Protegé tu energía, evitá que se drene

LA PRENSA/ iStock

Algunas personas pueden sentirse agotadas a las 10:00 a.m. El nivel de energía es bajo, se está́ fugando, pero ¿cómo ocurre esto?, ¿a qué se debe? Por el contrario, otras personas están súper enérgicas todo el día incluso de noche.

Te nombro a continuación diferentes formas en cómo perdemos la energía vital de nuestro cuerpo, mente y espíritu:

1. Los pensamientos. Cuando los pensamientos son negativos en forma de miedo, ansiedad, preocupación, impotencia o resentimiento, generan emociones desagradables que alteran la química del cuerpo. El cerebro manda señales para generar hormonas de estrés como el cortisol y la adrenalina que drenan tu energía y debilitan tu sistema inmunológico.

2. Las compañías. Las personas a tu alrededor podrían chuparte energía. Se le llama personas vampiros aquellas que están dominadas por la queja, el juicio, la crítica, el pesimismo. Esto afecta los ambientes ya que las emociones se contagian.

 3. Lo que ves y escuchás. La música desarmoniosa o películas y series de miedo o dolor, así como las malas noticias, bajan tu nivel de energía. Todo aquello que está en desarmonía o con mensajes subliminales negativos, tiene una vibración baja que hace que la energía vigorosa y positiva disminuya.

4. El ambiente que te rodea. Todo cuanto nos rodea tiene energía, por tanto, si el lugar donde vivís y trabajás está sucio, oscuro, desordenado y desagradable, esto no solo afectará tu estado de ánimo, pero también tu nivel de energía. El ser humano vive las experiencias a través de sus sentidos, por tanto es importante que todo cuanto veamos y sintamos sea agradable.

5. Las palabras. Todo lo que sale de tu boca tiene energía y poder. Cuando hablamos, el cerebro no sabe si es real o imaginario, pero lo toma como verdad. Cuando te hablás de forma negativa, hiriéndote o hiriendo a otros a través de reclamos o gritos, tu nivel de energía decae.

 6. Los hábitos diarios. Hábitos saludables como el sueño, el descanso, la alimentación nutritiva y el ejercicio regular, aumentan el nivel de energía vital que necesitamos. Dormir y comer bien reenergiza el cuerpo. Ejercitarnos pone en movimiento la energía permitiendo que esta circule mejor.

7. El espíritu. Somos seres espirituales y nuestro espíritu es el que anima y da vida. Cultivar una vida espiritual es indispensable para sentirnos bien, para encontrarle propósito y sentido a lo que hacemos. Cuando hemos encontrado estas respuestas y nos alineamos a nuestros anhelos, la energía aumenta.

Es importante mantener nuestros niveles de energía altos, pues estos nos permiten tener un mayor rendimiento en todo lo que hacemos, así como nos aporta vitalidad para vivir con mayor plenitud.

Autora y conferencista
www.nadiavado.com

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