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La campaña Navidad sin presos políticos

Coincidiendo con el comienzo del Novenario de la Virgen María, cuya celebración anual es el acontecimiento religioso y popular más importante de Nicaragua, se ha iniciado la campaña política humanitaria Navidad sin presos políticos.

Las promotoras de esta campaña que por las circunstancias del país solo puede ser  mediática, son las madres de los presos políticos y de conciencia, apoyadas por organizaciones y personalidades democráticas. Ellas abrigan la esperanza de que sus hijas e hijos sean liberados con motivo de la Navidad. 

Esta campaña recibió de hecho un aliento moral del Nuncio Apostólico en Nicaragua, monseñor Waldemar Sommertag, quien declaró este martes 30 de noviembre que la Santa Sede intercede en favor de todos los presos, inclusive la libertad de los prisioneros políticos

Las campañas y peticiones de libertad para los presos políticos en Navidad ha sido una constante en la historia de Nicaragua. En el azaroso proceso histórico nacional han sido pocos los períodos sin presos políticos. Y las campañas por su libertad han tenido siempre gran impacto emocional y han suscitado mucha solidaridad internacional, aunque muy pocas veces han logrado su noble objetivo.

Al respecto el doctor Carlos Tünnermann Berhein recordó este martes 30 de noviembre en un programa de Radio Corporación, que a principios de los años 70 del siglo pasado el entonces arzobispo de Managua y después cardenal de Nicaragua, monseñor Miguel Obando y Bravo (q.e.p.d.), presidió un comité nacional pro Navidad sin presos políticos. 

El mismo doctor Tünnermann fue vicepresidente de aquel comité por la libertad de los presos políticos, todos ellos  militantes del Frente Sandinista que luchaban armas en mano y desde la clandestinidad contra la dictadura somocista. Pero los presos sandinistas no fueron liberados.

En realidad, han sido muy raras las ocasiones en que esas campañas políticas con sentido humanitario han tenido éxito. Una de ellas fue en diciembre de 2019, cuando 91 presos políticos de los  156 que había entonces, salieron de las cárceles y fueron enviados a sus domicilios bajo el concepto penitenciario de “convivencia familiar”. En esa oportunidad fue determinante para que salieran de la cárcel, la mediación del nuncio apostólico monseñor Waldemar Sommertag,  y del Comité Internacional de la Cruz Roja. El propio nuncio dijo al diario LA PRENSA mediante un mensaje de texto,  que “las gestiones se hicieron con las autoridades competentes, en este caso con el gobierno.”

Al mismo tiempo el régimen aseguró por medio de un comunicado del Ministerio de Gobernación, que con la liberación de los 91 presos políticos que pasaron al régimen de convivencia familiar, “se hizo efectiva la voluntad del compromiso del Gobierno (…) con la tranquilidad y seguridad que nuestro país y nuestro pueblo merecen.”  

Desde entonces la situación de los presos políticos ha empeorado mucho, pero esa misma razón también debería ser válida ahora para dejarlos en libertad. Aunque solo sea por sentido de derecho y justicia, pues no han cometido delitos, los presos políticos deben ser puestos en libertad. Pero en todo caso, por elemental  humanismo, por espíritu navideño y por la fuerte religiosidad que muestran públicamente los gobernantes, deberían atender el clamor de las madres de los presos políticos.  Y dejarlos en libertad por “la tranquilidad y seguridad que nuestro país y nuestro pueblo merecen”.

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