Por segundo año consecutivo la Iglesia católica mantendrá las disposiciones de bioseguridad contra el covid-19, de cara a las tradicionales celebraciones religiosas de fin de año como es el novenario a la Purísima Concepción de María, la tradicional Gritería y fiestas navideñas, adelantaron a LA PRENSA autoridades eclesiásticas.
Entre las actividades en víspera están el novenario a la Purísima, que inicia cada 28 de noviembre, y luego la popular Gritería todos los 7 de diciembre. Al respecto, el padre Boanerges Carballo, párroco de la Iglesia Santo Domingo de las Sierritas, señaló que las autoridades eclesiásticas harán un «último esfuerzo del año», manteniendo las mismas orientaciones del año pasado para cuidar la salud de los fieles devotos.
«Para este año te puedo adelantar que se va a pedir que se apliquen las mismas medidas que las de 2020, que básicamente son que la novena se haga un ambiente familiar y la Gritería se haga en los templos parroquiales y evitar aglomerarnos o dilatar mucho tiempo en los altares habilitados por las familias y de esta manera se cumpla con el protocolo básico de bioseguridad», sostuvo el padre Carballo.
Aunque la Arquidiócesis de Managua por el momento no se ha pronunciado al respecto, el padre Carballo señaló que el cardenal Leopoldo Brenes, la máxima autoridad eclesiástica en Nicaragua, en los próximos días estará emitiendo un comunicad oficial donde básicamente hará un «recordatorio» de las medidas dispuestas desde el año pasado.
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En septiembre Nicaragua vivió uno de los momentos más duros desde la llegada de la pandemia al país, registrando cifras récord en cuanto a los contagios y muertes relacionados al virus del covid, sin embargo médicos han señalado que de no tomarse las medidas básica de prevención, el país podría enfrentarse a una nueva ola con las festividades de fin de año.
Las medidas
En el 2020 la Arquidiócesis de Managua orientó al pueblo católico celebrar dichas festividades en honor a la Purísima en un «ambiente familiar» y pidió cambios para la realización de la Gritería, una de las celebraciones más grandes e importantes de Nicaragua.
Entre las orientaciones compartidas por la Arquidiócesis en ese año estaban la cancelación de caravanas, procesiones, pastorelas y pases de Navidad para evitar multitudes y prevenir contagios de Covid-19 en las fiestas de fin de año.
Para la Gritería se pidió restricciones y orden en los altares en las parroquias y hogares, evitar aglomeraciones, reduciendo el tiempo de visita a dichos homenajes. El brindis, conocida como la «gorra» y otras promesas podrían sustituirse por obras de misericordia, «teniendo en cuenta la austeridad exigida por estos tiempos difíciles”.
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Sin embargo, pese a estas recomendaciones, el 7 de diciembre de ese año los fieles católicos siguieron la tradición y se observó gran cantidad de personas en las calles, de las cuales solo algunos aplicaron las medidas básicas de bioseguridad.
Monseñor Silvio Fonseca, párroco de la iglesia Santa Faz, de Managua, aseguró que, aunque por ahora no ha recibido ninguna comunicación oficial por parte del cardenal Brenes, por su parte mantendrá las medidas de bioseguridad ya mencionadas.
«Seguro que alguna orientación recibiremos del señor arzobispo sobre el tema, pero el pueblo siempre va a celebrar su fe y le pedimos que con esta circunstancias de la pandemia, que mantengan las medidas de bioseguridad, la prudencia para evitar contagios, así que seguiremos insistiendo de que estas festividades se celebren con fe, pero que también tengan prudencia y responsabilidad», declaró Fonseca.