A 48 horas del fallecimiento de la veterinaria Hazell Azucena Arosteguí Rodríguez, de 29 años, en una excursión al volcán Momotombo, las autoridades siguen sin brindar un reporte oficial sobre su muerte.
El parte policial que fue dado a conocer de manera extraoficial, se establecía que la joven doctora había resbalado al momento de escalar el volcán y se había golpeado la cabeza al caer. Pero una de las senderistas que iba en la excursión negó tal versión.
“Nos paramos a descansar, es normal tomar descansos cuando vas subiendo un volcán”, explica Irma Palacios, quien recuerda que Arosteguí se sentó, y “un viento fuerte nos alcanzó con arena… y una piedra venía y le dio a ella directo en la cabeza”, añadió la testigo.
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Arosteguí, quien era originaria de Jinotega pero residía en la capital, estaba de espalda al momento del impacto.
“Era una chavala de 29 años super risueña. Ya había conquistado la mayoría de los volcanes de Nicaragua. A su corta edad atesoró muchísimas aventuras y experiencias. En su círculo de amistades ya estábamos planeando ir a conquistar volcanes en Centroamérica y hasta mencionaba Chile”, dice Palacios.
Rebeca Tellería, otra amiga de la doctora, dio la misma versión: “Estábamos solo descansando un momento cuando sopló el viento y lamentablemente la piedra impactó en su cabeza”.
De madrugada
La solidaridad unió a todos los senderistas, quienes ayudaron a cargar a la joven para poder trasladarla a un centro hospitalario.
El hecho ocurrió en la madrugada, ya que la excursión había llegado desde el día anterior y habían acampado en un lugar plano, para comenzar el ascenso a tempranas horas.
Una ambulancia en las laderas del volcán Momotombo esperaba a los jóvenes para realizar el traslado al hospitalito de La Paz Centro. Debido a su estado de gravedad, la veterinaria luego fue llevada al Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Argüello (Heodra) en León, donde Arosteguí falleció a las 10:30 de la mañana por un trauma craneoencefálico severo.
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“Todos los que estuvimos ahí, luchamos por salvarla. Sabemos que subir volcanes lleva su grado de riesgo y que cosas terribles pueden pasar, pero nunca te imaginás que alguien cercano a vos puede morir de esa forma tan trágica o que podés ser vos mismo”, escribió Palacios en su cuenta de Facebook tras la tragedia.
Palacios cuenta que la doctora ya había escalado la mayoría de los volcanes del país. “Suena duro decirlo, pero ella murió haciendo lo que más amaba”, añadió la joven.
Arosteguí tenía su clínica veterinaria (Dejando huellas) en Managua, sobre la pista del mercado de Mayoreo. La joven fue sepultada este martes en Jinotega.