Los ecos de esta dolorosa farsa no se habían apagado, y ya los dictadores estaban ordenando a sus siervos de la Asamblea la aprobación de una “ley”
Julio Estrada Galo
¿Sapoá II?
La solución de la crisis es urgente y debe ser cívica, algo que de ninguna manera implica que cualquier cosa deba ser bienvenida
¿El diálogo?
Una advertencia: mucho cuidado con que la lucha de nuestro pueblo, que tanta sangre joven y valiente ha derramado, no desemboque en un orteguismo sin Ortega, o con algún Ortega ejerciendo el poder desde un oculto puesto de mando.
¿Quedar bien con Dios y con el diablo?
Para aquellos que tengan dudas voy a contar aquí, a riesgo de aburrir, dos conocidas y simpáticas historias