La nueva orden de Daniel Ortega para dar libre visado de cubanos que quieran llegar al país, no solo abre las fronteras de Nicaragua a los isleños que llegan por “turismo de compras”, sino que podría agudizar la crisis migratoria que enfrenta Estados Unidos, valora un especialista en migración. Esta política de puertas abiertas acorta la ruta terrestre que hasta ahora recorren miles de cubanos para llegar a suelo estadounidense de forma irregular en busca del “sueño americano”.
Por su parte, el senador republicano por Florida, Marco Rubio, catalogó la decisión del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo de establecer el “libre visado” para todos los ciudadanos cubanos que deseen ingresar a Nicaragua, con el “fin de promover el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria” como un “acto hostil”.
Aunque no queda clara la estrategia actual de Ortega – que en el pasado relajó los requisitos de visado a cubanos para estimular en medio de la pandemia el flujo de viajeros al país para hacer un tipo de turismo que inyectara divisas a la economía del comercio de ropa, calzado y artículos electrónicos y de uso personal, bienes de alta demanda y apetecidos por los cubanos para auto consumo y venta – el clima político internacional tras las cuestionadas y consideradas ilegítimas elecciones donde se proclamó presidente por cuarto período consecutivo, aviva las tensiones y pone en jaque una delibilitada relación diplomática, política y comercial con Estados Unidos.
Acto hostil
Rubio considera y alerta que el régimen orteguista “está ayudando a la dictadura cubana a eliminar los requisitos de visa para instigar la migración masiva hacia nuestra frontera sur”, debido a facilitar la ruta que hasta ahora recorren miles de cubanos que buscan ingresar a Estados Unidos. Él considera que el “libre visado” para los cubanos incrementa sus posibilidades para alcanzar suelo estadounidense.
El senador estadounidense instó al Gobierno de Joe Biden a una respuesta inmediata: “Este verano expresé mi preocupación y advertí que el régimen cubano utilizaría la migración masiva como un arma tras las históricas protestas del 11 de julio. La administración Biden debe responder rápidamente y tomar esto por lo que es: un acto hostil”, sostuvo Rubio en declaraciones a Univision.
La congresista republicana María Elvira Salazar a través del programa de Radio Mambí, opinó que la decisión del gobierno de Nicaragua busca “crear un caos en la frontera”, en un evidente acto de venganza.
“Esto es una nueva iniciativa que demuestra que Daniel (Ortega), muy inteligentemente, le está diciendo a Cuba, ‘vamos a crear un caos en la frontera, y yo te voy a dar el paso para hacerlo’”, dijo Salazar.
¿Peligrosa provocación o desesperación por negociar?
El régimen orteguista -mediante el Ministerio de Gobernación (Migob)- estableció que la decisión de libre visado se dió ante la alta demanda de solicitudes de visa recibidas por ciudadanos cubanos, con familiares en Nicaragua, a la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME). Desde enero de 2019, el régimen había flexibilizado a los ciudadanos cubanos los requisitos para viajar a Nicaragua, incluyéndolos en la “categoría migratoria B”, que permitía obtener un visado de turismo para una estadía de 30 días en Managua.
A criterio de especialistas esta acción podría haberse tomado para forzar a la administración de Joe Biden a establecer algún tipo de negociación con Nicaragua; o para “castigarla” por las recientes sanciones que aplicó al país tras concretarse la farsa electoral del 7 de noviembre.
En cualquiera de los casos se considera de riesgo, ya que podría empeorar las ya deterioradas relaciones; desde noviembre de 2018 el presidente Donald Trump, a través de una orden ejecutiva, declaró al régimen de Ortega: “una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
“Esto puede ser una medida de presión pero también de venganza. Y evidentemente que la crisis migratoria se va a agudizar. El primer impacto lo recibiría México porque ha asumido el papel de muro militar en la frontera Sur del país. Pero luego el problema será para Estados Unidos”, advierte Rubén Figueroa, coordinador del Movimiento Migrante Mesoamericano de México.
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Usar migración irregular como arma política
En entrevista telefónica con LA PRENSA, Figueroa explica que en los últimos años varios países han utilizado la apertura de sus fronteras como medida de presión para obtener más ayuda económica; otros lo han hecho como venganza política. Ortega podría estar jugando ambas cartas de forma temeraria.
En 2020 el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, abrió el paso a miles de refugiados sirios, para pedir más apoyo económico a la Unión Europea (UE). También lo hizo México recientemente, al permitir el desplazamiento de unos 15 mil migrantes haitianos. Con ello presionó a Estados Unidos para que financie en Centroamérica el proyecto Sembrando Vidas. “Entonces puede ser que Daniel Ortega use como venganza política la apertura de la frontera a los cubanos”, dice Figueroa.
Eliseo Núñez, exdiputado liberal y analista que se encuentra en el exilio, coincide con Figueroa en que Ortega sigue el el mismo guión de otros países.
“En efecto eso es lo que busca, esta copiando la misma política de Alexander Lukashenko en Bielorusia con los emigrantes afganos y sirios para presionar a Europa. Es el mismo modelo, no tiene ningún cambio, es usar la emigración como arma geopolítica”, dice Núñez.
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Otro analista, quien prefiere omitir su nombre por temor a represalias, agrega que efectivamente Ortega podría estar buscando algún tipo de negociación con la administración Biden, ya que por años le ha brindado a Estados Unidos el servicio de detener la migración. Para él ningún cubano se quedará en Nicaragua “aguantando hambre”, por lo que considera que quizás busque “entrar en pláticas”.
Apertura general
A criterio de los especialistas, si la medida estuviera dirigida a beneficiar a grupos específicos de cubanos que quieren visitar Nicaragua, no se habría divulgado como se hizo, sino que se aplicaría de forma más discreta. Pero lo cierto es que esta decisión da un giro total a la posición asumida por Ortega en 2015, cuando cerró la frontera a miles de cubanos que quedaron varados en Costa Rica, en su intento por avanzar hacia el norte; y expulsó a casi dos mil que ingresaron al país por la frontera de Peñas Blancas.
Pero la “venganza” actual sería en respuesta a las sanciones que Estados Unidos ha impuesto en los últimos cuatro años por las violaciones a los derechos humanos durante la represión pública que inició en 2018; y por las que impuso recientemente por la consumación de la farsa electoral del 7 de noviembre. Los especialistas advierten que no necesariamente la administración Biden responderá como Ortega quiere.
Biden desconoció el proceso con el que Ortega pretende mantenerse por cuarto periodo consecutivo en el poder; y le prohibió el ingreso a Ortega, su familia y todos los funcionarios públicos y municipales. También está la declaratoria de amenaza a la seguridad nacional de ese país.
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Peligro para Nicaragua y resto de la región
Existe además la posibilidad que la apertura de la frontera no se limite a los cubanos que quieran viajar a Estados Unidos, podría ser también para garantizar la llegada de militares, paramilitares y personal de salud para que presten su servicio ante un eventual crisis.
“Puede ser para traer a ese gente porque Ortega siempre está pensando que puede haber un alboroto nacional. Eso es peligroso para los nicaragüenses porque se puede incrementar la represión. Pero también para Centroamérica, porque puede haber una desbandada que se puede parecer a la de Mariel”, dice el analista.
El éxodo de Mariel fue oleada de cubanos que partió de puerto Mariel hacia Estados Unidos entre abril de 1980 y octubre de 1981. Para el analista el actual tensionamiento que existe en la región, la puede volver atractiva para un éxodo de gente con entrenamiento militar.
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Reducir travesía de cubanos y válvula de escape en protestas
En 2019 quedó demostrado que el ingreso de este tipo de viajeros cubanos no incentiva el turismo, sino que es un paliativo para la economía; la mayoría las hacen en el comercio informal donde no pagan impuestos. Ese año llegaron al país 44,829 cubanos, que representaron el 3.5 por ciento del total de visitantes.
De acuerdo a un análisis realizado por Bloomberg, la entrada libre a Nicaragua abre un nuevo atajo que reducirá en miles de millas la travesía de los cubanos que intentan llegar a Estados Unidos. Ya que ante los estrictos requisitos que les impone la mayoría de los países de la región, muchos emprenden el recorrido en América del Sur. Pero lo más importante es que elimina el riesgo que implica atravesar por tierra la peligrosa jungla conocida como el Tapón de Darien, que conecta a Colombia con Panamá. Con esta apertura el recorrido solo incluiría Honduras, Guatemala y México.
Además, la medida entra en vigencia en momentos en que después de décadas bajo el dominio castrista, los cubanos comenzaron a expresar su descontento. El Estado respondió con una cruenta represión que está impulsado una oleada migratoria.
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Favor a sus aliados cubanos
Según las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, entre enero y octubre de este año 39,918 cubanos fueron detenidos al intentar entrar a ese país. La cifra es más de tres veces superior a los 11,522 que lo intentaron en el mismo periodo del 2020.
Sebastián Arcos, director asociado del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida, le dijo a Bloomber que Ortega podría estar ofreciendo una mano amiga a un aliado que está afectado por el descontento social.
“El régimen cubano está sintiendo mucha presión desde abajo y necesitan una válvula de escape; y Nicaragua puede estar ofreciendo eso, una forma para que los cubanos tengan acceso a la frontera de Estados Unidos”, dijo Arcos.