En la última serie entre Rivas y Boaco, Danilo Bermúdez estaba llorando. Los sureños se jugaban la clasificación y no podían pestañear. Era la parte alta del sexto episodio, el encuentro estaba 1-0 a favor de Rivas y bateaba Jonathan Loáisiga con un corredor sobre las bases. El boaqueño había fallado en sus dos turnos pasados y estaba contra las cuerdas con dos strikes sin bolas. El receptor le pidió a Danilo una curva en bola para tratar confundir a Loáisiga, pero el lanzamiento se le quedó en el centro del plato. La pelota cruzó la cerca, el juego terminó 2-1 y Rivas quedó eliminado con Bermúdez llorando.
Para Bermúdez la temporada no culminó ahí porque encontró refugio como refuerzo, el destino le tenía preparado otro final. ¿Ustedes lo vieron? Su manera de subir al montículo, la forma en el cual manejaba los conteos, conducía sus lanzamientos en las esquinas, mantenía el control bajo presión y se agigantaba a medida que el partido entraba en la recta final. Bermúdez tan solo tiene 22 años y se acaba de graduar en el beisbol nacional al silenciar el furor de Matagalpa en 6.2 entradas para solamente una carrera y darle la primera victoria a los Dantos 4-1.
Quién pensaría que el muchacho originario de Tola, de escasos recursos, que trabajaba en Rancho Grande y que con 15 años se dedicó a jugar Mayor A encontraría su título con honores a más de 100 kilómetros de su localidad ante miles de fanáticos en el Estadio Nacional Dennis Martínez. Bermúdez fue rechazado dos años consecutivos cuando se fue a probar a Rivas, pero tras destacar en la Mayor A y ser refuerzo de su ciudad en el campeonato nacional, siendo la figura al derrotar a Puerto Cabezas en la final, los medios de comunicación rivense presionaron hasta que Adolfo Moraga, mánager en 2019 del Frente Sur le dio una oportunidad, según relata el periodista rivense Wilfredo Álvarez.
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“Se vio con madera, pero había mucho que pulir, le costaba virarse y solo tenía curva y recta”, explica Álvarez. En 2020 no recibió muchas oportunidades, sin embargo, en este 2021tuvo un cambio radical con la llegada del coach de picheo Juan Colmenares, quien ha sido el alfarero en la carrera del muchacho. “Eloy Morales le dio un rol protagónico en Rivas y Colmenares se encargó de pulirlo. No es coincidencia que sea sereno como si tuviera mucha experiencia, además aumentó su repertorio con cambio y slider”, cuenta Álvarez.
Ahora Bermúdez pude irse olvidando de trabajar como jornalero en Tola porque también los Gigantes de Rivas lo contrataron para la Liga Profesional.
El partido
Los Dantos desconocieron en el segundo episodio a Samuel Estrada con tres carreras: golpe a Ronald Garth, imparable de Leonardo Ortiz, sacrificio de Janior Montes e imparable de Omar Obregón mandó al plato a Garth. Otro hit de Darrel Walters y Omar Mendoza pusieron 3-0 la pizarra y marcaron el final para Estrada.
Un imparable y error en batazo sobre Sandy Moreno lo colocó en segunda para ser remolcado por Saúl Orozco en el tercer inning, mientras que en el cierre del cuarto un elevado de sacrificio de Mendoza trajo la cuarta carrera y última del desafío para los Dantos.
Tras la obra exquisita de Bermúdez con solo permitir cuatro hits y propinar cuatro ponches, llegó el cubano Reiner Roll a terminar de congelar el bateo norteño. Ganó Bermúdez y perdió Estrada. La serie final fue la universidad que necesitaba Bermúdez para culminar su graduación.