Cientos de nicaragüenses llegaron a cruzar el río Guasaule, ubicado en la frontera de Nicaragua y Honduras, este viernes para aplicarse la primera dosis de la vacuna contra el covid-19 que ha destinado el Ministerio de Salud del país catracho exclusivamente para nicaragüenses.
Mientras que en La Fraternidad —al otro lado del punto fronterizo nicaragüense El Espino— , nicaragüenses madrugaron para salir desde Somoto, Ocotal, Estelí, y otros puntos del país, para también acceder a la vacuna anticovid.
Desde este 21 de octubre, brigadas sanitarias de Honduras se movilizaron a estos dos puestos fronterizos para atender a los nicaragüenses — mayores de 12 años— que ven como destino viable cruzar el vecino país e inmunizarse contra el virus.
En esos lugares están aplicando la vacuna Moderna, para mayores de 18 años; y la Pfizer, que es para adolescentes de 12 a 18 años y embarazadas.
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El jefe regional de salud en Choluteca, José María Paguada —quien visitó La Fraternidad—, informó este viernes al medio hondureño Metro TV Choluteca que la jornada de vacunación anticovid en los puestos fronterizos se extenderá hasta el 6 de noviembre.
De lunes a viernes, se inoculará en esos puntos, mientras que los sábados y domingo se atenderá en la Universidad Tecnológica de Honduras y unimall en Choluteca. El único requisito es presentar la cédula o el pasaporte que constate que la persona es nicaragüense.
“Vamos a ir priorizando los lugares de Chinandega, Somoto, Somotillo, Estelí y toda la franja fronteriza que están más cercanos a nosotros y donde hay más intercambio de personas entre Honduras y Nicaragua”, destacó el delegado.
Asimismo el funcionario aseguró que garantizarán la aplicación de la segunda dosis en los mismos puestos. Está previsto que la jornada para completar el esquema de inmunización inicie el 18 de noviembre.
Alta demanda
Según reporte ciudadano, las personas que visitan el punto de vacunación en El Guasaule deben cruzar el río o caminar por puntos ciegos, ya que en el puesto fronterizo las autoridades exigen la prueba del hisopado, que cuesta 50 dólares. Los nicaragüenses prefieren pagar para pasar el río.
El medio hondureño Metro TV Choluca visitó el puesto de vacunación en La Fraternidad —al otro lado del punto fronterizo nicaragüense El Espino— y constató la kilométrica fila que realizaban los nicaragüenses.
“Yo agradezco la gran labor de nuestro pueblo hermano de Honduras, cómo están viniendo miles de personas, se lo agracemos a Honduras porque en Nicaragua estamos careciendo de vacunas”, declaró un nicaragüense de la tercera edad, que fue vacunado este viernes, al medio hondureño.
De acuerdo con las declaraciones de los entrevistados, no tuvieron problemas con las autoridades en llegar al puesto de La Fraternidad, en Honduras.
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“Hoy (viernes) hay una mayor cantidad de personas, demandantes de la vacuna, y estamos con nuestro personal trabajando para inmunizarlos”, dijo por su parte un doctor, que atendía en ese puesto fronterizo, al medio hondureño. En ese lugar dispusieron dos mil dosis.
Trabajo satisfactorio
El jefe regional de salud en Choluteca afirmó que este viernes hubo “una gran demanda” de vacunación de los nicaragüenses y se mostró satisfecho por cómo han respondido las personas a esta disposición de dosis que han hecho las autoridades sanitarias hondureñas.
“Hay una gran demanda y eso es muy satisfactorio”, expresó el delegado.
“Hemos coordinado con las autoridades superiores hacer una vacunación para los hermanos nicaragüenses en vista de que teníamos una alta demanda de pobladores de Nicaragua solicitando vacunación en los puntos que estaban vacunando en Choluteca”, manifestó Paguada.
Y agregó que la decisión de habilitar puestos de vacunación en la frontera se debió a tres razones: la primera, “Nicaragua no está aplicando vacunas a la población y sabemos que hay una alta incidencia de casos, mortalidad y eso se convierte en un riesgo para los hondureños también”.
La segunda: “por cuestiones humanitarias, son nuestros hermanos centroamericanos, y debemos ser solidarios”. Y la tercera: “al no ser ellos vacunados, se convierten en un riesgo epidemiológico. El virus puede encontrar un nicho para tener mutaciones y salir nuevas cepas, y afectarnos; no solo a los nicaragüenses sino también a los hondureños y todo el istmo centroamericano, lo que sería grave”, concluyó.
