Alay Lago conquistó su sueño cuando había dejado de perseguirlo. Desde niño se visualizó firmando por un equipo de Grandes Ligas para darle un mejor futuro a su familia. Siempre supo que para lograrlo debía dejar Cuba como todos sus compatriotas y en 2014 llegó a República Dominicana con la ilusión de darle el salto anhelado, que nunca llegó. “Pasé año y medio ahí, hacía tryouts y nunca firmé porque la gente encargada aspiraba a un bono que las organizaciones no daban”, afirma Lago, de 30 años, uno de los mejores bateadores de la Liga Profesional con .412 producto de 21 imparables en 51 turnos (sin incluir el partido del miércoles).
El pelotero cubano del Tren del Norte había jugado cuatro temporadas con los Industriales de sus país y no era titular. Tampoco había sido parte de la selección de Cuba y eso complicaba la firma, le indicó la persona que lo ofrecía a las diferentes organizaciones de Grandes Ligas. Para obtener una mejor valoración lo mandaron al beisbol mexicano en 2016, donde le había prometido que los scouts lo iban a observar y todo sería más fácil, pero después de casi dos meses ese sueño se había convertido en pesadilla.
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“Me decepcioné, no quería saber de más beisbol porque estaba trabajando bien y las cosas no se me daban después de tanto”, explica Lago, quien de México se cruzó a Estados Unidos con la idea de trabajar en cualquiera cosa. Se instaló en Miami donde un amigo, que le consiguió una nueva oportunidad con los Bravos de Atlanta, uno de los equipos que había visto en República Dominicana. “No lo podía crear que por fin se me diera”, recuerda el jugador del Tren del Norte, quien indicó que firmó por más de 170 mil dólares en diciembre de 2016.
Lago, ese momento con 24 años, pasó directo a Clase A fuerte de la Florida donde asegura quedó campeón bate con .303 en 2017. Al año siguiente estuvo invitado como pelotero de reserva en el Spring Training y después lo colocaron en Doble A, donde bajó su rendimiento al mes de la temporada y le dieron de baja. Desde entonces, se ha mantenido jugando la mayoría del tiempo en las ligas independientes de Estados Unidos con un buen rendimiento, que está replicando en su debut en la Liga Profesional.
“Cualquiera subestima esta liga y cuando llegas te das cuenta que es incómoda porque los lanzadores son de experiencia, leen tus intenciones y te tiran diferentes lanzamientos”, asegura Lago, quien no pegó imparable en sus primeros 11 turnos. “Empecé a estar más tranquilo en el home y dejé de salir a buscar al pícher”, afirma Lago, quien espera mantener su buen desempeño para seguir viniendo a jugar aquí y crear mejores oportunidades en México o República Dominicana.