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Juan Lorenzo Holmann Chamorro cuando era pequeño. Hoy tiene 55 años. CORTESÍA

Servicio, bromas y principios: la vida de Juan Lorenzo Holmann

Es un hombre de carácter fuerte y serio a simple vista. Pero detrás de su semblante, hay una persona servicial, amorosa y bromista. Le encanta hacer chistes, ser “jinca la yegua” y darle ideas a sus hijas y sobrinos para que hagan travesuras. Así es como sus familiares describen a Juan Lorenzo Holmann Chamorro, el gerente general de LA PRENSA y preso político de Daniel Ortega.

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El viernes 13 de agosto pasado, Juan Lorenzo Holmann llegó temprano, como todos los días, al edificio del Diario LA PRENSA. Había acometido con entusiasmo el cargo de Gerente General que asumió pocos meses atrás, a pesar de los problemas económicos que enfrentaba el periódico de su familia, pero, sobre todo, por el acoso que un régimen como el de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantienen contra el periodismo que lo critica.

Flaco y trigueño, se le veía servicial por las oficinas donde llegaba el personal del diario que quedó yendo a las instalaciones, porque desde hacía mas de un año el edificio de LA PRENSA lucía solo. La pandemia del Covid-19 llevó a trabajar desde casa a todos quienes pudieran hacerlo.

Ese día, la Policía nicaragüense se tomó militarmente LA PRENSA por órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo, encarceló y abrió proceso contra Juan Lorenzo Holmann. El diario LA PRENSA está de nuevo enfrentando la embestida de una dictadura, como ha ocurrido múltiples veces a lo largo de sus 95 años de vida, en los que ha sufrido censura, cierres, bombardeos, ataques, incendios, terremotos, encarcelamientos recurrentes de sus directivos y el asesinato de su director, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el 10 de enero de 1978.

Juan Lorenzo Holmann Chamorro, 55 años, se convirtió así en otra víctima más, ligada a la historia de lucha y resistencia del diario LA PRENSA. Este es un breve perfil de otro preso político del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. De un preso por la defensa de la libertad de prensa

A Juan Lorenzo le encanta montar a caballo cuando llega a la finca de la familia. CORTESÍA

Familia Holmann Chamorro

Doña Anita Chamorro Cardenal conoció a don Carlos Holmann en San Juan del Sur en 1944. Ahí se empezaron a gustar, pero doña Anita tuvo que irse a Estados Unidos por tres años, y cuando regresó, don Carlos llegó a su casa a decirle que la había estado esperando para casarse con ella.

De ese matrimonio nacieron siete hijos. Juan Lorenzo Holmann es el menor de todos, y el mayor es Eduardo, quien cuenta que, por varias circunstancias, tuvo que asistir el parto donde nació su hermano menor aquel 20 de julio de 1966.

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Eduardo le lleva 18 años de diferencia a Juan Lorenzo y lo recuerda como “un niño inquieto y travieso con quien desarrollé una relación fraternal muy cercana, que hemos construido por años trabajando juntos por el patrimonio de la familia, con mutuo respeto, a pesar de nuestras contradicciones y de la diferencia de edad. Incluso somos compadres, porque soy el padrino de su hija mayor. Es una buena persona.”

Juan en su niñez era muy inquieto. En una ocasión metió un dedo en una máquina moledora de carne. “Me tocó ir a pie hasta donde el doctor ahí en San Juan del Sur”, cuenta doña Anita.

Juan Lorenzo junto a su padre Carlos Holmann durante su infancia. CORTESÍA

Trataron de salvarle el dedo índice de la mano izquierda, pero no se pudo. Le tuvieron que amputar medio dedo y después andaba haciendo bromas ahí en San Juan del Sur donde vivió durante su infancia.

“Se iba a comprar unas frutas y ponía el dedo coto haciendo como que lo habia hundido y la marchanta le decia ahora la tiene que comprar. Entonces él se reia y le enseñaba que no tenia dedo”, narra doña Anita.

Juan Lorenzo era muy apegado a su padre. Una amiga de su infancia que prefiere omitir su nombre lo recuerda siempre junto a don Carlos montando a caballo o enseñándole a manejar en un jeep blanco.

Esa misma amiga recuerda que Juan Lorenzo coleccionaba casquillos de las balas que los guerrilleros dejaban tiradas. Ella misma dice que se las recogía y después se las mandaba con su papá.

Juan Lorenzo también era cercano con sus tíos, Pedro Joaquín y Jaime Chamorro Cardenal. Él le pidió a Pedro Joaquín que fuera su padrino de confirmación, y el hoy héroe nacional aceptó gustoso.

Cuando Anastasio Somoza Debayle mandó a bombardear LA PRENSA en 1979, Juan Lorenzo y sus primos rescataron la bandera del periódico que estaba ahumada en un casillero.

Para 1972, la familia se había mudado a Managua porque la mayoría de los hijos estudiaban en los colegios de la capital. Juan Lorenzo estudiaba en ese momento en el Colegio Centroamérica, y tras el triunfo de la Revolución Sandinista participó en la Cruzada Nacional de Alfabetización. Doña Anita recuerda que le tocaba ir a visitarlo en una comunidad entre Boaco y Chontales, y se hicieron amigos de la familia de “don Polo”, el campesino al que Juan Lorenzo le tocó alfabetizar.

Juan Lorenzo (abajo a la izquierda) es el menor de los siete hijos de doña Anita Chamorro y don Carlos Holmann. CORTESÍA

Amor en Costa Rica

Cuando empezó el servicio militar en Nicaragua, a inicios de los ochenta, doña Anita y don Carlos decidieron enviar a Juan Lorenzo a Costa Rica, donde terminó su bachillerato en el colegio Salesiano Don Bosco de San José.

Para aquellos años de su adolescencia, “usaba el pelo largo, colochón, arete y era como rebelde”, dice su amiga de la infancia.

Juan Lorenzo vivía en un pequeño apartamento de la capital costarricense, pero pasaba más tiempo en la casa de Chrystal Munguía, una chinandegana que también había llegado a Costa Rica para terminar su bachillerato. Chrystal lo recuerda jugando fútbol con sus hermanos y compartiendo entre amigos, hasta que a finales de los ochenta falleció su padre, don Carlos y se fue de ahí.

Según su hermano Eduardo, este fue un hecho que marcó la vida de la familia y en particular la de Juan Lorenzo porque era muy apegado a su papa, y tenian un vinculo muy fuerte. Después de terminar su bachillerato en Costa Rica, se fue a estudiar zootecnia a la Universidad Estatal de Luisiana, en Estados Unidos.

A mediados de los noventa regresó a Nicaragua y se reencontró con Chrystal, y en el año 1997 se casaron. ”Es amoroso aunque no lo parezca, cuando saliamos me escribia poemas, notitas y me compraba detalles. Cuando se fue a estudiar a la universidad que no habia acceso al internet ni teniamos celulares con whattsapp me enviaba cartas, a la antigua. Viene de una familia igual a la mia en la que los valores, sentido de justicia, libertad y familia son lo mas importante. Es un hombre de fe”, comenta Chrystal.

Doña Anita le regaló a su hijo los anillos de boda que ella ocupó con don Carlos, “para que fueran tan felices como fuimos nosotros que vivimos 40 años, 5 meses, 10 días y 8 horas”.

Con Chrystal, Juan Lorenzo tiene dos hijas, Renata y Camilla, quienes tienen un gran amor y admiración por su padre. Aseguran que “mi papa no era sobreprotector con nosotros, nos dejaba tomar nuestras decisiones y aprender de nuestros errores y creo que su ejemplo fue su principal escuela desde pequeñas nos ha enseñado el valor de la honestidad, la justicia y la verdad”

Juan Lorenzo Holmann junto a sus hijas Renata, Camila y su esposa Chrystal Munguía. CORTESÍA

Renata y Camilla también han conocido la faceta bromista de su padre. Desde pequeñas les daba ideas a sus hijas para hacer pequeñas travesuras. “Nos gustaba ir a la finca con él porque nos dejaba meternos en los lodazales y todas las travesuras que mi mamá no nos dejaba hacer”, cuenta Renata, la mayor de las hijas.

A Juan Lorenzo le apasiona pescar y cabalgar.  Disfrutaba llevar a sus hijas a San Juan del Sur y a la finca de la familia cuando estaban pequeñas. “Íbamos a pescar con el tío Eduardo, montábamos a caballo, cosechabamos maiz, nos llevaba al taller de mecánica los sábados, lo cual detestábamos”.

Despues de su cirugia del corazon en la que le recomendaron ejercitarse regularmente, salía a caminar por las mañanas turnando cada dia a uno de sus cuatro perros. En sus ratos libres lee algún libro y trata de inculcarles ese hábito a sus hijas.

Juan Lorenzo normalmente cuando visita un restaurante, suele pedir carne. Además, le fascina el chocolate, el sorbete de vainilla y el flan, y escucha rock clásico. Entre sus bandas favoritas están The Beatles y The Rolling Stones, según su hija Camilla.

Los valores de Juan Lorenzo

Juan Lorenzo tiene un carácter fuerte, gran rectitud, un sentido de justica y responsabilidad bien definido y un inmenso amor por Nicaragua.

“Es demasiado honesto, pero no tiene miedo de decir las cosas. Te las dice en la cara con franqueza”, dice su amiga de la infancia.

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Su esposa lo describe como una persona leal, y un hombre directo que dice lo que le parece, aunque no todos estén de acuerdo con él.

Esos valores fueron los que motivaron a doña Anita a delegarlo para que la representara en la Junta Directiva de LA PRENSA y fueron los mismos por los que fue nombrado secretario de la directiva primero, y después escogido para asumir en la práctica el papel de gerente general.

Cumpliendo con su trabajo fue que Juan Lorenzo recibió a la Policía en LA PRENSA el 13 de agosto cuando llegaron a tomársela. Atendió y mostró las instalaciones del periódico a los agentes policiales y 13 horas después, a las tres de la madrugada, le dijeron que tenía que ir a la Dirección de Auxilio Judicial para firmar unos papeles.

Juan Lorenzo fue conduciendo su propio vehículo con dos agentes seguido por un camión con documentos y archivos de LA PRENSA. Chrystal estaba pendiente y fue a encontrarlo en la entrada de Auxilio Judicial. Ahí pudo verlo y cruzar palabras brevemente, pero los agentes policiales le pidieron que se retirara del lugar.

Juan Lorenzo disfruta ir a la playa y pescar con su familia. CORTESÍA

Chrystal volvió a las diez de la mañana y se dio cuenta que, con engaños, Juan Lorenzo quedó detenido en “El Chipote”.

En la audiencia que le hicieron en septiembre en donde fue acusado por supuesto lavado de dinero, estaba esperando ver a su abogada con mucha ilusión para enviarle un poema de amor a su esposa por su cumpleaños, pero a la abogada no le avisaron de la audiencia.

Actualmente está compartiendo celda con Mauricio Díaz. Su esposa pudo verlo el pasado 13 de octubre y supo que el jueves de la semana anterior había sufrido un desmayo. En 2019, a Juan Lorenzo le diagnosticaron un problema severo en la válvula mitral del corazón, por el que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en marzo del 2021.

En agosto, antes de ser detenido, Juan Lorenzo debía asistir a chequeo médico porque también tiene un problema en la aorta. Además de eso, tiene una mancha negra en su ojo derecho, del cual ya ha sido operado en varias ocasiones.

Un oftalmólogo lo vio recientemente en la cárcel y le dijo que era necesario practicarle una tomografía en el ojo. “Está muy angustiado porque puede perder el ojo y yo también”, dice Chrystal.

Su madre, doña Anita, también está angustiada por la salud de su hijo. Como Juan Lorenzo vive al lado de su casa, casi siempre pasaba a visitarla para platicar sobre LA PRENSA, la familia o cualquier otra cosa, pero ya no puede ser así.

A doña Anita lo que más le molesta fue el engaño con el que la Policía encarceló a su hijo. “Esos engaños me imagino que a él le han dolido mucho, porque nosotros en mi casa siempre hemos sido de decir la verdad. La mentira no se conoce en mi casa”.

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