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El 13 de agosto de 2021 la Policía se tomó las instalaciones del Diario LA PRENSA, en Carretera Norte, y continúan tomadas. LA PRENSA/ ARCHIVO

Hoy se cumplen 100 días del secuestro militar de LA PRENSA

Sin proceso legal que lo justifique, el régimen de Daniel Ortega mantiene ocupadas con policías las instalaciones del diario en uno más de los ataques gubernamentales más que LA PRENSA ha sufrido en sus casi 96 años de vida

Fue un ataque brutal a la libertad de prensa. Hace exactamente 100 días, la Policía orteguista allanó el edificio del Diario LA PRENSA pocos momentos después del mediodía y desde entonces no ha salido de ahí. La mantiene tomada militarmente. A los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo no les importó que se trata del diario más antiguo de Nicaragua con casi 100 años de existencia, el único que en ese momento circulaba impreso.

El cinismo de los dictadores ha llegado al punto de que saben que tienen secuestrada a LA PRENSA a través de la Policía, pero, aún así, por medio de otras instituciones estatales le mandan a cobrar impuestos, explicó un directivo del diario.

“A pesar de que el gobierno sabe que nuestras instalaciones están tomadas, y que las cuentas bancarias las tienen cerradas, ha habido una presión enorme para que nos mantengamos al día con los pagos del INSS, Inatec, impuestos. Nos llegan correos preguntando cuáles son ahora las direcciones de notificación para los cobros, porque en las instalaciones que tienen registradas no los reciben. Es una cosa absurda lo que dicen”, explica el directivo del periódico.

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Desde 2018, el régimen de Ortega había comenzado un proceso de estrangulamiento contra LA PRENSA. En octubre de ese año, decidió de manera arbitraria retener en aduanas las importaciones de papel y otras materias primas necesarias para la impresión del diario. El secuestro se prolongó por 500 días. El periódico sobrevivió con sus reservas de papel, y usando papeles de otro tipo que se compraban en el mercado local. Las ediciones, sin embargo, se fueron enflaqueciendo paulatinamente, hasta llegar a circular como una hoja suelta. El secuestro se terminó, entonces, en febrero de 2020, gracias a una mediación del nuncio apostólico Waldemar Sommertag.

El jefe de Redacción de LA PRENSA, Eduardo Enríquez, y don Jaime Chamorro Cardenal (qepd), junto a las bovinas de papel periódico que la dictadura orteguista entregó al diario en febrero de 2020, después de retenerlas durante 500 días sin justificación alguna. LA PRENSA/ ARCHIVO

En los meses anteriores a la toma del 13 de agosto, el régimen decidió retener de nuevo las importaciones de papel de LA PRENSA, sin explicación alguna. Las gestiones administrativas del gerente general Juan Lorenzo Holmann chocaron con el silencio de la dirección de Aduanas (DGA).

El jueves 12 de agosto, LA PRENSA anunció que esa sería su última edición impresa pues ya no había más papel con cual elaborar el diario. El viernes 13 ya no circuló.

Ese día, los policías llegaron como hambrientos en busca de comida, solo que ellos buscaban evidencias de que, en el inmueble, ubicado en el kilómetro 4.5 de la Carretera Norte, había papel periódico. En un sin sentido, buscaban en el edificio de LA PRENSA un papel que el régimen sabía dónde estaba: retenido en las bodegas de aduana.

Junto a los policías invadieron LA PRENSA una batería de periodistas de medios oficialistas para que, según ellos, cuando encontraran papel periódico en las instalaciones, los propagandistas de la dictadura comenzaran a transmitir en vivo: “LA PRENSA miente. Dice que el gobierno no le deja pasar el papel periódico por la Aduana, pero sus bodegas están llenas de papel periódico”. El plan se les frustró. No hallaron ni una sola bovina de papel periódico.

La Policía Orteguista encontró en las bodegas de LA PRENSA unas bovinas de papel que no son para periódico, sino para imprimir revistas, libros, afiches y otros. Haciendo gala de ignorancia, a pesar que junto a ellos recorrían el interior del edificio varios periodistas oficialistas, confundieron ese papel con el que se utiliza para imprimir periódicos y postearon en las redes que había papel periódico en LA PRENSA. No engañaron a nadie.

Tarea titánica para reorganizar a LA PRENSA

El allanamiento del edificio de LA PRENSA fue un golpe duro para la empresa familiar. Para los dueños, el personal periodístico y el administrativo.

Hubo que reorganizar todo el medio de comunicación para que se mantuviera informando a los nicaragüenses a través de la página web. Han pasado 100 días desde entonces y se ha logrado.

Los directivos agradecen el apoyo recibido de parte del personal que se mantiene activo. A los lectores que se han solidarizado suscribiéndose en la plataforma digital, de tal manera que las suscripciones se incrementaron de forma significativa. El agradecimiento, dice uno de los directivos, va para toda Nicaragua.

“Mucha solidaridad a todos los niveles. La gente se ha suscrito en LA PRENSA digital y eso ha ayudado mucho a mantener firme nuestro interés de informar y denunciar las arbitrariedades que se cometen en Nicaragua. Agradecemos esa solidaridad, a los trabajadores actuales, a las instituciones, a Nicaragua entera. Estamos siempre vivos y esperamos estarlo por mucho tiempo más”, manifestó el directivo.

“Dios y la Virgen nos han ido abriendo el camino y creando oportunidades”, añadió el directivo del periódico.

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Cuando se cumplieron 33 días de la toma del periódico, se tuvo que tomar una decisión muy dolorosa. Cesantear a 135 trabajadores del periódico, entre ellos periodistas y personal administrativo. Se vieron afectados no solo los colaboradores directos de la empresa, sino también indirectos, como repartidores de periódicos, voceadores, dueños de agencias, proveedores que brindaban diferentes tipos de servicios. Mucha gente.

Sin existir una causa abierta judicial en contra de LA PRENSA, el gobierno ordenó a los bancos congelar las cuentas bancarias del periódico. Los directivos comentan que se ha hecho difícil cumplir con algunas responsabilidades, por ejemplo, cancelarles a las personas que lamentablemente fueron cesanteadas o a otras que renunciaron.

Los hermanos Pedro Joaquín y Cristiana Chamorro Barrios, directivos de LA PRENSA y reos políticos de la dictadura orteguista. LA PRENSA/ ARCHIVO

El impacto en la familia Chamorro también ha sido fuerte. Tres directivos están secuestrados por la Policía Orteguista: los hermanos Cristiana y Pedro Joaquín Chamorro Barrios, y su primo Juan Lorenzo Holmann Chamorro, gerente general de LA PRENSA.

Estos directivos del diario, convertidos ahora en reos políticos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, no han tenido acceso a un debido proceso en el que se le garanticen todos sus derechos. Ni siquiera han podido contar con un abogado defensor. Todos sus derechos humanos han sido violentados por la dictadura.

La acusación contra Juan Lorenzo Holmann, por ejemplo, no tiene fundamento, explica un directivo. “Es una cosa absurda, sin base legal”, comentó.

La toma policial

El 13 de agosto, Fabián Medina, editor de las revistas Magazine y DOMINGO, era el único periodista que se encontraba en la redacción porque ese día se realizaba el cierre de la revista DOMINGO. Medina cuenta que estaba terminando de postear algo en Facebook cuando alguien llegó donde él y le dijo: “La Policía está en el parqueo”.

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Como era recurrente que la Policía llegaba a poner patrullas frente al periódico, especialmente cuando asistían manifestantes a protestar, Medina creyó que los guardias de Ortega estaban en el parqueo de la entrada, pero esta vez se trataba del parqueo que está en el interior del edificio.

Un digitalizador de imágenes estaba trabajando en una oficina cerca a la de Medina, pero se encontraba con la puerta cerrada y tan inmerso en el trabajo que se dio cuenta del allanamiento hasta que un policía entró intempestivamente en su oficina.

–Salí –dijo el policía.

–Solo voy a apagar la máquina.

–Salí te digo.

–La apago en un segundo.

El digitalizador se las ingenió para dejar apagada la máquina y salió.

A los trabajadores de LA PRENSA los reconcentraron en el pasillo vehicular del periódico, frente a donde está la rotativa, mientras les advertían que no usaran los teléfonos celulares.

El gerente general de LA PRENSA, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, cuando recorría las instalaciones del periódico con los policías orteguistas, el pasado 13 de agosto de 2021. LA PRENSA/ ARCHIVO/ JADER FLORES

El gerente de LA PRENSA, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, llegó temprano ese día al periódico. Cuando supo que los policías estaban dentro del edificio, salió a atenderlos. Serían como las 12:15 de la tarde. Desde ese momento ya no lo soltaron.

Al principio no lo tenían detenido. Holmann Chamorro recorrió todo el periódico mostrándole las instalaciones a los agentes. Ellos lo llevaban de un lugar a otro mientras buscaban el papel periódico que no encontraron. Fabián Medina vio que el gerente del periódico sudaba por el calor de ese día, pero se mostraba sereno y cortés con los guardias.

El personal del periódico esperaba sin poder salir de las instalaciones hasta que, cerca de las 2:00 de la tarde, los policías dijeron que podían regresar a las oficinas a trabajar. Imposible. Habían cortado el servicio de internet.

Apresan a Holmann

El único a quien los policías no dejaron salir del edificio fue a Holmann Chamorro. Ya avanzada la tarde de ese viernes 13 de agosto, al gerente de LA PRENSA aún se le podía ver desde afuera cuando seguía recorriendo el edificio acompañado de los policías.

Las horas pasaron y, finalmente, 13 horas después de iniciado el allanamiento, a las 3:00 de la madrugada del sábado 14 de agosto, a Holmann Chamorro los policías le dijeron que tenía que ir a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), ubicada en el nuevo Chipote, a firmar unos papeles.

Holmann Chamorro salió del periódico conduciendo su vehículo con dos policías como pasajeros y seguidos por un camión repleto de documentos extraídos de las oficinas de LA PRENSA.

A las 10:00 de la mañana la familia de Holmann Chamorro se dio cuenta de que hubo un engaño. El gerente de LA PRENSA estaba detenido y se había convertido en el preso político número 33 de la última oleada de arrestos ejecutados por la dictadura, los que habían comenzado a finales de mayo pasado con la detención de dos extrabajadores de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH) y de su directora Cristiana Chamorro, prima de Holmann Chamorro.

LA PRENSA cumpló 95 años de informar a los nicaragüenses en marzo de 2021. Esta es una imagen del edificio del periódico antes del terremoto de 1972, en el antiguo centro urbano de Managua. En medio aparece el periodista Agustín Fuentes, “Fuentitos”. LA PRENSA/ ARCHIVO/ REPRODUCCIÓN/ ÓSCAR NAVARRETE

De esa manera, Ortega tenía en la cárcel a cuatro primos de la familia Chamorro: Cristiana y su hermano Pedro Joaquín; a Juan Sebastián Chamorro y ahora a Juan Lorenzo.

Un analista de medios de comunicación dijo a la revista DOMINGO que a Ortega solo se le escaparon dos Chamorro: Carlos Fernando porque logró salir al exilio antes que lo arrestaran y su mamá, doña Violeta Barrios de Chamorro, porque ya es una persona mayor de edad y además está enferma.

Durante sus casi 100 años, LA PRENSA ha sufrido el ataque despiadado de tres dictaduras: la de los Somoza, la de los años 80 y la de Daniel Ortega y Rosario Murillo.  Ha sido cerrada, asediada, censurada, bombardeada, asesinaron a su director Pedro Joaquín Chamorro Cardenal en 1978, encarcelados sus directores y periodistas, bloqueadas sus materias primas, pero por primera vez un régimen la toma militarmente sin justificación legal alguna.

100 días de secuestro

Hoy domingo 21 de noviembre se cumplen 100 días desde que la Policía Orteguista se tomó LA PRENSA. Ahí siguen los policías dentro del periódico.

El mismo día que se tomaron el periódico los policías dijeron a los guardas de seguridad que se fueran, que ahora ellos estaban en poder del edificio.

El golpe para el periódico ha sido devastador.

El 15 de septiembre pasado fue cuando LA PRENSA tuvo que realizar el indeseado recorte de personal.

La última vez que circuló LA PRENSA impresa fue el jueves 12 de agosto de este año 2021, debido a que la dictadura aún mantiene retenido el papel periódico del diario en la Aduana. Un día después, el viernes 13, la Policía Orteguista, allanó el edificio del periódico y lo tiene tomado hasta hoy. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ÓSCAR NAVARRETE

Edwing Vega, uno de los periodistas que se vio afectado con el recorte de personal, contó a Voz de América (VOA) que tras el despido tuvo que reinventarse. “Buscar la manera de cómo resurgir con una alternativa que no precisamente tiene que ser medios de comunicación”, dijo.

Vega también relató que algunos de sus excompañeros de trabajo en LA PRENSA, antes de que ocurriera el recorte, ya estaban emprendiendo con negocios como venta de ropa en línea.

La parte económica no es la única afectación que han sufrido los periodistas cesanteados de LA PRENSA, sino que también algunos tuvieron que salir al exilio por temor a la represión de Ortega, quien también ha encarcelado a periodistas y acusado a otros que ya no están en Nicaragua.

El periodista independiente Guillermo Cortés Domínguez explica que el orteguismo ha atacado al periodismo independiente de una manera que “ha producido una sensación de inseguridad que ha llevado al exilio a cerca de cien periodistas”.

Fracaso orteguista

El allanamiento a LA PRENSA, así como las agresiones a los demás medios de comunicación de parte de la dictadura orteguista, son un ataque brutal a la libertad de prensa, indica un analista de medios que pide el anonimato.

En el caso de LA PRENSA, la fuente indica que se trata de un doble ataque. Por un lado le dice a los demás medios independientes de que si la dictadura es capaz de agredir de esa forma al medio más antiguo de Nicaragua, lo puede hacer con cualquier otro.

Además, la dictadura tiene presos a varios Chamorro, lo cual también envía un mensaje a los nicaragüenses que la dictadura no respeta a nadie, así “sean de apellidos de abolengo”.

Según el analista, a Daniel Ortega y a Rosario Murillo no les importa pagar cualquier costo político o moral, penal inclusive.

Los periodistas oficialistas que la Policía metió a LA PRENSA para que informaran de que había papel periódico en el edificio. No lograron su propósito. Los llevaron de adorno solamente. LA PRENSA/ ARCHIVO

La dictadura, con el allanamiento de LA PRENSA, también efectuó un ataque al trabajo de los ciudadanos, pues mandó al desempleo a buen número de personas, al igual que también los manda al exilio.

Según el analista, los Ortega Murillo creen que estas acciones de ellos no tendrán consecuencias, “pero sí las tendrán”.

El analista concluye diciendo que está demostrado que fracasó la estrategia de los Ortega Murillo, de pretender que el pueblo de Nicaragua solo reciba información favorable a ellos como gobierno, pues está demostrado que la población nicaragüense no consume los medios oficialistas, quienes tienen “un rating bajísimo” porque “mienten” y la población lo tiene claro a través de la pandemia de la covid-19, pues ven que la realidad que ellos ven en la calle no está reflejada en los medios del gobierno.

Para Cortés Domínguez, atacar a un medio que tiene casi 100 años de existir, que forma parte de la vida cotidiana de gran parte de los nicaragüenses, es una medida extraordinaria que se toma “en situaciones de desesperación”.

El significado de LA PRENSA

Tras la toma de las instalaciones las cosas cambiaron en el periódico.

Los directivos de LA PRENSA revelan que, por ejemplo, el soporte técnico de la página web funciona desde fuera de Nicaragua. Una parte en algunos países de América y otra desde Europa.

El trabajo ha sido difícil porque el gobierno vigila muy de cerca las actividades del diario ahora digital. Además, ha sido complicado conseguir pautas o anuncios para la web que generen recursos.

A pesar de que ahora solo es digital, los directivos comentan que LA PRENSA sigue siendo esa república de papel que era la voz del pueblo en la época que era dirigida por Pedro Joaquín Chamorro y Pablo Antonio Cuadra.

“La república de papel va a seguir existiendo”, dijo uno de los directivos, recordando unas palabras de Pablo Antonio Cuadra cuando expresó: “A LA PRENSA se le pueden achacar todos los defectos que se quieran: caídas, omisiones, apasionamientos, fallas, etcétera, pero ha mantenido encendidas, contra todos los vientos y riesgos, las dos antorchas principales que iluminan la vida democrática: la de la Libertad y la de la Justicia”.

LA PRENSA ha sufrido ataques durante tres dictaduras: la somocista, la sandinista de los años ochenta y ahora la orteguista. En esta imagen uno de los ataques sufridos en los años ochenta. LA PRENSA/ ARCHIVO

El directivo también recordó otras palabras de Cuadra cuando expresó lo que significa LA PRENSA: “… los ciudadanos de la República de Papel son miles en 50 años, son los que han usado LA PRENSA como su lengua pública, como su instrumento de lucha, como su cátedra, como parlamento, como tribuna, como tertulia, como defensa, como correo, como vocero, incluso como a LA PRENSA con razón o sin razón, la han amenazado contra esos dos derechos supremos del ser humano: la libertad y la justicia…Ha sido el mapa cotidiano de un territorio libre donde los nicaragüenses escriben, leen y conviven su fe, sus luchas y sus esperanzas democráticas”.

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