¿Alguna vez has reflexionado sobre la manera en cómo te hablás y tratás a vos misma? Nos han enseñado a relacionarnos para afuera, con otras personas. Hemos venido aprendiendo etiquetas sociales de cómo deberíamos tratar a los demás y cómo debería ser nuestro comportamiento hacia otros. Pero, ¿nos enseñaron a vernos a nosotros? ¿Nos contaron que nosotros también merecemos entablar una relación con nosotros mismos? ¿Priorizás tu relación con vos misma?
Me da la impresión que muchas veces olvidamos que somos un humano más y que merecemos tratarnos amablemente a como trataríamos a alguien a quien queremos. Lamentablemente no siempre tenemos el mejor trato hacia nuestra persona porque a veces ni siquiera tenemos la información de que la primera persona que necesita hablarse bien, amable, compasivo y ser nuestro fan número uno somos nosotros.
Tenemos más de 60,000 pensamientos al día, esto quiere decir que no todo lo que pensamos lo podemos identificar, sin embargo, si le ponemos un foco voluntario de atención a nuestro diálogo interior y nos observamos sin juicios para preguntarnos: ¿Qué me digo todos los días? ¿Qué me digo cuando estoy frente al espejo? ¿Cómo me regaño? ¿Me felicito? ¿De qué manera me trato? ¿Me caigo bien? Podríamos tener mucha información sobre la relación que tenemos con nosotros mismos.
¿Saben por qué es tan importante estar pendiente de nuestro diálogo interior y de nuestros pensamientos? Porque primero se piensa algo, por ejemplo: pienso que soy inútil, que no merezco amor, que soy tonta. Este pensamiento traerá a mí emociones, por ejemplo: me siento avergonzada, me siento triste, enojada y abrumada. Estas emociones traen a mis acciones, por ejemplo: me aíslo socialmente, me digo cosas feas, tomo alcohol o sufrimos malestar emocional.
Te propongo un ejercicio, tomá una hoja y un lápiz. Escribí todas las cosas que pensás de vos misma. ¿Cómo te ves? ¿Cómo te describís? Pregúntate ¿esto que pienso de mí, me ayuda a tener una autoestima óptima o contribuye a que me sienta desvalorada y con poco amor hacia mí misma? ¿Esto que pienso de mí, hace cuánto tiempo lo veo así? ¿Cómo me ayuda en mi vida la manera en cómo me veo?
¿Cómo te fue con el ejercicio? ¿De qué te diste cuenta? A veces tenemos tan normalizado decirnos cosas como “soy estúpida, tonta, todo se me olvida”, que vamos repitiendo todos los días la misma historia y terminamos creyendo el discurso que nosotros mismos pensamos repetidamente, tanto que se convierten en pensamientos automáticos. Si no estamos recordando nuestros recursos, fortalezas y cualidades puede que se nos olviden y no estén visibles cuando necesitemos abrazar nuestras partes luminosas.
Autoconocimiento y aprender a aceptarnos
¿Y cómo se ve esto de tratarme bien? Aprender a aceptarnos tal cual somos, sin esperar bajar esas 20 libras para quererme, o comprarme esa casa para sentirme orgullosa de mí, o adquirir ese carro de mis sueños para sentirme completa. La idea es que nos aceptemos aquí y ahora, y esto también significa aceptar las cosas que necesitamos trabajar y potenciar. No se trata de no ser conscientes que tenemos áreas que mejorar, pero ser amable en el proceso y abrazar nuestras vulnerabilidades.
Me gustaría despedirme con un ejercicio, el autoconocimiento es trabajo personal. Te sugiero que tomen una hoja y un lápiz, escriban 10 cosas que te gusten de vos, y vamos a iniciar con la frase: “Yo soy”. Por ejemplo: Yo soy inteligente, Yo soy amable, Yo soy sensible. Escribirás todo aquello que te agrade de vos. No lo que otras personas opinen de vos, sino las cualidades que sos capaz de reconocerte.
De todas esas cosas que escribiste, vamos a buscar un poquito más. Vamos a hacer más preguntas para tener más respuestas, ¿te parece? Preguntate: ¿Qué es lo que me ha ayudado a salir a delante en malas épocas? ¿Qué cualidades hacen posible que me divierta? ¿Qué cualidades me permiten tener buenas amistades? ¿Qué cualidades se hacen presentes en mí cuando tengo pareja? ¿Qué es lo que otras personas me han dicho que les agrada de mí? Tomate un tiempo para reflexionar y escribilas.
Después de haber hecho esta lista, quizás escribiste mucho o poco, pero lo importante es que escribiste algunas. Vas a escribirlas en una hoja bonita, con letras grandes y muy llamativo. Te invito a que lo pegués o coloqués en algún lugar visible donde podás leerte e interiorizar que todas esas cosas que pusiste de vos están presentes en tu día a día.
Recordemos que la autoestima no se construye sola. Necesita pilares para armarse de una manera óptima, y no podemos tener una autoestima saludable si nuestro trato hacia nosotros mismos es de maltrato, de invisibilización, de silenciar nuestras necesidades, de ser esa persona experta en hablarle mal de vos a otros. Seamos nuestro mejor amigo, nuestro fan número uno, nuestra mejor aliada, nuestro lugar seguro.
Si quisieras compartirme los ejercicios que hoy trabajamos, podrías buscarme en mis redes de Instagram y Facebook como @telocuentamanda. ¡Hasta la próxima!
