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Régimen de Ortega proyecta otro desastroso año para el INSS en el 2022 para completar nueve años de descalabro financiero

El INSS pretende el próximo año mantener casi congelado el gasto en atención médica pese al aumento significativo de más pensionados y en menor medida de contribuyentes. Analistas advierten que situación es más complicada de lo que parece

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La crisis financiera del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) parece aún no dar tregua. Las proyecciones que incluye la propuesta de Presupuesto General de la República 2022, demuestran que el instituto el próximo año completará un periodo de nueve años consecutivos de desequilibrio financiero, lo que indicaría que aún no se contemplaría reformas para garantizar la sobrevivencia de la entidad.

Según el documento, el hueco financiero global del INSS al cierre de 2020 fue de 3,597.9 millones de córdobas, y estima que para final de 2021 esta cifra descenderá a 3,263.8 millones. Sin embargo, el Gobierno proyecta que en 2022 el déficit crecerá aún más y se ubicará en 3,603.6 millones de córdobas.

Específicamente, se estima que al cierre de este año la entidad consiga en ingresos totales 33,529.9 millones de córdobas, donde la mayor parte del dinero correspondería a contribuciones realizadas por trabajadores y empresas y al rubro “otros ingresos”, donde se reflejan las ganancias en cuanto a inversiones.

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Por otro lado, en el periodo de referencia los gastos sumarían 36,793.7 millones de córdobas, siendo las “prestaciones sociales”, que incluyen las pensiones que otorga el Seguro Social, y las “transferencias y donaciones corrientes otorgadas”, las que acapararían más este segmento.

En cambio, se proyecta que para 2022 los ingresos totalicen 35,530.6 millones de córdobas y los gastos ronden los 39,134.2 millones de córdobas.

Actualmente el instituto no tiene capacidad para cubrir con sus ingresos totales las obligaciones más básicas como la prestación de servicios médicos para sus contribuyentes y pensionados y el pago a los jubilados, por lo que el Gobierno se ha visto obligado a transferirle dinero desde el Presupuesto General de la República.

El Ejecutivo ordenó incorporar en el proyecto presupuestario el adelanto de dos cuotas del pago de la deuda histórica con el INSS. En concreto, el Gobierno pagará el próximo año 1,076.3 millones de córdobas al instituto, más dos cuotas adelantadas «para apoyar su problema de déficit en su flujo de caja». Esto implicará oxigenar a la entidad con 1,801 millones de córdobas, similar a los 1,824 millones de córdobas este año al finalizar el periodo.

Lejos de recuperar 150 mil empleos

Y aunque el próximo año el contexto económico parece incierto debido a la profundización del aislamiento internacional de Daniel Ortega, cuando comenzará su cuarto mandato sin reconocimiento de gran parte de la comunidad internacional, el Gobierno proyecta que la entidad ganará asegurados activos, sin embargo, dichas cifras están lejos de alcanzar los 914,196 cotizantes de 2017, la cifra más alta que ha registrado la institución en los últimos 27 años.

En concreto, la propuesta de Presupuesto asegura que al cierre de 2020 se contabilizaron 723,206 afiliados. Además, contempla que al final de 2021 habrán 711,281 cotizantes – La cifra más baja desde 2015 – y en 2022 esta cifra ascenderá a 806,583.

Datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) indican que, hasta septiembre de este año, el INSS registró 756,152 afiliados activos, 2,685 menos que lo acumulado en agosto, cuando habían 758,837 cotizantes.

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Especialistas en la materia han coincidido en que este podría ser el inicio de una mayor fuga de cotizantes, lo que afectaría aún más a la institución que acumula más de ocho años de crisis financiera. Según las estadísticas divulgadas por el BCN, entre 2017 y septiembre de 2021, el INSS acumula una pérdida de 158,044 empleados.

En relación a los ingresos por cotizaciones, estos en 2020 totalizaron 29,014 millones de córdobas, se estima que en 2021 este monto alcance los 31,540 millones y que 2022 cierre con 33,437 millones de córdobas.

Por otro lado, el año pasado se contabilizaron 293,780 pensionados y se pronostica que este año sean 308,029 pensionados. Para 2022, esta cifra puede rondar los 322,371.

En cuanto a gasto en concepto de pensión, el INSS está destinado un poco más de 20 mil millones de córdobas anuales. Específicamente, en 2020 fueron 21,131 millones de córdobas y se espera que esta cifra crezca en 2021 (22,308 millones) y 2022 (23,876 millones de córdobas).

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En relación a la asistencia médica, en 2020 se desembolsaron 9,353 millones de córdobas y se estima que este año sean unos 10,100 millones y que 2022 se ubique con 10,727 millones de córdobas. Esto implicaría casi un congelamiento en el gasto para atención médica de los casi un millón de personas que dependen directamente de la entidad.

Se necesita un Estado de Derecho para mejorar finanzas del INSS

Un especialista en la materia, que prefirió el anonimato por temor a represalias, indicó que, para poder acercarse a un equilibrio del déficit, actualmente deberíamos superar los 5 asegurados cotizantes por cada pensionado.

“Si dividimos el número de asegurados entre los pensionados, tenemos 2.53 trabajadores para poder darle a cada pensionado y debería ser como mínimo, 5 trabajadores”, enfatizó.

Asimismo, agregó que “el instituto tiene que luchar y no sé cómo van a hacer con la salida de la Organización de Estados Americanos (OEA)”. En concreto, el 19 de noviembre el régimen de Ortega inició oficialmente el proceso de salida de Nicaragua de OEA, lo que podría, de concretarse, traer consigo graves afectaciones para la economía nacional.

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Por ejemplo, imposibilitaría el obtener préstamos otorgados por instituciones financieras multilaterales, el intercambio comercial regional se vería afectado y se podría detener la cooperación externa, en la cual se incluyen donaciones. Es decir, se profundizaría el aislamiento internacional, el desempleo, la pobreza y la migración.

“Tal vez lo que necesita el INSS es dar una apertura grande para zona franca, porque la zona franca es la que le da oxígeno al Seguro y a toda la gente que no tiene trabajo, pero son ingresos bajos”, precisó.

A criterio del especialista, el Gobierno está en una situación tan complicada, que la única manera de incrementar el número de asegurados sería que el Estado “bondadosamente” comience a dar trabajos supernumerarios.

Los supernumerarios hacen referencia a los empleados que el Estado contrata de forma excesiva y que no ocupan una plaza indispensable dentro de las instituciones públicas.

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“En 1984 la cobertura del Seguro Social llegó a 34 por ciento, ahorita anda por debajo del 20 por ciento, es decir, había demasiados trabajadores en el Estado y si Ortega quiere que sus bases estén tranquilas, les va a dar trabajos en el Estado con salarios bajos. Pero nosotros necesitamos superar un 5 de asegurados por cada pensionado”, sostuvo.

Indicó que, si se continuara con el ritmo de 2017, a estas alturas el INSS debería contar con, aproximadamente, 1.5 millón de asegurados. Y agregó que esto se lograría solo si existe un clima político agradable y un Estado de Derecho, lo que facilitaría que la inversión llegue al país y las empresas cuenten con más trabajadores.

“Pero, ¿quién va a querer venir a invertir aquí? Estamos mal. Necesitamos un Estado de Derecho completo, para que la inversión nacional y extranjera fluya y abran más empresas, hoteles, restaurantes, zonas francas, etcétera, y entonces habría más cotizantes”, añadió.

Asimismo, compartió que “da tristeza observar en las oficinas de migración, esas grandes filas de nuestra población buscando pasaportes. Todo mundo se quiere ir, las familias se están dispersando otra vez. La gente está buscando como irse de este país, porque no hay buenas señales, no hay trabajo, y el que está con trabajo vive con miedo”.

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“Esas grandes filas de gente buscando pasaportes, es una significativa señal de que la fuerza laboral futura se está yendo y el Seguro Social no puede crecer, imposible. El INSS vive de las cotizaciones de sus asegurados activos”, concluyó.

Las mayores necesidades financieras del INSS se producen en el último trimestre del año, cuando debe pagar el aguinaldo a los jubilados. Esto suelte tener un fuerte impacto en el déficit que se acumula hasta noviembre.

En cuanto a la masa salarial, según el documento, en 2020 este ascendió a 101,449 millones de córdobas y este año aumentaría para situarse en 111,681 millones. Para el próximo año se proyecta en 119,093 millones de córdobas.

Planillas del INSS casi congelada

Uno de los indicadores que se mantendrá casi congelado es la planilla del INSS. Para este año se espera que la entidad cierre con 3,903 trabajadores, ligeramente superior a los 3,773 del año pasado. Pero para el 2022 esta se ubicará en 3,864 empleados.

Eso implicará que a los contribuyentes le cueste en pago de salarios 1,400.5 millones de córdobas este año, luego de que en el 2020 se destinaran 1,358.9 millones de córdobas. El próximo año serán 1,414.5 millones de córdobas.

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Drástica caída en ingresos por inversiones

Por lo general el INSS toma dinero de los contribuyentes para realizar inversiones que, se espera, generen ganancias, las que posteriormente pasan a alimentar el fondo de reserva para las futuras obligaciones del instituto.

El documento señala que para este año las inversiones del INSS dejarán en ganancias 69 millones de córdobas y se estima que el próximo año serán 31.6 millones de córdobas, es decir experimentará una nueva caída.

De concretarse esas proyecciones, estos ingresos serían de los niveles más bajos que ha registrado el instituto. Por ejemplo, las ganancias que se registraron en 2010 fueron de 1,393 millones de córdobas por ese concepto. Esto suele afectar las reservas que la entidad tiene para hacer frente a las demandas futuras de nuevos pensionados.

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