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Las transformaciones de Ceneo

 En su celebrado poema El Coloquio de los Centauros menciona Rubén Darío por boca del centauro Quirón a Cenis o Ceneo, en el verso siguiente:

Por suma ley un día llegará el himeneo/ que el soñador aguarda: Cenis será Ceneo;/ claro será el origen del femenino arcano:/ la Esfinge tal secreto dirá a su soberano.

Quirón es en la mitología griega el más inteligente, sabio y apacible de los centauros, seres mitológicos cuya mitad superior del cuerpo es humana y la inferior equina, o sea de caballo.

La raza de los centauros se originó de una relación de Cronos, dios del tiempo, con la ninfa oceánica Filira. Cronos, para ocultarse de Rea, su esposa, que lo cela y vigila estrechamente, adquiere la forma de un caballo y así viola sexualmente a Filira.

Después de ser violada, Filira se oculta por la vergüenza que siente, huye a los montes Pelasgos y allí alumbra a un extraño ser medio divino y medio humano, mitad persona y mitad caballo. Ese sería el primero de los centauros a los que cantó Rubén Darío, quien tenía un conocimiento y dominio total de la mitología en cuyos temas y personajes inspiró muchas de sus obras.

Cenis, mencionada por Darío en El Coloquio de los Centauros, era una hermosa mujer perteneciente al pueblo lapita que habitaba en la antigua Tesalia, el que encabezado por su rey Piritoo libró una guerra contra los Centauros.

La bella Cenis es raptada y violada por el dios Poseidón, quien tratando de compensarla le promete concederle el deseo que quiera. Cenis se siente humillada por la violación y para no volver a sufrir tan dolorosa experiencia, le pide al dios que la convierta en hombre.

Poseidón concede a Cenis su deseo y además le da una piel gruesa e invulnerable para que nada ni nadie la pueda herir y lastimar. Así, con su nueva identidad sexual —o de género, se diría ahora— Cenis también cambia su nombre y pasa a llamarse Ceneo.

Después de su transformación en hombre, Ceneo participa en la expedición de los Argonautas, los que liderados por el héroe Jasón —quien por cierto ha sido educado y entrenado por el centauro Quirón— fueron al Cáucaso en busca del Vellocino de Oro.

Ceneo también participa en la legendaria cacería del Jabalí de Calidón. Este era un enorme, salvaje y furioso animal que la diosa cazadora Artemisa, ofendida porque el rey calidonio Eneo no la incluyó en sus sacrificios anuales a los dioses, lo soltó en los alrededores de la ciudad para que aterrorizara a la gente. Eneo llamó a los mejores cazadores de toda Grecia para que cazaran a la fiera y la hazaña fue lograda por Atalanta, quien había sido entrenada en el ate de la cacería por la misma Artemisa.

Ceneo participó también al lado de los lapitas en la guerra con los centauros, que lo hacen prisionero. Como su piel es invulnerable no pueden herirlo. Entonces lo golpean en la cabeza hasta hundirlo en la tierra y le ponen encima una gran cantidad de pesados troncos. Así, Ceneo, que es invulnerable pero no inmortal, muere asfixiado dentro de la tierra.

Se cuenta que Poseidón transformó el alma de Ceneo en una hermosa ave de brillante plumaje que fue llamada flamenco. Y que cuando desenterraron el cadáver de Ceneo para darle debida sepultura, encontraron que su cuerpo era de mujer. Ceneo había vuelto a ser Cenis.

Opinión Ceneo El Coloquio de los Centauros archivo
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