Una vez cada seis meses, los familiares de las religiosas que eligen la vida contemplativa pueden visitarlas en el monasterio. Ahí, los barrotes son un símbolo del voto de clausura y solo pueden conversar con ellas detrás de estos. El reemplazo de nombre, como el de sor Clara Judith, representa el cambio hacia una vida de consagración.
Vida de monjas. Hermanas Clarisas. Magazine
Una vez cada seis meses, los familiares de las religiosas que eligen la vida contemplativa pueden visitarlas en el monasterio. Ahí, los barrotes son un símbolo del voto de clausura y solo pueden conversar con ellas detrás de estos. El reemplazo de nombre, como el de sor Clara Judith, representa el cambio hacia una vida de consagración.