¿Será entonces que hasta que termine la actual dictadura de Daniel Ortega la Iglesia católica dejará de ser perseguida? Esto no lo podemos saber, pero de cualquier manera esperamos que ocurra lo más pronto posible.

Editorial de La Prensa, Nicaragua.
¿Será entonces que hasta que termine la actual dictadura de Daniel Ortega la Iglesia católica dejará de ser perseguida? Esto no lo podemos saber, pero de cualquier manera esperamos que ocurra lo más pronto posible.
Los militares saben, sin duda, que deben desmarcarse de la dictadura. Pero no lo deberían hacer solo en apariencia y para evitar las probables sanciones estadounidenses
Para los casos de prácticas internas de terrorismo, por parte del mismo Estado, lo que cabe es la calificación de “Estado canalla”, o forajido, que el gobierno de EE.UU. aplica desde el tiempo de la administración del presidente Clinton, de 1993 a 2001
Para vergüenza de la humanidad y desgracia de los nicaragüenses, en Nicaragua la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha revivido al nazismo, cuando menos en su forma de terrorismo policial
El cardenal Brenes aseguró que quienes propalan esos infundios y difamaciones “son personas necias e inescrupulosas”. “Yo nunca hago un cambio ni por castigo, ni porque se sienta mal, ni porque no me simpatiza… siempre que hago un traslado les consulto” (a los sacerdotes), aclaró el jefe de la arquidiócesis de Managua
De manera que hoy la OEA pone a la dictadura de Ortega en la picota, como se le llamaba antiguamente en España a los postes que había en la entrada de los pueblos para exponer a los criminales al escarnio y la vergüenza pública
De manera que el balance de esta semana ha sido claramente adverso al régimen de Daniel Ortega, que no puede sofocar la resistencia cívica y pacífica con la represión; mientras que en el campo internacional está cada vez más solo, presionado y acorralado.
Pero ahora eso es una falacia jurídica, en la realidad el Ejército perdió esos atributos constitucionales y de manera voluntaria o por la fuerza se ha convertido en un brazo armado de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El informe reconoce que en Nicaragua ha habido “una alteración del orden constitucional que afecta gravemente el orden democrático”
La verdad es que la Iglesia católica no tiene ningún interés político, en el sentido partidista y de lucha por el poder. Como dicen y repiten los obispos, su intervención en la política es pastoral, evangélica y moral, en búsqueda de la paz fundada en la justicia, la libertad y el bien común.
En realidad se trata de un acto irracional de represión de un régimen que de esa manera revela que se siente acorralado, que ve fantasmas y enemigos por todas partes, que se considera derrotado política y moralmente. No lo reconoce, pero no lo puede ocultar.