El escritor nicaragüense Sergio Ramírez Mercado es el orador principal en la sesión de apertura de la 77 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que comienza este martes 19 de octubre y concluirá el viernes 22.
Este honor concedido al laureado novelista, escritor de columnas de opinión, expolítico de izquierda radical y exvicepresidente de Nicaragua en la dictadura sandinista de los años ochenta del siglo pasado, es porque se trata de “una figura literaria de relevancia actualmente perseguido por la dictadura de Nicaragua”, se dice en la información de la SIP sobre la agenda de su 77 Asamblea General.
La situación de la libertad de prensa en Nicaragua está en el centro de la atención de esta Asamblea General de la SIP. Además del discurso de Sergio Ramírez, en la inauguración del evento, el miércoles 20 de octubre habrá el panel “Libertad de Prensa y el Eje de las dictaduras: Cuba, Nicaragua y Venezuela”. Y el jueves 21 será la entrega de premios en la cual no podrá participar Juan Lorenzo Holmann Chamorro, el gerente general de LA PRENSA galardonado con el Gran Premio de la Libertad de Prensa quien está en la cárcel como preso de conciencia por ejercer y defender la libertad de expresión e información.
La participación relevante de Sergio Ramírez en la Asamblea de la SIP muestra cómo pueden cambiar las personas, para bien, cuando por la razón que sea se sitúan del lado correcto de la historia y se convierten en defensores de la libertad de expresión y de prensa después de haber estado entre sus detractores.
Al respecto cabe mencionar algo que dice Sergio Ramírez en su libro El alba de oro, que contiene principalmente los discursos revolucionarios que pronunció en el período de 1979 a 1982 y que el autor dedicó afectuosamente “A DANIEL”, así en letras mayúsculas.
En el capítulo de dicho libro titulado Una libertad de prensa verdadera, Sergio Ramírez reprocha a la SIP por abogar a favor de la libertad de prensa en la Nicaragua revolucionaria. Y la acusa de que lo que quería en realidad era que se le devolviera el periódico Novedades a la familia Somoza.
“Hay quienes dicen que en Nicaragua está amenazada la libertad de prensa”, dijo Sergio Ramírez aludiendo a la SIP que criticó la legislación sandinista que restringía fuertemente la libertad de prensa. Pero “la SIP solo protege a dueños y nuestra ley de prensa y todas nuestras leyes a quien protegen es al pueblo…”, sentenció el entonces dirigente revolucionario en el poder.
Pero eso quedó en el pasado. Ahora Sergio Ramírez reconoce que la Revolución fue un fracaso que derivó a un régimen autoritario, declara que “una sociedad no puede funcionar sin la libertad de expresión” y denuncia que “la prensa de Nicaragua está intervenida militarmente”. Así lo dijo a periodistas de La Voz de América y Notimérica, en septiembre pasado.
Después de la derrota electoral sufrida por el Frente Sandinista en febrero de 1990, Sergio Ramírez viró hacia la democracia, pero fracasó con su candidatura presidencial en 1996. Entonces se alejó de la política para dedicarse a la literatura, sin embargo, por su conversión democrática y sus críticas a la dictadura es un perseguido político devenido en robusto defensor de la libertad de expresión.
Por ese mérito y el de su magnífica obra literaria, Sergio Ramírez se ha hecho acreedor a un gran reconocimiento internacional, incluyendo al de la SIP, a la que alguna vez acusó —injusta y equivocadamente— de ser defensora de los dueños de los periódicos y no de la libertad de expresión y de prensa.