“Si yo vuelvo a Nicaragua, sería apresada”

“Si yo vuelvo a Nicaragua, sería apresada”

Cantó contra la dictadura y eso le costó el exilio. La historia de la cantautora nicaragüense Gabriela Baca que ahora vive en Alemania

La cantautora nicaragüense Gabriela Baca Vaughan, conocida como “la Baca Loca” experimentó el terror en julio de 2018 cuando dos sujetos encapuchados en motocicleta intentaron secuestrar a su amiga, Mafe Carrero – también cantautora – por el sector de la Centroamérica, en Managua. Tras esa amenaza, ambas decidieron abandonar el país.

Gabriela tiene 17 años de manifestarse en contra de los gobiernos de Nicaragua a través de la música, sin importar si fuesen liberales o sandinistas.

“Nos sentimos amenazadas y decidimos salir. Yo tengo muchos años de estar haciendo denuncias en contra del gobierno. Pero con lo que le pasó a Mafe, decidimos salir más rápido”, relata Gabriela desde Alemania.

Ambas a través de la música, apoyaron a los autoconvocados en los plantones que realizaron en 2018.

“Yo participé en casi todas las marchas, anduve en Monimbó, en Matagalpa, anduve en las protestas anticanal apoyando a doña Francisca -líder anticanal-”, relata la cantautora.

El 31 de julio, Gabriela y Mafe se fueron hacia Guatemala. Denunciaban siempre con su música al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. “En los bares, en los restaurantes, donde fuera, alzamos la voz por nuestros hermanos”, asegura.

Estando en Guatemala crearon el tema musical “Sin misericordia”. Gabriela cuenta que “está dedicado a los presos políticos del régimen orteguista y el video ilustra las protestas iniciadas desde el pasado 18 de abril”. “Este rap tiene como objetivo denunciar lo que está ocurriendo en nuestro país y las injusticias por las que hemos pasado”, agrega.

“Gaby Baca” durante la grabación de un video en Guatemala. LA PRENSA/CORTESÍA

En ese país, Gabriela y Mafe, “siempre inseparables”, dice, tuvieron la oportunidad de salir hacia Europa en la gira “Déjanos volar”. Cantaron en Italia, en Alemania, en Praga y en República Checa. “He sobrevivido gracias a la solidaridad de los lugares donde he visitado. Nos han dado la oportunidad en lugares para cantar y subsistir”, cuenta.

Ni Gabriela, ni Mafe han solicitado refugio en algún país. “Quiero estar libre de poder moverme a todas las partes del mundo tratando de aportar a la distancia para que volteen la mirada hacia Nicaragua”, relata la artista.

Antes de las protestas, Gabriela se dedicaba a su música y estaba preparando un disco. “Era una recopilación de músicas de amor y de rock”, dice desde el exilio. “Todo esto se vio truncado desde el 9 de abril cuando producto del visible atentado que sufrió nuestra reserva Indio Maíz y salimos a las calles para exigir que el gobierno hiciera algo. Esto encendió las primeras mechas”, relata.

De Nicaragua, Gaby extraña todo: “Mi casa, mis conciertos, mis amigos”. La cantautora sueña con volver y seguir manifestándose con la única herramienta que tiene: la  música. Pero está clara de algo: “Si yo vuelvo a Nicaragua, sería apresada”, dice.

“Es muy difícil no poder entrar a Nicaragua y ver las noticias desde lejos, estar preocupado por quien cayó preso, quien está y no está. Es una situación bien difícil, pero hay algo que me da esperanza y es que hay personas que nos han atendido con cariño. Dormimos en las casas, en las salas, en las condiciones que nos den. Es una cadena humana que nos ha acogido, y no solo son nicaragüenses. Son de todas las nacionalidades y nos han apoyado cuando más lejos hemos estado de nuestro país, pero el azul y blanco nos acompaña a cada paso”, agrega.


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