategia de nearshoring en la región”, dijo a LA PRENSA Andrea Monzón, directora ejecutiva de la organización.