Rosario Montenegro Zeledó[email protected]
¡Qué decepción la que nos ha causado don Enrique! Cuando muchos nicaragüenses estábamos pensando que por fin el país iba encaminarse por el rumbo de la honestidad y la transparencia, el Presidente de la República nos sale diciendo que no renunciará a su “pensión” de 86,000 córdobas que recibe como ex vicepresidente, cargo al que renunció para postularse a la máxima magistratura del país.
Su argumento: que eso es en compensación por todo lo que le quitaron durante el gobierno sandinista por luchar por la democracia. Imagínense si todos los nicaragüenses reclamáramos todo lo que los distintos gobiernos nos han quitado por todo el despilfarro que han hecho de nuestros recursos que les hemos encomendado administrar.
Don Enrique en su campaña pidió a sus electores que se arremangaran las mangas y más de la mitad de los votantes le tomaron su palabra. ¿Pero él, realmente se las está arremangando?
Cuándo los nicaragüenses reclamamos el poco avance en el desarrollo de la economía, la que no se percibe en nuestros hogares, siempre nos dicen que la crisis se debe a los desmanes de los gobernantes anteriores, pero que les demos la oportunidad de sacar el país adelante y con esa ilusión elegimos cada cinco años. Pero, qué casualidad, casi siempre se repiten esos desmanes y hasta se duplican bajo la justificación de que los otros lo hicieron.
Cuando algunos sectores reclaman algunos beneficios que les permitan paliar su crítica situación, no faltan los funcionarios que dicen: “ya no más Papá Estado”.
Pero resulta que muchos altos funcionarios de diferentes gobiernos han visto al Estado como un botín a través del cual se han enriquecido y en el caso de don Enrique, según lo que él ha dicho, ésta es su oportunidad de volver a ser el millonario que fue.
¿Qué culpa tenemos los nicaragüenses de que haya sido confiscado por el gobierno sandinista?
El Presidente dice que esa pensión también la reciben Daniel Ortega y Arnoldo Alemán, quienes también tienen doble y hasta triple ingreso del Estado, pero hasta donde yo tengo entendido, él quiere hacer un gobierno diferente al que hicieron los dos anteriores y quiere ser recordado como el mejor Presidente de Nicaragua, pues yo creo que para que eso suceda, realmente tendrá que arremangarse las mangas, pero de verdad.
No son pocas las voces que se escuchan que ese déficit fiscal que existe bien podría reducirse y hasta superarse si los altos funcionarios de todos los poderes del Estado redujeran sus megasalarios, sus gastos de representación, combustible, renunciaran a sus libres, etc., etc…
También contribuiría a cubrir ese déficit, que por lo menos los ex vicepresidentes que no concluyeron el mandato que les dieron sus electores, renunciaran a esa “pensión”, así como los ex presidentes que perciben también salarios del Estado.
Muchos apostábamos que don Enrique nos iba a dar la grata sorpresa de dar el ejemplo a los otros. Pero¿ será que ahora hasta la apuesta vamos a perder?