- Salón de la Fama cumple con su décima ceremonia
Pablo Fletes [email protected]
Desde anoche, el Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense ya cuenta con 11 nuevos miembros.
En una ceremonia de nostalgias, recuerdos y una que otra acción de justicia con atletas que habían sido olvidados por los miembros del Comité Elector, el Salón de la Fama abrió sus puertas a deportistas que brindaron lo mejor de sus capacidades en sus respectivos deportes.
Julio Moya fue uno de los que más acaparó la atención.
El ex lanzador leonés, que había sido obviado en los últimos años, entró por la puerta grande del Salón después de una impresionante carrera deportiva que lo llevó a convertirse en el mejor lanzador de la década de los 80.
Moya fue un factor de seguridad dentro y fuera del país, como lo demuestra su balance de 4-0 en el Mundial de Cuba 84, y su triple corona nacional del mismo año, con 12 triunfos, 95 ponches y efectividad de 0.14, uno de los récords imposibles de igualar.
César Jarquín fue otro de los atletas que hicieron su ingreso al Salón de la Fama, después de una impresionante carrera que lo ubica como uno de los tres mejores short stops en la historia de nuestro béisbol.
Vicente “Yambito” Blanco fue otro de los atletas de trascendencia, que quizá no fue Campeón del Mundo porque peleó en las décadas de los 60 y 70, cuando las oportunidades titulares no surgían tan fácilmente.
Blanco hizo 57 peleas, con récord 43-12 y 2 empates.
El luchador Magdiel Gutiérrez, retirado en 1995, fue el cuarto atleta exaltado, luego de 10 años de intensa práctica en la lucha deportiva, títulos centroamericanos y hasta centroamericanos y del Caribe.
Esta décima ceremonia de inducción se realizó en el Salón de la Fama, ubicado en el Estadio Nacional “Denis Martínez”.
Más de un centenar de invitados no contaron con las mejores condiciones para presenciar el acto y disfrutar cada momento de los homenajeados.
El sopor del la tarde también atentó contra la tranquilidad, pero al final fue gratificante ver cómo los cuatro atletas antes mencionados, además de entrenadores, dirigentes, árbitros, promotores y personajes, hasta totalizar 11 personas, disfrutaron su ingreso al Pabellón de los inmortales del deporte nacional.
Sólo Ramón Romero “Romerito” (q.e.p.d.), promotor de ciclismo, no estuvo presente.
Sin embargo, su viuda Nancy Mercado recibió la placa de reconocimiento y el anillo que lo certifica como uno de los 155 miembros que conforman el Salón de la Fama, que dirige Carlos García desde su fundación en 1994.
LOS QUE ENTRARON
Atletas:
Julio Moya (Béisbol)
César Jarquín (Béisbol)
Vicente Blanco (Boxeo)
Magdiel Gutiérrez (Lucha)
Entrenadores:
Freddy Aguilar (Lucha)
Apolonio Palacios (Baloncesto)
Dirigentes:
José Alberto Sujo Coe (Judo)
Eduardo Aragón (Boxeo)
Árbitro:
Enrique Portocarrero (Boxeo)
Promotor:
Ramón Romero (Ciclismo)
Mención Especial:
Orlando Gutiérrez Largaespada (Natación)
¿QUÉ DIJERON LOS ATLETAS HOMENAJEADOS?
Julio Moya
“Esto para mí es tan grande que hasta estoy helado del nervio y la emoción. Lo esperaba desde hace tiempo, porque la historia está escrita, no se puede borrar y está en la mente y el corazón de todos los nicaragüenses”.
Vicente Blanco
“Esperaba este momento. Es una satisfacción grande, pero a quien más va a satisfacer es a mis hijos. Ellos se darán cuenta de lo que hizo su padre, que quiso ser Campeón del Mundo, pero no pudo, porque peleé en una época muy difícil por la calidad de los rivales”.
Magdiel Gutiérrez
“Valió la pena el esfuerzo que hice en mi época de atleta. Estoy agradecido por este gesto, y siento que es el mejor reconocimiento que uno puede tener después de unos 10 años de fuerte práctica, de lucha, y muchos títulos centroamericanos”.
César Jarquín
“Me siento agradecido por esta distinción, por haber llegado a este Salón de la Fama. Ya tengo 57 años, siento los pies pesados, pero cuando me llamaron me sentía liviano, sentía el corazón más grande y una emoción que no se puede explicar fácilmente”.