Nadie, mucho menos un nicaragüense, pudo siquiera imaginar hace cuatro años la vida que tendría hoy: una rebelión masiva, una brutal represión, pandemia como nunca antes la habíamos visto y henos aquí, al borde de lo que podría ser la Tercera Guerra Mundial.
Fabián Medina
Inconformidades diferentes
Es importante tener en cuenta que no todos queremos por las mismas razones que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo se caiga
¡Bien hecho, Arturo McFields!
Así como Arturo McFields hay otros miles de empleados públicos que están esperando su oportunidad para desertar, porque la dictadura es insostenible y hay que tener estómago para defenderla
La madera de los presos políticos
Ni de los presos políticos del 2018 ni de los actuales ha salido hasta ahora un Judas que entregue a sus compañeros o le haga el favor al régimen a cambio de su libertad o algunas prebendas. ¡Ni uno solo!
Roberto Rivas, el héroe de la “revolución” de Ortega
La solitaria vela de Roberto Rivas y el silencio oficial tras su muerte, le recuerda a todos aquellos encargados de los trabajos sucios que “mal paga el diablo a quien bien le sirve”
Victoria “putiniana”
Nadie esperaba, y Putin mucho menos, esa vocación de paz en el planeta que ha llevado a millones a ver en la invasión a Ucrania una declaración de guerra contra el mundo.
La fortuna de los Somoza versus la fortuna de los Ortega Murillo
Ambas fortunas están construidas sobre sangre y tienen un patrón común: acaparar con las ventajas que da el Estado y el manejo a su antojo de las leyes, tantas áreas de la economía como puedan
El arte de sembrar cizaña
Una de las principales estrategias de la dictadura ha sido meter cizaña entre quienes se le oponen, disfrazando a agentes como radicales que exigen a los opositores una pureza que nadie tiene
Ellos serán los juzgados
Con todo lo que están haciendo y cómo lo están haciendo, ellos son los que están en el banquillo. Ellos son los juzgados. El mundo entero los observa. La historia los observa. Ni perdón ni olvido.
Donde dice “diálogo” leáse “extorsión”
Basta que usted sustituya una palabra por la otra, donde dice diálogo ponga extorsión, y verá como las piezas caen en su lugar y todo empieza a tener sentido.