El secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (Alba), Sacha Llorenti, estuvo de visita en el país durante una semana, con el propósito de empezar una “intensa” agenda de trabajo, “ver de primera mano la realidad nicaragüense”, conocer el avance de distintos proyectos y reunirse con Daniel Ortega. Pero lejos de referirse a la estela de corrupción económica que significó para el país la cooperación en el marco del Alba, se dedicó a propagar ideas sin fundamentos.
Llorenti compartió ayer por la tarde en su cuenta de Twitter que sostuvo una “fructífera reunión con el presidente de la República de Nicaragua, comandante Daniel Ortega y la vicepresidenta, Cra. Rosario Murillo. Conversamos sobre los resultados de nuestra visita y agradecimos la hospitalidad del pueblo y del gobierno de Nicaragua”.
Tras el encuentro, Murillo dijo a través de medios oficialistas que el directivo, quien está en el país desde el 9 de octubre, estuvo reuniéndose con cooperativas y conoció más de 40 municipios del país.
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“Lo hemos despedido, hemos enviado con él nuestro saludo a todos los pueblos del Alba y nuestro saludo siempre fraternal y combativo a los queridos hermanos de la República Bolivariana de Venezuela y a Nicolás Maduro, su presidente constitucional y nuestra solidaridad frente al desconocimiento del derecho internacional por parte de los imperialistas yanquis, violación a la que no nos acostumbramos y contra la que seguimos luchando”, expresó.
La herencia del Alba en Nicaragua
La visita de Llorenti ocurre en uno de los momentos más bajo del Alba en Nicaragua y donde solo quedan rastros de lo que fue una cooperación petrolera, que le permitió al régimen de Ortega amasar más de 5,000 millones de dólares provenientes de los denominados “petrodólares”, perpetuarse en el poder y enriquecer a su familia y allegados, según han demostrado múltiples investigaciones periodísticas.
De hecho, aunque Llorenti visitó varios proyectos sociales, la mayoría de estos realmente son financiados con recursos del Tesoro y de los programas que antes se beneficiaban con fondos de la cooperación venezolana poco o nada han quedado, otros han pasado a convertirse en un carga del Presupuesto General de la República.
Llorenti durante su estadía participó en varios programas televisivos de propaganda de la dictadura y en ninguno de ellos habló de proyectos financiados por el Alba y tampoco hizo promesas de ayuda a través del Alba, sino que se limitaba a reproducir el discurso oficialista, sobre la supuesta victoria de la dictadura contra la pobreza y la pandemia.
En ese contexto, ¿qué queda del esquema Alba y del que nada habló Llorenti durante su visita en Nicaragua? ¿Cuál es la herencia del Alba al país?
Fue hace 14 años que nació uno de los esquemas de cooperación privada que más corrupción ha producido en el país. En 2007, Daniel Ortega regresó a la silla presidencial con la promesa de rescatar a Nicaragua de la “oscuridad de los gobiernos neoliberales”. En su primer acto oficial firmó un contrato de cooperación venezolana con el entonces presidente de ese país, Hugo Chávez.
Alba de Nicaragua (Albanisa) era una empresa desde donde allegados a la familia Ortega Murillo administraban varios negocios lucrativos con recursos provenientes de dicha cooperación.
Pero, a finales de enero de 2019 llegaron las sanciones de Estados Unidos al conglomerado de Albanisa. El Gobierno del país norteamericano ordenó a las instituciones financieras suspender cualquier negocio con la compañía nicaragüense, como parte de sanciones contra la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Las acciones de Albanisa pertenecían mayormente a PDVSA y el restante era propiedad de la Empresa Nicaragüense de Petróleos (Petronic).
De hecho, desde el 2008 DNP-Petronic y Albanisa controlaron las importaciones de crudo y derivados, que venían principalmente de Venezuela, en el marco del acuerdo previamente firmado. Si bien Petronic participó en el esquema, los recursos que entraron en concepto de cooperación se manejaron al margen del Presupuesto General de la República y se desconoce con certeza el destino final de los mismos.
Para el economista y sociólogo, Óscar René Vargas, el dinero del Alba fue lo que permitió la consolidación de la dictadura de Ortega. “Con el dinero pudo hacer los proyectos clientelistas, también proporcionaba un sobresalario, daba de 700 córdobas a 1,000 córdobas o más de salario a la gente, partiendo del dinero que venía de Venezuela. Esa fue una de las claves que permitió que Ortega Murillo pudieran crear la dictadura”, sostuvo.
Asimismo, compartió que del Alba se heredó la distorsión de precios de los combustibles que hoy golpean el bolsillo de los nicaragüenses. Recordó que por año tuvieron el monopolio de precios a través del control de las importaciones, situación que también trascendió al mercado eléctrico, donde también hay tarifas exorbitantes hasta hoy.
“Son consecuencias del proceso de la corrupción que se estableció, porque el dinero venezolano favoreció el clientelismo político, pero también favoreció la corrupción y el enriquecimiento de las nuevas clases, es decir, los ligados al orteguismo”, agregó.
Cabe mencionar que EE. UU. tras sancionar a Albanisa, se desarticuló el control de este de las importaciones, varias estaciones que pertenecen a Petronic están en desuso y persiste un cargo que en su momento pertenecía al esquema Albanisa y que las petroleras actuales no han retirado de la fórmula de precio al consumidor final, según ha explicado el economista César Arévalo.
“Solo dejó deuda para el Estado”
Un economista consultado por LA PRENSA, que prefirió el anonimato por temor a represalias, explicó que el Alba es un proyecto que nació infundado por el pico más alto de los sobreprecios del petróleo, “había un costo del barril del petróleo de entre 80 y 120 dólares, fue una cosa increíble, porque en promedio rondaba (antes) los 30 y 50 dólares”, señaló.
“Le llegó una gran cantidad de dinero a los países productores y exportadores de petróleo, entre los que se encuentra Venezuela. Dicho aumento les inyectó recursos abundantes a estas economías, unas supieron aprovecharlos, otras no”, indicó.
“En el caso de Venezuela, se dieron a la tarea de impulsar esta alianza, la cual tenía varios objetivos, como llevarles petróleo a países como Nicaragua y El Salvador, donde formaron un consorcio de negocios del Alba. Las ganancias las usaron para comprar voluntades políticas, por ejemplo, establecieron varias alianzas en naciones donde estaban presidentes muy afines e influenciados por Hugo Chávez”, agrega.
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Luego de eso, según el especialista, “Alba manejaba el sobreprecio que hacía Nicaragua, por ejemplo, de 100 dólares, 50 se los tenía que pagar y los otros 50 le quedaban al país para desarrollar proyectos de ganadería o de caficultura, etcétera, con el compromiso de que esa producción fuera a Venezuela”.
Nicaragua abastecía los mercados venezolanos de carne vacuna, ganado, café, maíz, leche en polvo, frijoles y otros productos de la agricultura. Pero, las exportaciones hacia ese país han ido disminuyendo con el tiempo, por ejemplo, en 2012 Venezuela pagó por los productos nicaragüenses un total de 444 millones de dólares y en 2020 esta cifra descendió a 3.9 millones, según datos del Banco Central (BCN).
El economista también recordó que existían proyectos financiados con recursos del Alba, como los programas de Usura Cero o Hambre Cero. “Crearon una dependencia en la gente más pobre del país de que tenían que darle el techo, las láminas, la vaquita, la gallina, etc. El sentido no era necesariamente de desarrollo económico, sino era de asistencialismo, porque en vez de sacarte de la pobreza, lo que te hace es depender del favor político del gobernante”, explicó. Estos fueron absorbidos por el gasto público.
“Pero después en Venezuela se dieron cuenta que el manejo de fondos no estaba tan bien, mandaron a sus auditores y ahí sacudieron a mucha gente, porque había como 30 empresas de todo ese montón de dinero. Eso se cayó, eran préstamos y después los oficializaron como deuda pública y ahora le corresponde al Estado pagarlas”, expresó.
Y agregó que “lo que quedó fue una deuda que no se sabe ni a cuánto asciende. La experiencia con esto fue un chacuatol, se convirtió en deuda del Estado, cuando debería de haber sido siempre auditado por la Contraloría General de la República, no que los auditaron ellos mismos con firmas privadas y no se saben los resultados”.
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“Hay una manera de sacar más dinero ahora que no tienen los proyectos Alba y es a través del sobreprecio del combustible en Nicaragua”, concluyó.
Cabe mencionar que por ahora los fondos de la cooperación petrolera en Nicaragua son incorporados dentro de los informes de cooperación externa como financiamiento al sector privado y oficialmente esa deuda no ha entrado a ser honrada vía Presupuesto General de la República. Se desconoce cuánto de los más de 5,000 millones de dólares han sido abonados a Venezuela.
No obstante, diversos economistas han advertido que Venezuela, tras un cambio de gobierno, en algún momento puede reclamar al Estado de Nicaragua el pago de ese empréstito.
¿Nicaragua a la vanguardia de la humanidad?
Lo que sí propagó Llorenti durante su visita fueron ideas sin fundamentos. En una entrevista en un canal oficialista el pasado viernes 15 de octubre, donde abordó los motivos de su recorrido en el país, dijo que Nicaragua es uno de los países que mejor ha manejado el tema de la pandemia.
“Teníamos la intención de llevar adelante esta visita con el propósito de ver de primera mano la realidad nicaragüense. Queríamos aprender cuáles fueron las circunstancias que convirtieron a Nicaragua en uno de los países que mejor ha administrado la pandemia en toda la región, pero no solo eso, también es uno de los países que más crece en términos económicos, con datos incluso del propio Banco Mundial (BM) en este contexto internacional”, señaló.
Continuó compartiendo que durante este año la Alianza ha trabajado en una serie de temas como la educación, salud, cultura, turismo, comunicación, derechos de la mujer y género, pero no detalló cuánto ha significado de inversión en esas áreas específicamente para Nicaragua.
“En esta visita hemos llegado a conocer una buena parte de Nicaragua, hemos recorrido desde el sur hasta el norte, visitado más de 30 municipios y una cantidad que no recuerdo de proyectos de todo tipo, de carácter productivo, cooperativas, emprendimientos privados, pero siempre de la mano y con el acompañamiento del Gobierno”, sostuvo.
Además, expresó que le sorprendió que la mayoría de proyectos que visitó eran dirigidos por mujeres. “Las Naciones Unidas han señalado en su último informe sobre igualdad y equidad de género que Nicaragua está en el quinto lugar del mundo, esa es una extraordinaria proeza. También hay una participación política de la mujer de primera línea en todos los niveles, ese es otro logro. Nicaragua está a la vanguardia de la humanidad”, enfatizó.
Más mentiras
Durante la entrevista, Llorenti también denunció que medios de comunicación tergiversaban la verdad sobre la situación del país. “En otros países, por algunos medios de comunicación hegemónicos y por los intereses que conocemos se desatan campañas con el propósito de afectar aquellos gobiernos que no se alinean a los designios fundamentalmente de Estados Unidos”.
Siguiendo esta línea, agregó que “sobre Nicaragua se dicen dos o tres cosas con una tergiversación que ya es conocida, porque responden a intereses del imperio. Estos tienen varios objetivos con la región: el control geopolítico, convertir a nuestros países en mercados para sus productos con valor agregado, adueñarse de nuestros recursos naturales, controlar las rutas de comercio internacional, y convertir a nuestros pueblos en mano de obra barata, en consumidores o manufacturadores de sus productos”.
Concluyó asegurando que la Alianza se encuentra satisfecha con todo lo que se ha logrado, aunque aún queda un largo camino por recorrer.
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“Muchos vaticinaban que el Alba iba a desaparecer con el petróleo venezolano, que íbamos a desaparecer como organismo internacional, pero la pandemia nos ha reforzado en la unidad, pese a que las condiciones son distintas el Alba ha demostrado que otro tipo de integración es posible. En estos días hemos trabajado una enorme cantidad de temas para continuar el legado del comandante Hugo Chávez y de Fidel Castro”, añadió.
Más apoyo moral e ideológico a dictadura
Lo que sí quedó claro este martes es que Ortega puede contar aún con el apoyo moral e ideológico en medio de un creciente aislamiento internacional. El Alba mostró este lunes su rechazo ante las recientes declaraciones de funcionarios de Estados Unidos que “en flagrante violación a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, continúan con ataques e intentos desestabilizadores en contra del gobierno legítimo de la hermana República de Nicaragua”.
Asimismo, condenaron las acciones “injerencistas” de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que, según el Alba, pretenden inmiscuirse en asuntos que conciernen exclusivamente al Estado nicaragüense.
“La Alianza saluda la preparación del proceso electoral en la República de Nicaragua. Asimismo, ratifica su respaldo al gobierno sandinista, al presidente Daniel Ortega Saavedra, a la vicepresidenta Rosario Murillo y al pueblo de Nicaragua en su decisión de continuar defendiendo la soberanía, la paz y los notables avances sociales, económicos, de seguridad y de unidad nacional alcanzados”, reza el comunicado.
Los países miembros de la Alianza hicieron un llamado a la comunidad internacional a “rechazar este tipo de intimidaciones y a defender la soberanía, la libre determinación e independencia política de los Estados”, se lee en el documento.
Alba se constituyó en 2004 en La Habana, mediante un tratado firmado entre Cuba y Venezuela. Actualmente está conformado por Nicaragua, Bolivia, Cuba, Venezuela, Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Vicente y las Granadinas y San Cristóbal y Nieves.