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Un ciudadano observa el padrón electoral en un Centro de votación. LA PRENSA/AFP

El gasto presupuestario en el CSE: “Es de la plata que más se desperdicia”, asegura analista

Analistas señalan el uso ineficiente y político que Daniel Ortega le da al presupuesto público, que sale del bolsillo de los nicaragüenses vía impuestos

En palabras sencillas, un experto en temas fiscales afirmó que el presupuesto público de Nicaragua destinado a los procesos electorales es un desperdicio, pero en términos políticos es un costo que el régimen de Daniel Ortega no duda en pagar, porque “él cree que hacer elecciones le da legitimidad”, manifestó el sociólogo Oscar René Vargas.

Aunque los comicios de este año le costaron a los nicaragüenses 16.96 por ciento menos que en las últimas votaciones presidenciales de 2016, la partida para el reembolso –que es el pago a los partidos políticos que participaron en los comicios de este año–, le sacarán un tajada grande al Presupuesto General de la República, incluso mayor al presupuesto destinado para dirigir y organizar las elecciones.

Según los datos del Presupuesto General de la República, estos han sido los montos destinados al Consejo Supremo Electoral (CSE) para dirigir y organizar las votaciones presidenciales y legislativas de Nicaragua desde 2006 (en córdobas):

El Presupuesto General de la República 2021 estableció este año que “el Ministerio de Hacienda y Crédito Público deberá incorporar obligatoriamente en el Proyecto de Presupuesto General de la República para el año 2022, en el Presupuesto del Consejo Supremo Electoral la suma de C$806,712,134.00, en gasto corriente. Esta asignación presupuestaria corresponde al reembolso de los gastos a los partidos políticos o alianzas de partidos que hayan participado en las elecciones generales del año 2021 y tengan el derecho al mismo conforme la Ley Electoral”.

Este monto de 806.7 millones de córdobas para el reembolso, es 21.5 por ciento mayor a los 633.1 millones de córdobas que el Estado reembolsó a los partidos y alianzas que participaron en las votaciones de 2016.

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De acuerdo al artículo 99 de la Ley Electoral (Ley 331), “el Estado destinará una asignación presupuestaria específica del uno por ciento (1%) de los ingresos ordinarios del Presupuesto General de la República correspondiente, para reembolsar exclusivamente los gastos de la campaña electoral en que hayan incurrido los partidos políticos o alianzas de partidos que hubieren participado en las elecciones presidenciales y legislativas. Dicho reembolso se otorgará a las Organizaciones Políticas de acuerdo al porcentaje de los votos válidos que haya obtenido en la Elección”.

Bajo esa lógica, el partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que encabeza Ortega, se ha llevado la mayor parte de los reembolsos en las últimas cuatro elecciones presidenciales (2006, 2011, 2016 y 2021) en las que se ha mantenido como la principal fuerza política, tras procesos electorales cuestionados por el control que ejercen los sandinistas en el CSE, desde que Ortega regresó al poder en 2007.

En las votaciones de este año, el CSE le otorgó al FSLN el 75.87 por ciento de los votos válidos, en un proceso electoral que se caracterizó por la escasa participación ciudadana, el arresto previo de los más destacados opositores y no se permite ningún tipo de crítica contra el Gobierno.

Reembolso por campaña virtual

Un experto en transparencia fiscal, que habló con LA PRENSA bajo condición de anonimato, confirmó que el tema de los reembolsos a los partidos políticos es lo más cuestionado y polémico de los proceso electorales, y más porque este año, por el tema del Covid-19, oficialmente no se permitieron eventos masivos que justificaran gastos onerosos en la campaña electoral.

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Para esta fuente no hay duda que el reembolso solo es un pago a quienes se prestaron para acompañar a Ortega, en unas votaciones que ya se sabía que él las iba a ganar.

“Sabemos que la reforma a la ley electoral establece que ahora ni siquiera se requiere que los partidos políticos tengan un mínimo para poder acceder al reembolso de los partidos políticos y sumado a esto que se decretó por el CSE un protocolo de bioseguridad y que no se podían hacer grande actividades de proselitismo político y de propaganda en el período de campaña, entonces realmente hay que pensar en qué van a ser destinados estos recursos del reembolso, por el contrario, ver que esto es un regalo para los partidos colaboracionistas que participaron en la contienda”, manifestó la fuente. 

El sociólogo Oscar René Vargas también dijo que Ortega le tiene que pagar a los partidos porque lo acompañaron a darle una apariencia de legitimidad a estas votaciones.

“Para Ortega son importantes las elecciones, porque él cree que le dan legitimidad y entonces, su lógica es que ese presupuesto es como la zanahoria para los zancudos. Los zancudos no solamente van por los cargos que le dan sino también por el dinero que reparten en el CSE”, manifestó el sociólogo.

Se “desperdicia” el presupuesto del CSE

En otra valoración del presupuesto, el experto en temas fiscales señaló el ineficiente uso de los recursos públicos que se destinan al CSE.

“Si uno quiere valorar si realmente cada peso y centavo que aportamos los nicaragüenses a través del presupuesto se gasta de manera correcta, nosotros podríamos decir que prácticamente esta es de la plata que más se desperdicia en términos de que hay un gran nivel de ausentismo en los procesos electorales y eso es porque hay desconfianza en el sistema electoral, desconfianza en las autoridades, en el órgano ejecutor de estos recursos y bueno en toda la situación y el contexto político social que vivimos”, dijo la fuente.

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El experto también señaló que lo más criticable es la calidad del gasto, porque se asignan recursos sustanciales para realizar elecciones, pero la ejecución es deficiente e incorrecta.

“Para este año 2021, teníamos elecciones el 7 de noviembre y salió el informe de ejecución presupuestaria emitido por el Ministerio de Hacienda, donde se mide la ejecución de enero a septiembre. Si uno observa eso, puede irse al informe y ver que el nivel de ejecución del CSE era del 40 por ciento del total de su presupuesto asignado, entonces, a aquí surgen varias preguntas: ¿qué es lo que está pasando? ¿Es ineficiente el CSE, es decir, le asignan recursos, pero no ejecuta los recursos? ¿Qué es lo que está sucediendo?”, agregó la fuente.

La politóloga y opositora en el exilio, Alexa Zamora, expresó que la asignación destinada a las elecciones es excesiva, pero más grave para ella es que esos recursos se ejecutan sin transparencia y con discrecionalidad.

“No existen mecanismo que permitan auditar y justificar adecuadamente este gasto, sumado a las modificaciones en términos de reembolso por gastos de campaña que permiten recibirlo aún sin cumplir con un número determinado de votos, además los mecanismos de adquisición de los materiales son totalmente discrecionales”, manifestó la opositora.

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