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Luis Almagro, secretario general de la OEA y Arturo McFields Yescas, hasta hoy embajador extraordinario de Nicaragua ante la OEA el 19 de noviembre cuando Nicaragua oficializó su renuncia del organismo. Tomada del 19 Digital.

Proceso de salida de Nicaragua de la OEA no impide la aplicación de la Carta Democrática, señalan especialistas

Expertos coincidieron que para ser efectiva la salida de Nicaragua de la OEA hay un período de dos años en el que Nicaragua tiene que seguir cumpliendo con sus compromiso y la OEA seguir supervisando la situación del país

El régimen de Daniel Ortega intento evadir la posibilidad de suspensión de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA), presentando el viernes pasado su renuncia “irrevocable” de su participación en este organismo. Sin embargo, expertos en el ámbito diplomático, afirman que pese a la solicitud del régimen la OEA puede proceder a aplicarle la Carta Democrática Interamericana.

El exembajador de Nicaragua ante la OEA, Edgar Parrales, dijo a LA PRENSA (horas antes de ser detenido por civiles) que “la jugadita (al régimen) no le salió”.

“Con la denuncia, Nicaragua sigue siendo miembro (de la OEA) durante dos años – hasta el 19 de noviembre de 2023 – sigue siendo miembro activo, inclusive puede asistir a las sesiones si quiere y debe cumplir con sus obligaciones democráticas”, mencionó Parrales.

El exdiplomático explicó que “el (régimen) presentó su renuncia, pero el mecanismo se cumple hasta dentro de dos años. Ellos quisieron evitar eso pero no lo evitan. Quisieron adelantársele a la OEA, pero no se adelantan. Les van a aplicar la Carta Democrática, seguro”.

La denuncia del régimen a la Carta Democrática de la OEA, para iniciar el proceso de salida del organismo, bajo el mecanismo del artículo 143 de dicho instrumento, se da una semana después de que (12 de noviembre) la Asamblea General de la OEA aprobara con 25 votos a favor, una resolución sobre «La situación de Nicaragua» que declara ilegítimas las elecciones generales del pasado 7 de noviembre y manda a una inmediata evaluación de la situación.

Por su parte, un abogado y experto en Derecho Internacional, coincidió con Parrales por separado y aclaró que “la salida de Nicaragua es a través de la Carta fundacional de la OEA (1948) y la Carta Democrática es de 2001” y que “se puede proceder bajo ambos documentos, no son excluyentes”.

Nicaragua tiene que seguir cumpliendo con sus compromisos y la OEA supervisando

El analista político, experto en Derecho Internacional y en temas de integración regional, Carlos Murillo, manifestó que la denuncia y la renuncia a la OEA, de parte del régimen de Daniel Ortega, al igual que lo que ocurrió en el caso de Venezuela, debe esperar un periodo de dos años en el que Nicaragua tiene que seguir cumpliendo con los compromiso, y la OEA puede seguir haciendo las supervisiones en este país.

“Por supuesto, que eso lo que ocurre es que toman una resolución y Managua no cumple, no hace absolutamente nada, no la toma en cuenta argumentando que renunció, pero por ejemplo, si hubiera una denuncia en algunos campos de derechos humanos, cuestiones que a titulo personal un o una ciudadana nicaragüense haga una denuncia en el sistema de la OEA durante esos dos años, la OEA procederá y ahí esta toda la experiencia con Venezuela”, señaló.

Sin embargo, “en el caso de Venezuela la diferencia está en que hay una oposición que asumió la representación de Venezuela en la OEA, yo supongo que en el caso de Nicaragua no habrá nadie”, añadió Murillo.

“Entonces, es un proceso complicado porque de ante mano se sabe que el país no va hacer caso a lo que diga la OEA, argumentando que ya renunció. Y el organismo va a decir, usted renunció, pero tiene un proceso en un periodo en el que tiene que asumir los compromisos que ha tenido desde que es miembro de la OEA”, reiteró.

Ortega prefirió salir a ser expulsado

Por su parte, la politóloga, Jazmín Balaguer, sostuvo que la renuncia de Nicaragua de la OEA, pone la situación en una posición difícil, porque al denunciar la Carta (de la OEA) en el artículo 143 para su retiro, deja sin fundamento y peso real, la reciente resolución sobre la situación de Nicaragua aprobada el pasado 12 de noviembre por la OEA y las medidas que se puedan tomar.

En dicha resolución, además de declarar ilegítimas las elecciones generales del pasado 7 de noviembre, la Asamblea General de la OEA, instruye al Consejo Permanente que realice una evaluación colectiva inmediata de la situación, de conformidad con la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana, a ser completada a más tardar el 30 de noviembre y que tome las acciones apropiadas.

“Pues no serían efectivas de todas maneras, puesto que la OEA así como la ONU (Organización de las Naciones Unidas) carecen de los mecanismos o herramientas coercitivas para que los Estados puedan cumplir las sanciones”, lamentó la experta.

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“Las sanciones son para los miembros activos, los miembros que se sometan a la Carta, que la reconozcan, pero cuando ya no ves ese reconocimiento por parte de Nicaragua, no va a haber ninguna sanciona que pueda aplicarse”, agregó.

La politóloga también señaló que al salir Nicaragua de la OEA, es porque realmente al régimen no le queda otro mecanismo para defenderse y tratar de alegar “intervencionismo por parte de la OEA”, pero que en este caso el intervencionismo al que se refieren no aplica.

“Porque no estamos hablando de intervención. La intervención es exactamente incidir en sus propias formas de gobierno, las formas de su desarrollo económico, social, cultural, en pro de unos intereses extranjeros. Es decir, cuando acusa Nicaragua a la OEA de intervencionismo es como si la estuviera acusando de tener intereses sobre Nicaragua y como que los está obligando a llevar el país por donde el pueblo nicaragüense no quiere, pero aquí estamos hablando de que no es una decisión del pueblo nicaragüense de tener esta forma de gobierno, sino solamente de los que están en el gobierno usurpando el poder en una forma no democrática”, argumentó la experta.

“Para Ortega es mejor salir por su cuenta a que salga expulsado”, insistió Balaguer.

A su vez, Murillo recordó que “el 30 de noviembre tendrá que presentarse el informe sobre la situación Nicaragua incumplimiento y violación de los compromisos de la Carta Democrática y de otros convenios interamericanos” y señaló que “a partir de ese momento se tiene que convocar al Consejo Permanente de la OEA, para conocer el informe y tomar una decisión”.

“Entonces aquí entramos en lo que mencionaba antes. La OEA está obligada a adoptar una resolución a partir de ese informe y lo hará, como ya Nicaragua se adelantó, lo más probable es que siempre la resolución pueda ser la suspensión de Nicaragua y cosas por el estilo, y se queda mucho en el ámbito diplomático, para efectos del registro de las relaciones interamericanas”, dijo Murillo.

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